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Cardiólogos del Hospital Reina Sofía analizan sus 30 años de experiencia en el tratamiento de la coartación de aorta

Este centro, pionero en abordar por cateterismo esta malformación cardiaca poco frecuente en la población, ha intervenido a 150 pacientes de todo el país y de Portugal

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El Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Reina Sofía ha organizado el seminario ‘Tratamiento percutáneo de la coartación de aorta. 30 años de experiencia’ para revisar la evolución de los pacientes atendidos en este periodo y realizar una puesta al día de las novedades terapéuticas relacionadas con esta malformación cardiaca. 

 Cardiólogos del Hospital Reina Sofía realizando uno de los casos prácticos incluidos en el taller

Un total de 150 personas llegadas de muy diversos puntos del país, e incluso desde Portugal, han sido atendidas en estas tres décadas por los cardiólogos intervencionistas del complejo sanitario tras el diagnóstico de una coartación de aorta, patología poco frecuente –aunque representa el 10% del total de las cardiopatías congénitas- que provoca el estrechamiento de la aorta tras el arco transverso. Entre los pacientes tratados figuran desde neonatos hasta personas de edad avanzada. 

Este centro cuenta con la serie de pacientes más amplia publicada en el mundo y a lo largo de estos años se han publicado 5 artículos en revistas de alto factor de impacto de la especialidad. 

Teoría y práctica

Este encuentro, que forma parte del Curso de formación sobre avances en Cardiología que mensualmente organiza este servicio, comprende una parte práctica y otra teórica. En la primera se ha realizado un seguimiento a largo plazo de los pacientes atendidos y, entre otros profesionales, ha expuesto su experiencia el cardiólogo del Hospital de Cruces de Bilbao Juan Alcibar Villa, que ha ofrecido detalles sobre una de las últimas novedades, el tratamiento de la coartación de aorta con ‘stent’ cubierto de tela. 

Además, los especialistas del Reina Sofía han llevado a cabo dos casos prácticos de gran complejidad, que han sido retransmitidos y ha podido seguir la audiencia desde el aula docente del servicio. El primero en ser intervenido ha sido un paciente de 30 años que tenía contraindicación para cirugía por una deformación en el tórax. Al otro paciente, un varón de 48 años que revestía más dificultad, se le ha implantado un stent cubierto después de haber sido intervenido y de recibir el implante de un dispositivo en otro centro sin lograr los efectos deseados. Ambos casos se han desarrollado con éxito y los pacientes se recuperan satisfactorialmente.

Trayectoria

Inicialmente, la cirugía era la única elección para estos pacientes hasta que hace unos treinta años se incorporó el abordaje percutáneo, es decir, por cateterismo, en casos muy concretos. Se empleaba la dilatación con balón y el Hospital Reina Sofía fue de los primeros del mundo en incorporar esta posibilidad en 1983. Diez años más tarde, el jefe de servicio de Cardiología, José Suárez de Lezo, fue el primero del mundo en publicar la primera serie de pacientes en los que se corrigió la coartación de aorta con el implante de un stent. 

A partir de entonces, otros centros fueron incorporando esta técnica y hoy día es el tratamiento de elección que puede evitar la cirugía –y todos sus inconvenientes- en muchos casos e incluso en otros se presenta como la única alternativa para determinados pacientes. Los especialistas cordobeses han tratado durante 30 años casos de suma complejidad y también se han desplazo a otros hospitales para mostrar la técnica. 

El doctor Suárez señala que los principales avances técnicos que se han producido se relacionan con el aumento del diámetro y la longitud de los ‘stents’, la aparición de los dispositivos cubiertos de tela que previenen la aparición de complicaciones en casos complejos y, por otra parte, el diseño de ‘stents’ a medida de las características de cada paciente que permite abarcar desde las anatomías más pequeñas hasta las más amplias. 

Esta patología congénita se detecta habitualmente en la infancia y se corrige cuando el niño supera los seis años edad. Sin embargo, en ocasiones no presenta síntomas y se diagnostica ya en la edad adulta cuando reviste más dificultad. La enfermedad provoca severos problemas cardiacos a quienes la padecen, pues el estrechamiento motiva que el corazón tenga que realizar mayores esfuerzos para desplazar la sangre.

En esta línea, las principales complicaciones que se pueden producir en los pacientes con esta enfermedad son infartos de miocardio y cerebrales provocados por hemorragias, de ahí la importancia de corregir el defecto lo antes posible –si los pacientes son niños precisan reexpansiones cuando crecen para adaptar el ‘stent’ al tamaño de su aorta una vez que ya ha entrado en la edad adulta. 

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