SITUACIÓN HISTÓRICA
La plaza de Santa María se encuentra situada en la cumbre del cerro en el que se asienta la villa de Arjona, que goza de una situación privilegiada, partícipe de un dominio agrario muy fértil y una posición en altura que permitió históricamente el control del territorio circundante. La configuración de la población quedó definitivamente establecida a principios de siglo, con la demolición de sus murallas y torres defensivas.
La plaza está compuesta en realidad de dos recintos, uno superior, de planta irregular y enmarcado por edificios, entre los que destaca la presencia monumental de la iglesia de Santa María y el santuario de los Santos Patronos, que aparecen exentos, uno frente al otro, y otro inferior, de planta alargada, con un borde con pretil que funciona como mirador del espacio circundante, situado al otro lado del santuario y unido al otro recinto por dos grandes escalinatas.
LA INTERVENCIÓN
La premisa básica con que se abordó la intervención fue la de respetar al máximo la configuración del espacio, manteniéndolo como un todo enriquecido por las distintas situaciones que en él se daban, así como los elementos históricos situados en él, su pavimentación y el arbolado existente, si bien se consideraron necesarias mejoras para resolver deficiencias en su funcionamiento, recuperar calidades y uniformar acabados, que habían ido recibiendo parches durante el transcurso del tiempo.
El pavimento, un empedrado en líneas formadas con piezas de mayor tamaño, se ha extendido a ambas plataformas y a los espacios de conexión con las calles de acceso, corrigiendo en la operación las pendientes de la plataforma superior, para agruparlas en dos principales y facilitar la evacuación de las aguas. El arbolado actual, compuesto mayoritariamente por naranjos y cipreses, con algunos olmos y plátanos, se ha conservado, recuperando los elementos desaparecidos, suprimiendo el parterre en torno a la cruz votiva y sustituyendo por cipreses tres palmeras plantadas en tiempos recientes junto a la iglesia.
En las escaleras se ha mantenido la embocadura, mejorado la conformación de peldaños que eran de diferentes tamaños, y establecido un descanso, del que carecía, en la de poniente. Su pavimento de losas enlaza con el que se diferencia del general, en los contornos del espacio y acceso a edificios. Junto a la de levante, se incorpora al espacio público un solar municipal, en el que se establecen dos plataformas, una a la altura de la plaza superior, que adquiere el carácter de un mirador privilegiado, y otra en el nivel de uno de los descansos de la escalera, con una pantalla vegetal compuesta por cipreses, para paliar el impacto de los muros que recuerdan los de las murallas que existieron otrora en ese ámbito, una fuente y bancos, que configuran un recoleto espacio estancial.
En el paseo de los Santos Mártires se mantiene la ordenación de cipreses y bancos, igualando el pavimento con el del recinto superior y restaurando el pretil que hace de este espacio un ámbito abierto a la campiña sobre el resto de la población.