La Unión Europea impulsa una inteligencia artificial más abierta, colaborativa y orientada al servicio público
Europa refuerza sus líneas de trabajo para promover una IA basada en estándares comunes, reutilizable y con nuevas comunidades de colaboración en código abierto
La Unión Europea está dando forma a un enfoque más amplio sobre cómo debe desarrollarse y utilizarse la inteligencia artificial en el ámbito público. Más allá del marco regulatorio del Reglamento de Inteligencia Artificial, la UE está trabajando en iniciativas que buscan que la IA sea accesible, transparente y útil para administraciones, empresas y ciudadanía. Este enfoque combina tres líneas principales: el impulso a soluciones abiertas, el desarrollo de buenas prácticas para el uso responsable de los modelos y la creación de espacios de colaboración entre instituciones europeas.
Una IA pensada para ser compartida
La estrategia europea apuesta por modelos de IA que puedan ser reutilizados por diferentes actores, especialmente por los servicios públicos. Esto incluye desde bibliotecas de código y modelos entrenados en varios idiomas europeos, hasta herramientas que permiten evaluar la calidad, trazabilidad y seguridad de los sistemas. La Comisión Europea destaca que el uso de soluciones abiertas facilita que cualquier administración pueda incorporar IA sin depender de proveedores concretos, aprovechando conocimientos y recursos desarrollados de forma colectiva.
Este planteamiento se complementa con trabajos en curso para mejorar la identificación del contenido generado por inteligencia artificial. La Comisión ha iniciado la elaboración de un código de buenas prácticas que especificará cómo deben etiquetarse textos, imágenes, audios o vídeos creados mediante IA. El objetivo es reforzar la confianza, reducir el riesgo de desinformación y permitir que la ciudadanía pueda diferenciar con claridad qué contenidos proceden de sistemas automatizados.
Una nueva comunidad europea de IA de código abierto
En este contexto adquiere especial relevancia la Comunidad de Inteligencia Artificial de Código Abierto, impulsada por el Ministerio para la Transformación Digital y la Función Pública en coordinación con instituciones europeas. Su finalidad es crear un espacio estable de colaboración en el que administraciones públicas, centros de investigación, empresas tecnológicas y organizaciones de la sociedad civil puedan desarrollar, compartir y mejorar soluciones de IA basadas en código abierto.
La comunidad cumple una doble función. Por un lado, facilita que cualquier administración pueda adoptar IA de forma más sencilla mediante la disponibilidad de modelos, herramientas y metodologías abiertas que se pueden reutilizar sin necesidad de afrontar proyectos desde cero. Por otro lado, refuerza la transparencia y la auditabilidad de los sistemas de IA utilizados en el ámbito público, ya que más actores pueden revisar, evaluar y contribuir a su desarrollo.
Para orientar sus primeros pasos, la comunidad mantiene tres procesos de consulta participativa actualmente abiertos. El objetivo es recoger aportaciones sobre:
- Los retos económicos y sociales en los que la IA podría aportar valor
- La creación de una red de embajadores de la comunidad
- Los compromisos que las organizaciones están dispuestas a asumir
Estas consultas permanecen activas y permiten que la definición de prioridades sea un proceso compartido entre administraciones, personas expertas, empresas y entidades sociales.
Un marco que conecta innovación, confianza y servicio público
El enfoque europeo subraya que la inteligencia artificial debe ser una tecnología confiable y orientada al interés general. Esto se traduce en exigir transparencia en los algoritmos, claridad sobre cómo se entrenan los modelos y evaluación de los riesgos en su despliegue. Las estrategias de la UE combinan innovación tecnológica y gobernanza responsable, insistiendo en que la IA pública debe ser comprensible, auditable y alineada con los valores europeos.
Al mismo tiempo, Europa reconoce el potencial de la IA para mejorar procesos, diseñar políticas basadas en datos y ofrecer servicios más personalizados. La combinación de infraestructuras comunes, estándares compartidos y herramientas de código abierto permite avanzar en esta dirección sin comprometer derechos fundamentales.