Bienvenidos y bienvenidas al Centro de Visitantes Huerta Grande, ubicado en el Parque Natural Los Alcornocales y Del Estrecho en la provincia de Cádiz. En este equipamiento podrá descubrir los valores de estos Parques Naturales en el marco de la Red de Espacios Protegidos de Andalucía (RENPA).
En este equipamiento, el visitante podrá encontrar un espacio central en el que confluyen la recepción y tienda del Espacio Natural, donde será atendido y en el que tendrá la oportunidad de adquirir algún producto relacionado con el entorno y una zona con información sobre la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía (RENPA). El edificio cuenta además con una sala de reuniones, exposiciones y eventos, donde además se proyecta un audiovisual donde se muestran los valores del Espacio Natural.
El recorrido por el Centro de Visitantes Huerta Grande es una viaje de sensaciones por el Estrecho y Los Alcornocales, con dos propuestas: la de pasear y descubrir sus principales paisajes y la de acompañar y conocer a los viajeros en sus migraciones.
Huerta Grande se encuentra a caballo entre los Parques Naturales del Estrecho y Los Alcornocales, tratándose de un equipamiento de referencia a nivel provincial. En el Centro de Visitantes se puede conocer los principales elementos del paisaje y una de las manifestaciones de la naturaleza más fascinantes: las migraciones.
Por otro lado, Huerta Grande desempeñó el papel de acuartelamiento de espías y militares en los iniciales años de la Segunda Guerra Mundial, alojando a italianos y alemanes que ponían toda su atención en la vecina y británica roca de Gibraltar. En la segunda mitad del siglo XX fue residencia de gobernadores militares, y cumplió funciones de prisión militar para el general Milán del Bosch, uno de los implicados en el intento de golpe de estado de año 1981.
En estos enlaces puedes ampliar la información sobre este Espacio Natural Protegido con material descargable como la oferta de senderos, horario de apertura, cómo llegar, mapa con todos los equipamientos de uso público, etc.
Centro de visitantes Huerta Grande: lajunta.es/3ozpt
Parque Natural Los Alcornocales: lajunta.es/3sq8k
Parque Natural del estrecho: lajunta.es/3sq8l
Completa tu visita con experiencias de ecoturismo con empresas locales. Puedes consultar la oferta en el siguiente enlace: ecoturismoandaluz.com
Para actividades destinadas a la comunidad educativa, asociaciones de personas con diversidad funcional y población local, puedes acceder a través del enlace: reservatuvisita.ecoturismoandaluz.com
Ver video en lengua de signosEn estas salas conocerá los paisajes campogibraltareños y del Estrecho. La puerta que da salida y entrada al Mediterráneo y a sus habitantes y culturas. Navegue por las aguas y debajo de ellas. Conozca la enorme diversidad de organismos que pasan desapercibidos a nuestros ojos.
Aproxímese a las costas africanas y europeas. Pasee por los bosques que se forman en las sierras litorales. Recorra los caminos del agua. Compruebe como a lo largo de los años ha ido cambiando el entorno y el paisaje. Componen un gran abanico de paisajes sumergidos en las aguas del Atlántico y el Mediterráneo. La parte más alta se corresponde con una zona que queda al aire en las mareas bajas, con una poza repleta de organismos. Paredes de dura roca albergan múltiples animales y plantas aferradas a ella para evitar que el oleaje y las corrientes se los lleven. Con sus elevadas paredes verticales de roca, los acantilados son unas de las formas más espectaculares del litoral.
En las playas se pueden establecer dos zonas: una es la playa baja, sujeta al oleaje y las mareas. La otra es la playa alta, zona normalmente seca y sólo inundada durante temporales y mareas muy vivas. El límite superior de la playa coincide con la base del acantilado en las costas rocosas, o con las primeras dunas embrionarias, cuando el litoral es tendido y arenoso.
Los vientos dominantes en cada costa y las formas propias del litoral condicionan el tipo de duna que se formará. Desempeñan una función clave en el litoral, sirviendo como reservas de arena para la regeneración natural de las playas tras los temporales. En estos arenales se desarrolla una variada vida vegetal y animal, adaptada a los fuertes vientos, al movimiento de la arena y a la salinidad.
Ver video en lengua de signosEl ser humano está implicado directa o indirectamente en el origen de la mayoría de los paisajes, a veces hasta de su creación y en todo caso de su permanencia. Los paisajes más favorables para la vida, que son los más habitados, resultan también los más intensamente transformados: se han talado bosques para convertirlos en tierras de cultivo y crear prados y pastos para el ganado, creando paisajes agrarios; se han plantado árboles de otros lugares para crear bosques aprovechando su madera o corcho. Etc.
La historia del Estrecho de Gibraltar es un discurrir constante de viajeros entre los dos continentes y entre los dos mares. Desde los primeros pobladores del Neolítico, hasta la actualidad, hay todo un recorrido de personas y ciudades que han dejado su impronta y su particular huella en el paisaje.
Las sierras del Estrecho forman una gran muralla que separa el Atlántico del Mediterráneo. Los vientos de poniente (atlánticos) vienen cargados de humedad y provocan lluvias. Los vientos de levante (mediterráneos) son más secos, descargando el agua que llevan en forma de nieblas. En los tramos medios y bajos, hasta casi la desembocadura, los bosques de ribera protegen las márgenes de los ríos. Las orillas o riberas de estos ríos están cubiertos de altos árboles y mucho matorral. Su función en el paisaje es muy importante ya que sirven de cobijo a multitud de animales y plantas.
Ver video en lengua de signosEn los terrenos más arcillosos y llanos al pie de las elevaciones rocosas de arenisca, denominados bujeos, crece con las primeras lluvias otoñales una multitud de plantas que pasan el verano en forma de semilla o bulbo, y brotan cuando llegan las primeras precipitaciones.
Los mejores bosques de acebuches se concentran en zonas de campiña y bujeos. En estos lugares resisten al pastoreo y a la reconversión en zona agrícola, convirtiéndose en auténticos bosques islas, de los que abundan ejemplos en las campiñas gaditanas. El acebuche es un olivo silvestre, que fructifica en otoño. Esto es aprovechado por gran cantidad de aves migratorias que reponen energías con las nutritivas acebuchinas antes de continuar su ruta.
Los alcornoques forman uno de los paisajes más representativos de las sierras litorales del Estrecho. Un denso sotobosque de matorral y helechos enriquece el alcornocal. Suelen acompañarle acebuches en las proximidades de los bujeos o quejigos y otros árboles en las proximidades de ríos o zonas más húmedas y umbrías. El corcho es la corteza del alcornoque que lo aísla de las altas temperaturas y del efecto directo de las llamas sobre el tronco y ramas. La extracción del corcho tiene lugar cada nueve años entre junio y agosto.
Localmente se llama canutos a las gargantas por las que discurren los arroyos permanentes y los bosques que allí se desarrollan. Las condiciones climatológicas especiales del Estrecho hacen que en estas zonas altas predomine un ambiente húmedo. Son bosques en galería o túnel en los tramos altos de los ríos, en los que viven auténticas joyas botánicas como ojaranzos y algunos tipos de helechos y musgos. Son auténticos supervivientes de épocas pasadas hace varios millones de años y comparten características ecológicas con otros bosques tropicales de laurisilva como los de las islas Canarias, Azores o Madeira. El quejigo o roble andaluz, forma bosques en zonas en los que la humedad es abundante, ya sea por la proximidad a cursos de agua o por las nieblas y brumas que trae el viento de levante. De hecho es considerado un auténtico bosque tropical, con lianas, helechos y plantas con hojas anchas, como el laurel. Sobre los troncos crece una tupida vegetación de helechos y musgos. Muchos ríos mantienen una cantidad suficiente de agua en las épocas más secas y se convierten así en corredores verdes, reservas de vida en los momentos más difíciles del ciclo anual.
Ver video en lengua de signosEl hecho de las migraciones, establece un área de reproducción y nacimiento alternativo al habitual en el que se desarrollan y alimentan las especies. Cada migración es única para cada organismo. No hay dos iguales. En estos ciclos, la migración es un momento crucial que puede representar diversa importancia según la especie.
Compañeros de viaje
Los atunes realizan grandes viajes marinos, desde sus zonas de desove en el Mediterráneo, hasta las zonas de crecimiento y desarrollo en el Atlántico. Los antiguos pobladores de las costas del Estrecho conocían estos movimientos y los aprovechaban para pescarlos, como se puede comprobar en la ciudad romana de Baelo Claudia. En el Estrecho se pueden observar otras migraciones como la de la mariposa cardera entre Europa y África.
En el conocimiento y la puesta en valor de las migraciones y los paisajes, hay que reconocer el trabajo, ímpetu y sensibilidad de un grupo de científicos, naturalistas, literatos, intelectuales o, simplemente, grandes viajeros. Exploradores que en el siglo XIX y principios del XX dejaron por escrito sus relatos de la naturaleza poco conocida de estas tierras. Personajes como Carter, Irby, Ford,López de Ayala, Chapman,... La investigación y mucho de lo que se conoce hoy en día del paso migratorio de aves no hubiera sido posible sin Francisco Bernis y José Antonio Valverde, auténticos pioneros de la biología y la ecología en España. Toda una serie de colaboradores han continuado con aquellos primeros pasos dados a mediados del siglo XX hasta la actualidad, con proyectos de seguimiento de la fauna migradora como el Programa Migres.
Los gigantes del mar son grandes viajeros. Algunos como la ballena gris, se desplazan miles de kilómetros entre sus zonas de cría y de alimentación. En el Estrecho, ballenas y delfines han navegado por sus aguas desde antiguo. Delfines y calderones son vecinos permanentes, mientras que otros como cachalotes, orcas o rorcuales pasean habitualmente en su búsqueda de alimento o en movimientos migratorios o de búsqueda de alimento entre el Mediterráneo y el Atlántico.
Migración de las aves
Las aves son verdaderas expertas en los movimientos migratorios. Un gran número de ellas realizan cada año, a finales del otoño, un gran viaje desde el norte y centro de Europa hasta la Península Ibérica, buscando lugares menos fríos y con más alimento. El sur de la Península se convierte en un gran embudo que va concentrando en pocas semanas una enorme cantidad de aves en su paso hacia África. El inconveniente a la hora de la migración de las aves planeadoras es que las corrientes térmicas no se producen sobre los mares. Por ello tienen que volar hasta zonas en las que la distancia entre zonas terrestres sea pequeña, como el Estrecho de Gibraltar. Las aves de vuelo batido tienen que aletear constantemente para volar, con lo que no dependen de las corrientes térmicas, pudiendo volar de noche o sobre superficies de agua más amplias. En el Estrecho de Gibraltar también se localizan importantes pasos de estas aves.
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