Sin duda uno de los grandes monumentos musicales del Renacimiento español, el Cancionero de la Colombina fue muy probablemente manuscrito en la Casa Ducal de Medina Sidonia, y en concreto en su palacio de la actual Plaza del Duque de Sevilla. El códice se halla, desde hace cinco siglos, en la Biblioteca Colombina, de la que toma su nombre, una de las más importantes de Europa a nivel histórico y que se encuentra en un edificio anejo a la Catedral sevillana. Compilado en los años del descubrimiento de América, el libro fue adquirido en 1534 por el fundador de la colección colombina, Hernando Colón, hijo del descubridor de América y extraordinario bibliófilo. Contiene casi un centenar de piezas de la singular escuela andaluza del siglo XV, muchas de ellas aún hoy anónimas y otras identificadas como de Juan de Triana –músico ligado a la capilla de la casa ducal–, Juan Cornago y otros autores del momento.
Exquisitamente caligrafiado, la importancia del manuscrito es enorme como fuente principal de la singular escuela polifónica sevillana del siglo XV, ligada a su inmensa catedral, justo entonces en construcción y en la que trabajaba el citado Juan de Triana. La mayor parte de las piezas están escritas a tres voces, y se caracterizan por ese peculiar estilo andaluz, claramente influido por el estilo internacional emanado de la escuela polifónica francoflamenca —de hecho, se incluyen piezas de Ockeghem y Urrede—, pero con características singulares: formas musicales propias —como villancicos en su forma original profana, típicamente española— y un carácter apasionado, explícitamente reconocido por el resto de los autores europeos del momento. Añade valor cultural al manuscrito el crucial momento histórico que vivía Sevilla, cuyo estilo musical se irradiaría desde la ciudad, sede en adelante del monopolio del comercio americano, a todas las colonias.
Música raramente interpretada y menos aún grabada, este proyecto, apoyado por una Beca Leonardo de la Fundación BBVA, tiene como objetivo la recuperación histórica de esta joya sevillana del Renacimiento, y es por ello un momento especialmente gratificante para los miembros de Accademia del Piacere y para su director, Fahmi Alqhai.
Juan Ramón Lara