El gobierno andaluz, consciente de la importancia de la producción ecológica para hacer frente a los efectos adversos del cambio climático en Andalucía, en nuestro contexto de agricultura mediterránea, impulsa el uso de técnicas ecológicas para la adaptación de las explotaciones agrícolas y ganaderas al cambio climático y contribuir de esta forma a su mitigación. Concretamente, para Andalucía, el cambio climático supondrá una reducción de las precipitaciones, a la vez que una mayor torrencialidad de éstas. Todo ello trae como consecuencia un aumento del impacto por erosión de la tierra y degradación del suelo, lo que supone una amenaza para los cultivos leñosos extensivos.

 

En esta línea, la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, a través del Departamento de Ecología de la Agencia de Gestión Agraria y Pesquera de Andalucía (AGAPA), con el objetivo de acercar más la agroecología a los agricultores y ganaderos como grandes aliados de la lucha contra el cambio climático, ha elaborado una información relevante y práctica, en forma de ficha técnica e infografía, dirigida a los productores en el ámbito de la agroecología y, más concretamente, sobre la implantación de las cubiertas vegetales en los cultivos leñosos y sus ventajas. Las cubiertas vegetales, que consisten en la siembra o mantenimiento de plantas herbáceas anuales para cubrir y proteger el suelo, se erigen como una adecuada estrategia para retirar carbono de la atmósfera y almacenarlo en el suelo, además de ser un ejemplo de buenas prácticas para evitar la erosión del mismo y aumentar la biodiversidad. 

 

Además de estas ventajas y de los beneficios económicos que para la propia explotación y sus agricultores y ganaderos tienen las cubiertas vegetales, y su contribución en la mitigación y adaptación de los cultivos frente al cambio climático, éstas aportan una serie de servicios ecosistémicos a tener en cuenta. Así por ejemplo, contribuyen a la fertilización del cultivo leñoso; aumentan la materia orgánica del suelo y la retención de nutrientes; proporcionan un hábitat adecuado a los enemigos naturales de la plagas que puede reducir la necesidad de intervenciones fitosanitarias; e incrementan la actividad biológica del suelo, reduciendo el desarrollo de enfermedades de suelo.

 

Para más información sobre esta técnica agronómica y cómo ponerla en práctica en las explotaciones agrícolas y ganaderas para adaptarlas al cambio climático, consulta el siguiente enlace.