las campañas de control de mosquitos comenzaron en Huelva a finales de la década de los 70 del siglo XX?

Las altas concentraciones de mosquitos en el litoral de Huelva supuso un grave problema, con implicaciones sanitarias (epidemias de malaria, paludismo o fiebre amarilla), en la calidad de vida, y posteriormente, para el desarrollo económico (turismo de sol y playa) de la zona costera y de la provincia.

Estas plagas de mosquitos se veían favorecidas por la distribución de zonas de marismas mareales (Odiel, Tinto, Piedras), las condiciones climáticas, con lluvias concentradas en otoño, veranos cálidos y viento de levante, y agravada por vertidos residuales y las relaciones con otros paises a través del Puerto.

Esta problemática se hizo evidente en los años 60 con el desarrollo demográfico, agrícola, industrial y turístico. Y aunque se hicieron algunas actuaciones “antimosquitos”, no fueron sistemáticas ni extendidas.

No será hasta finales de la década de los 70 del siglo XX cuando se realizaron estudios ecológicos y se realizaron ensayos sobre los posibles tratamientos. Será el Gobierno Civil de Huelva, junto con Ayuntamientos costeros (Aljaraque, Ayamonte, Cartaya, Gibraleón, Isla Cristina, Lepe, Moguer, Palos de la Frontera, Punta Umbría y San Juan del Puerto), Diputación Provincial, distintas Delegaciones e instituciones técnicas, las que propiciaron la creación de una Comisión de lucha contra los mosquitos (30/10/1981), con un presupuesto y recursos humanos para prevenir el impacto de las elevadas concentraciones de mosquitos, sin que supusiera una agresión al medio natural. 

Se consideró la fumigación como el mejor método de desinsectación contra las 24 especies de mosquitos que pululaban por la costa, destacando los Aedus Detritus y Aedus Caspius, Culex Pipiens y Culex Theilieri, y más efectivas las actuaciones terrestres con tratamientos insecticidas (Abate, DDT etc), en principio poco tóxicos y aplicados en disoluciones del producto con bombas individuales o mochilas, relegando los tratamientos aéreos, con helicópteros y avionetas, a aquellas zonas de difícil acceso. Este Plan antimosquitos supuso la preparación de medios técnicos y humanos que han continuado, con distintos resultados, a lo largo de casi 40 años en los que los tratamientos y los métodos de aplicación han ido evolucionando hacia una visión más ecológica y menos agresiva para el medio natural, y propiciando el descenso de las poblaciones de mosquitos que ha permitido la “convivencia” con las actividades de la población.