Nota Divulgativa

Se publican los resultados definitivos de la Encuesta social 2018 de educación y transiciones al mercado laboral en Andalucía

  • Existe una mayor presencia de las mujeres en el aula en todos los niveles educativos.
  • La mayoría de los jóvenes ocupados con estudios universitarios trabajan como Técnicos y profesionales científicos e intelectuales y Técnicos; profesionales de apoyo.
  • Las ocupaciones más frecuentes entre los jóvenes con menor formación son Trabajadores de los servicios de restauración, personales, protección y vendedores y Ocupaciones elementales.
  • Las dos situaciones de abuso en el trabajo más frecuentes son haber tenido que trabajar sin contrato y cobrar en “negro”.
  • El 68,3% vive en el domicilio familiar, aunque la mayoría espera independizarse antes de los 27 años.


Andalucía, 2 de mayo de 2019.

El Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía publica los resultados definitivos de la Encuesta de Educación y Transiciones al Mercado Laboral en Andalucía, cuyos trabajos de campo se realizaron entre mayo y julio de 2018 y que hace referencia a enero de 2018. Esta encuesta tiene la particularidad de estudiar la cohorte de jóvenes nacidos en 1994 que a los 16 años estaban escolarizados en Andalucía, los cuales ya fueron entrevistados en la Encuesta Social de 2010.

La tabulación de los datos definitivos completa a la anterior publicación añadiendo no sólo 29 tablas que ayudan a entender en muchos casos las causas o motivos por los que los jóvenes realizan determinadas acciones, sino que además viene acompañada por la publicación de los errores de muestreo y los microdatos, lo que permite un análisis más detallado por parte de analistas e investigadores.

La encuesta tiene el objetivo de estudiar cómo ha sido la trayectoria de estos jóvenes en distintos ámbitos de su vida, para ello marca tres hitos temporales en el estudio de esta cohorte: la situación al finalizar la ESO (de 15 a 18 años), su situación a los 18 años y la situación actual de 23 a 24 años.

Situación entre los 15 y 18 años

Respecto a la situación de los jóvenes en el momento final de la etapa de estudios obligatorios (entre los 15 y los 18 años), los datos muestran que el 80,5% de los jóvenes de la generación de 1994 completó los estudios obligatorios y siguió estudiando. El resto, o bien no los terminó (12,8%), o bien los terminó y optó por no seguir estudiando (6,7%).

Se percibe ya en esta etapa una constante de género que se reproduce durante todas las etapas educativas: la mayor presencia de mujeres en las aulas. Entre los jóvenes que optaron por seguir estudiando, la diferencia entre mujeres y hombres es de casi 7 puntos porcentuales, siendo el porcentaje de mujeres que continúa estudiando de un 84,1%. Asimismo, un 14,8% de hombres abandonaron los estudios en esta etapa sin obtener el título de la ESO mientras que entre las mujeres este porcentaje se situaba en el 10,6%.

El principal motivo por el que los jóvenes afirman que no continuaron los estudios es la desmotivación con la propia actividad de estudiar (44,5%), un motivo casi 9 puntos porcentuales más alto en hombres que en mujeres (48% frente a 39,1%). El siguiente motivo por el que los jóvenes justifican esta decisión es la necesidad de poder empezar un proyecto de vida con autonomía económica (12,7%), motivo también más mencionado por hombres que por mujeres.

Situación a los 18 años

Para hacer balance de la primera disyuntiva que surge tras finalizar la etapa obligatoria, la encuesta hace una parada en los 18 años para contemplar con más nitidez cómo empezaron a cristalizarse los itinerarios que siguieron los jóvenes. La escena en este sentido es parecida a la anterior: el 78% de estos jóvenes nacidos en 1994 estudiaba, ya sea como única actividad (72,7%) o compaginando los estudios con algún trabajo (5,3%).

Jóvenes nacidos en 1994 según su relación con la actividad a los 18 años por sexo. Porcentajes
Jóvenes nacidos en 1994 según su relación con la actividad a los 18 años por sexo. Porcentajes

Situación de los jóvenes entre los 18 y los 23-24 años

Entre los jóvenes nacidos en 1994 que han obtenido un título de ESO o inferior, el porcentaje de trabajadores es del 53,4% y el de parados del 25,7%, mientras que el 37,1% de los jóvenes que han concluido un ciclo formativo de grado superior o estudios universitarios son asalariados o empresarios y un 11,1% se encuentra parado o buscando activamente empleo. Entre estos jóvenes con estudios de ciclo formativo superior o universitarios la situación mayoritaria es estudiante (49,3%).

En esta edad donde muchos de los jóvenes han consolidado su trayectoria educativa, se observa que el 35,2% ha finalizado estudios superiores (estudios de Ciclo Formativo de Grado Superior o universitarios) mientras que en el otro extremo el 26,2% se quedaron en el umbral de superar los estudios obligatorios.

Jóvenes nacidos en 1994 según nivel de estudios alcanzado. Porcentajes
Jóvenes nacidos en 1994 según nivel de estudios alcanzado. Porcentajes

Estos datos presentan matices cuando se introduce la perspectiva territorial, aspecto que se ha incluido en la ampliación de los datos definitivos. Por ejemplo, el porcentaje de jóvenes que ha terminado niveles de estudios postobligatorios en las ciudades (76,4%) es mayor que en zonas rurales (65,9%) y que en zonas de densidad intermedia (68,3%).

Primeros pasos en el mercado laboral

Los itinerarios educativos que siguen estos jóvenes inciden claramente en el momento de su incorporación al mercado laboral. Así, los jóvenes que han concluido el bachillerato se dirigen en su mayoría hacia la continuación de estudios (80,2%), mientras que los jóvenes con ciclo formativo de grado medio se dirigen principalmente al mundo laboral activo (55,6%), continuando los estudios únicamente el 19,1% de ellos.

De estos jóvenes, uno de cada cuatro tuvo la primera experiencia laboral entre los 18 y los 19 años. Se observa cómo la incorporación de la mujer al mercado laboral es más tardía que la de los hombres, paralelamente a su permanencia más prolongada en el sistema educativo. Esta primera experiencia laboral es en el 72% de los casos con un contrato de carácter temporal, predominando ligeramente la jornada de tipo parcial (52,5%). En el 51% de los casos estos trabajos tuvieron duración inferior a 6 meses. En un 18% de los casos esa primera experiencia se ha realizado sin contrato.

Respecto a la ocupación de los jóvenes de esta cohorte, que con 23-24 años están trabajando, lo hacen con más frecuencia como Trabajadores de los servicios de restauración, personales, protección y vendedores, donde se concentra el 32,2% de los mismos. Dentro de este grupo de ocupación, los empleos más frecuentes se concentran en vendedores en tiendas o almacenes y camareros, siendo el de vendedora el más frecuente en el caso de las mujeres (16%) y camarero entre los hombres (10,4%).

El nivel de estudios marca diferencias en la ocupación de estos jóvenes trabajadores. Los jóvenes ocupados con estudios universitarios se concentran en ocupaciones de Técnicos y profesionales científicos e intelectuales (49,9%) o Técnicos; profesionales de apoyo (19,9%). Las ocupaciones de Trabajadores de los servicios de restauración, personales, protección y vendedores son las más frecuentes entre los jóvenes con estudios postobligatorios no universitarios (37,7%) y los jóvenes ocupados con titulación de ESO, similar o inferior (35,5%). En el caso de estos jóvenes con menor nivel educativo las Ocupaciones elementales son también frecuentes, concentrando el 30,2% de aquellos jóvenes ocupados con titulación de ESO, similar o inferior.

Preguntados por posibles situaciones de abusos en el trabajo, las dos situaciones en las que afirman haberse encontrado con más frecuencia son trabajar sin contrato (36,1%) y cobrar en “negro” (32,6%). Las situaciones de abuso más frecuentes varían dependiendo del nivel de estudios de los encuestados.

Situación residencial y de convivencia con los jóvenes

Las trayectorias educativas y laborales inciden también en otros aspectos de las decisiones vitales de estos jóvenes. Por ejemplo, de la cohorte objeto de estudio casi uno de cada 5 jóvenes (19,9%) ha cambiado su residencia en los últimos 5 años a algún lugar fuera de Andalucía. Estos cambios residenciales están motivados principalmente por razones de estudio (57,9%), por búsqueda de empleo (19,3%) o bien por cuestiones laborales (17,8%).

En cuanto al desarrollo social y personal de estos jóvenes, el 68,3% vive en el domicilio familiar, aunque la mayoría espera independizarse antes de los 27 años (33,1%). La encuesta también nos muestra las aspiraciones y expectativas de los jóvenes para formar una familia. Un 7,2% de los jóvenes nacidos en 1994 son padres o esperan serlo en breve (porcentaje de un 10,1% en el caso de las mujeres).

Saber más


La Encuesta social 2018. Educación y transiciones al mercado laboral en Andalucía es una operación longitudinal que estudia la cohorte de jóvenes nacidos en 1994 que ya fueron entrevistados en la Encuesta social de 2010 con 15-16 años (cohorte de jóvenes nacidos en 1994 que con 16 años estaban escolarizados en Andalucía). El objetivo es conocer, ahora que cuentan con 23-24 años, cómo ha sido su trayectoria en distintos ámbitos de la vida, especialmente en los itinerarios educativos que han seguido y en su incorporación al mercado laboral.

 

La muestra es concebida como un panel puro a partir de los 2.573 jóvenes encuestados en 2010. La recogida de información se ha realizado entre los meses de mayo y julio de 2018. Estos jóvenes en la actualidad tienen entre 23 y 24 años por lo que pueden estar estudiando, trabajando o compatibilizando ambas situaciones. Esta encuesta pretende mostrar los itinerarios formativos seguidos por estos jóvenes, algunas de las circunstancias que les acompañan durante su formación y su primera experiencia laboral. El detalle y exhaustividad en la reconstrucción de las trayectorias e itinerarios formativos está limitado por el formato de encuesta telefónica que limita su duración a 15 minutos.

 

Los resultados detallados se publican a través de tabulaciones en la página web, estando también disponibles los microdatos para los análisis que deseen hacer los investigadores y analistas. Se publica también información complementaria relacionada con la calidad de los procesos de recogida consolidada en un informe de calidad y la tabulación de los errores de muestreo para los principales indicadores.

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