Carteia
Cortijo del Rocadillo, Guadarranque, término municipal de San Roque, Cádiz
Rutas Teatrales -
Edificios Teatrales
LA CIUDAD
Las razones que llevaron a elegir para el asentamiento de la ciudad de
Carteia el paraje que hoy conocemos, en las cercanías de la bahía de Algeciras
(Fig.1 - Área de la Bahía ), fueron eminentemente estratégicas, tanto desde el punto de vista geopolítico como económico. Sin duda, la trascendencia del enclave podía rastrearse ya incluso en la tradición mítica, según la cual las columnas de Hércules -una de ellas, el monte Calpe, hoy Gibraltar- flanqueaban los confines de un mundo conocido y familiar, el mar Mediterráneo.
Ya con anterioridad y de acuerdo a una estrategia de poblamiento bien conocida y experimentada en otros puntos de la costa mediterránea, se había creado, ya en el siglo
VII a.C., una pequeña factoría fenicia en la margen izquierda de la desembocadura del río Guadarranque, el conocido como Cerro del Prado
(Fig.2 - Cerro del Prado).
Cuando sus herederos, los púnicos del Mediterráneo central
, comenzaban a hacerse con un control efectivo y planificado de las tierras del sur peninsular, los habitantes del antiguo núcleo fenicio vieron la necesidad, a fin de poder consolidar su creciente vocación marítima y comercial, de desplazarse a un enclave próximo pero con mayores y más propicias condiciones de expansión, en un momento
avanzado del siglo IV a.C. Ello explica, tal y como se narra en las fuentes, el decisivo papel jugado por
Carteia en diferentes episodios directamente vinculados con el dominio del Mediterráneo y, por extensión, con el control de la salida al Atlántico y el paso a la próspera
Gadir (Cádiz), centro absoluto entonces del control del comercio en el Círculo del Estrecho y, en buena parte del propio Mediterráneo occidental.
De esta forma, la fase más floreciente para
Carteia comenzará con la presencia bárquida
en el mediodía peninsular, para afianzarse plenamente en tiempos romanos. Bajo el control de ellos quedará tras la victoria en la
Segunda Guerra Púnica, que habría culminado con la célebre
batalla de Ilipa, desarrollada en tierras del Valle del Guadalquivir. Al margen de los notables restos materiales que aún
in situ informan de dicho auge urbano, la ciudad trascendió en las fuentes por tratarse de la primera colonia de derecho latino fundada por Roma fuera de territorio itálico, en el
año 171 a.C. El estatuto fue concedido en respuesta a la solicitud del colectivo formado por hijos fruto de uniones mixtas entre mujeres indígenas y soldados romanos (Livio 43.3), que fueron allí establecidos, uniéndose así a los ya antiguos pobladores de la ciudad, hasta entonces peregrina
; de todo ello se explica la denominación adoptada a partir de entonces:
Colonia Libertinorum Carteia, conservando, no obstante, el antiguo topónimo de raíz semita (cart-).
Dada su estratégica situación no faltarán alusiones en los textos con motivo de diferentes y trascendentes enfrentamientos bélicos. Además de la ya citada
Segunda Guerra Púnica, que tuvo la Península ibérica como su principal escenario, posteriormente, a fines de la república, participó activamente en las
guerras civiles entre diferentes facciones en pugna por el control de la política romana. De hecho, la ciudad parece haber tenido un importante papel en ellas, siendo partidaria de Pompeyo, a quien habría acogido en diferentes ocasiones durante la confrontación con César. De hecho, es posible que algunas de las importantes remodelaciones sufridas por la ciudad, testimoniadas a través del registro arqueológico, deban ponerse en relación con represalias tomadas como consecuencia de la participación y no siempre buena fortuna de la ciudad de
Carteia en estos enfrentamientos.
La etapa más próspera de la ciudad romana cabe buscarla a fines de la república y comienzos del Imperio, tal y como lo dejan ver los restos actualmente visitables en el yacimiento. La ciudad de este momento llegará a alcanzar unas 27 ha, a juzgar por la potente muralla que la rodeaba, parcialmente sobre el trazado de la antigua púnica. No obstante, es preciso tener en cuenta que la ciudad tendría influencia sobre un mucho más amplio territorio al exterior del pomerio
, y que, lamentablemente, excedía, en mucho, el actual perímetro del yacimiento arqueológico. Eso, también han podido ponerlo de manifiesto recientes intervenciones arqueológicas en la barriada de Puente Mayorga (Villa Victoria), donde ha sido excavado un atracadero y unos hornos de producción cerámica vinculados directamente con la ciudad
(Fig.3 - Horno de Villa Victoria).
Si todo parece evidenciar que la
Carteia púnica fue una ciudad de notable arquitectura y monumentalidad, no lo fue menos la posterior romano-republicana, a juzgar por el imponente templo conservado
(Fig.4 - Reconstrucción templo republicano). ). De él, que fue levantado en la segunda mitad del siglo II a.C. sobre un santuario púnico anterior, en un área que parece haber perpetuado su función sacro-religiosa durante siglos, se conserva el podio y buena parte de la escalera frontal de acceso. La destrucción temprana de este edificio podría explicarse debido a la participación de la ciudad en los citados
conflictos civiles y en las graves consecuencias que pudo tener para ella su apoyo al perdedor,
Pompeyo.
Pronto, sin embargo, se recuperó, y de ello son nuevamente testimonio el conjunto de materiales arquitectónicos -basas, fustes, capiteles, cornisas
( Fig.5 - Acceso monumental al foro) en piedra fosilífera estucada al exterior- propio de una tradición constructiva que cabe asociar al templo de un gran nuevo centro monumental levantado en
tiempos augusteos, parcialmente edificado en el solar en que lo hiciera el antiguo. De este momento, o poco después, datarán asimismo otros edificios localizados en diferentes puntos de la ciudad como las termas
( Fig.6 - Termas), una serie de
domus ( Fig.7 - Domus), áreas comerciales de
tabernae o el propio teatro, si bien, en el estado actual de la investigación, no es fácil establecer las relaciones urbanísticas entre ellos. Lamentablemente, por tanto, son menores los datos todavía a nuestro alcance para el conocimiento de la ciudad de época imperial. De ella, no obstante, parece clara su siempre vocación pesquera y marinera, como se obtiene, por ejemplo de los restos de piletas de salazones
(Fig.8 - Domus con piletas de salazones), actividad que, probablemente, estaría entre las principales de los habitantes de la ciudad.
Las evidencias arqueológicas denotan, por tanto, un discurrir floreciente de la vida en
Carteia en época altoimperial, para decaer a medida que nos acercamos a la etapa tardía. En este momento la ciudad es objeto de nuevas y profundas transformaciones, en las que el poblamiento parece concentrarse en el sector más bajo, más cercano a la costa. No obstante, se conservan restos de una tenue ocupación de la ciudad todavía en
época visigoda materializada, fundamentalmente, en forma de una necrópolis de inhumación en el entorno directo del antiguo templo republicano
( Fig.9 - Necrópolis visigoda). Del mismo modo, en referencias de
época bizantina,
Carteia aparecerá citada como un importante centro comercial en tierras peninsulares.
En adelante y, de nuevo, por ese importante valor estratégico del emplazamiento, en la zona se contará con la existencia de evidencias asociadas a la
presencia musulmana en la Península, en forma, fundamentalmente, de puntos de control del paso del Estrecho
(Fig.10 - Estrecho según fuente islámica) y su entorno
. De esta forma, la ciudad de
Carteia perderá su papel de centro urbano en beneficio de otros como Tarifa o Algeciras quedando despoblada ya desde época antigua y, sin solución de continuidad, hasta nuestros días
. Solamente, en el siglo XVII se levantó, en buena parte de la superficie del antiguo foro, un cortijo, el conocido como del Rocadillo, definitivamente demolido en 1990 para dar paso a la nueva etapa de
Carteia como yacimiento arqueológico, propiedad de la Junta de Andalucía, objeto de activos trabajos de investigación.
Nota 1: Sobre el antiguo asentamiento fenicio del Cerro del Prado, véase: Pellicer, M.; Menanteau, L. y Rouillard, P. (1977): "Para una metodología de localización de colonias fenicias en las costas ibéricas: el Cerro del Prado", Habis, 8, pp. 217-251; Ulreich, H.; Negrete, M.A.; Puch, E. y Perdigones, L. (1990): "Cerro del Prado. Die Ausgrabungen 1989 im Shutthang der phönizischen Ansiedlung an der Guadarranque Mündung", Madrider Mitteilungen, 31, pp. 194-250; Tejera, A. y Blánquez, J. (2003): "El asentamiento fenicio de El Cerro del Prado, la antigua Carteia", en Roldán, L. y otros: Carteia II, Madrid, pp. 169-182.
Nota 2: Así además se señala en textos como los de Pomponio Mela (2.5.96) o Plinio (NH 3.3.8).
Nota 3: Sobre la Carteia púnica, véase, con bibliografía anterior: Roldán, L. y otros (2003): Carteia II, cap. V, 166-213; Blánquez, J. y Roldán, L. (2003): "Novedades en el asentamiento fenicio del Cerro del Prado y de la Carteia púnica", III Coloquio Internacional del Centro de Estudios Fenicios y Púnicos. Las ciudades fenicio-púnicas en el Mediterráneo occidental, Almería 2003, Almería.
Nota 4: Tenido durante décadas por capitolio (Bendala, M. (1989-1990): "Capitolio Hispaniarum", Anas, 2-3, pp. 11-36), debido a la división artificial de su espacio interior por medio de estructuras murarias de tiempos muy posteriores a su construcción inicial.
Nota 5: De hecho, su valor estratégico ha hecho que este sector de la costa haya estado jalonado por puntos de control y avistamiento también en época moderna e, incluso, en tiempos recientes, tal y como se ha documentado en la existencia de una serie de búnkers construidos durante la II Guerra Mundial.
Nota 6: De hecho, la identificación de los restos de la ciudad con la Carteia de las fuentes no se produce hasta el siglo XVII.
Nota 7: Ciudad peregrina: comunidad formada fundamentalmente por indígenas que no poseía ningún tipo de autonomía y se encontraba sometida al poder y control de Roma.
Nota 8: Pomerium: perímetro de la ciudad con importantes implicaciones jurídicas.
Nota 9: Tabernae: tiendas y negocios con fines comerciales.