Page 230 - Informe sobre la Situación Socioeconómica de Andalucía 2021
P. 230
5. RECURSOS HUMANOS: POBLACIÓN Y MERCADO DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
229
El índice de dependencia total puede descomponerse en dos partes, para de este modo examinar por separado a las personas dependientes según la edad por haber traspasado la barrera de los 64 años, de aquellos que lo son por no haber llegado a la edad mínima para formar parte de la población considerada como potencialmente activa. Respecto a los mayores de 64 años, se comprueba que el Índice de Dependencia de Ancianos6
sigue aumentando, lo cual es coherente con el incremento del índice de envejecimiento.
Por otro lado, el Índice de Dependencia de Jóvenes, a diferencia del año 2020, disminuyó tanto en España como en Andalucía. Para estos dos índices específicos, sus valores en Andalucía son inferiores a los del total nacional en el índice de dependencia de ancianos, y mayores en el caso de los jóvenes, lo cual es razonable dada la estructura poblacional por edades anteriormente mencionada.
5.1.2. Crisis sanitaria y mortalidad de la población
Desde los primeros meses de 2020, la emergencia sanitaria desencadenada por el virus SARS- COVID-2, causante de la enfermedad Covid-19 o coronavirus, se situó en el centro del escenario mundial al haber adquirido carácter de pandemia con alcance prácticamente planetario. Aunque no fuera descartable o inesperable un suceso de esta naturaleza, según repetidas advertencias de científicos y personalidades de relieve internacional, sorprendió tanto por la rapidez de su transmisión como por la gravedad de sus efectos. Dos años después de detectarse, finales de 2021, el número de víctimas mortales en el mundo sobrepasaba los 5,5 millones y de infectados los 400 millones de personas, estando aún lejos la erradicación de la enfermedad, a pesar del avance de la inmunización de un creciente porcentaje de la población.
España continúa siendo uno de los países más castigados, como revelan los datos comparados, tanto de aquellos que suman el total de infectados confirmados y el total de fallecidos, como los que ponen esas cifras en relación con el volumen de población. Si bien, estas cifras son solo aproximativas; en el caso de los fallecidos, que es el relevante en el estudio de la evolución de la población, el recuento de las autoridades sanitarias fue siempre menor al aportado desde otros registros, también públicos, como el del Instituto de Salud Carlos III o el Instituto Nacional de Estadística.
La estadística experimental que realiza el INE desde 2020 con la finalidad de estimar el número de defunciones semanales durante el brote del Covid-19, suministra una información muy valiosa sobre la evolución del número de fallecidos por todas las causas en las diferentes fases o, como también se le denominan, olas, que ha ido experimentando la crisis sanitaria desde que se inició a principios de 2020. El gráfico 5.1.6 muestra claramente como en España el mayor número de fallecimientos semanales se produjo justo en los inicios de la emergencia sanitaria, coincidiendo con las semanas de confinamiento de la población y cese de algunas actividades productivas, disminuyendo el número de fallecimientos semanales durante todo el periodo de desescalada y comienzo de la nueva normalidad, hasta experimentar un leve repunte en las últimas cuatro semanas de 2020 que se intensificó en las cinco primeras de 2021, para volver a disminuir en el resto del año hasta el nuevo repunte, más leves que los anteriores, de las tres últimas semanas del citado año.
6 Como se ha comentado para el índice de dependencia global, también en los específicos, el hecho de contar con los grupos quinquenales para su cálculo explica las diferencias con los valores que aparecen calculados en la web del INE.

