Clara Gómez Campos declara que el eje fundamental de su proyecto Témpera sobre paisaje es la búsqueda “de la relación entre la naturaleza y la visión de paraíso deshabitado que se extrae de la mirada del explorador, entendiéndose que ambos aspectos tienen en común el consumo que de ellos se hace recíprocamente”. Ciertamente el paisaje que la artista pinta es el de la movilización permanente del turismo. Según apunta la propia Clara, lo que quiere hacer es mostrar “falsos paraísos, con naturalezas paradisíacas y recién habitadas por exploradores: personas con pantalón corto, chanclas y calcetines”.

Los “personajes” que pinta están insertos en un paisaje publicitario; contemplamos fragmentos de cuerpos jóvenes, con ropa desenfadada y colorista, teniendo como fondo exuberantes flores o fragmentos de El jardín de las Delicias de El Bosco. El sentido del gusto está sobreexcitado con la aparición de helados, contundentes desayunos con huevos fritos, refrescos, hot-dogs y ketchup para estar a la altura de la "fastculture". Son tres series las que se presentan en esta exposición: Paraísos Verticales, Paraísos Horizontales y Supermercado Paraíso además de la obra El jardín de las Delicias realizada ex profeso para esta ocasión.

Clara insiste en la potencia de lo visible, componiendo con precisión y entregando un lujoso despliegue de color, apartándose, tanto del tono trágico informalista como de la retórica de la queja. Por medio de la pintura nos ofrece una alegoría del presente: retratos y paisajes, corporalidad y paraíso, esplendor y anomalía.

El catálogo que acompaña a la exposición contiene textos de Fernando Castro Flórez Carpe Diem [El paraíso anómalo en la obra de Clara Gómez Campos] e Iván de la Torre Amerighi Breves retazos sobre la obra de Clara Gómez Campos.