El Consejo de Gobierno andaluz ha aprobado dos planes específicos para dos de los más relevantes grupos de aves nidificantes en la comunidad: las necrófagas o carroñeras y las esteparias. Estos documentos se proponen como objetivo rebajar las categorías de amenaza, por lo que plantean una vigencia indefinida. Por ello, sus principales medidas se dirigen a incrementar el éxito reproductor, mejorar los hábitats, fomentar nuevas zonas de expansión y eliminar amenazas, como los cebos envenenados o la electrocución con tendidos de alta tensión.
El plan de recuperación y conservación de las aves necrófagas se centrará en el quebrantahuesos y el alimoche (catalogadas en peligro de extinción), así como en el buitre negro y el milano real.
Respecto al quebrantahuesos, la estrategia se dirige a afianzar el programa de reintroducción que desarrolla la Consejería de Medio Ambiente y que dio sus frutos iniciales en 2006 con la liberación de los primeros ejemplares en el Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. La población actual está integrada únicamente por los ejemplares procedentes del programa, ya que la especie desapareció de Andalucía en 1986. Como áreas potenciales de expansión y reintroducción, el plan establece, además del citado espacio protegido, los parques naturales Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama y Sierra de Castril, así como el Espacio Natural de Sierra Nevada.
Para el alimoche, el plan fija el objetivo de frenar su negativa tendencia reproductora (de 35 parejas a 28 en los últimos siete años), mientras que en el caso de las otras dos especies se reforzará el aumento poblacional registrado (de 164 a 299 parejas de buitre negro en la última década y de 23 a 40 parejas de milano real en los últimos cinco años).
Finalmente, el plan para las aves esteparias incluye dos especies en peligro de extinción (la avutarda común y el torillo andaluz); una vulnerable (el aguilucho cenizo), y cuatro de interés especial (la alondra ricotí, la ganga ibérica, la ganga ortega y el sisón).
De estas siete especies, tan solo el aguilucho cenizo y la ganga ibérica muestran tendencias poblacionales estables. El resto presenta una dinámica expansiva, incluida la avutarda, que ha pasado de 338 a 447 individuos en los últimos seis años. Caso especial es el del torillo, ave de cuya presencia no se tiene constancia desde 1981 y que podría recuperarse a partir de colonias localizadas en el norte de Marruecos.
De los cinco planes aprobados, el de las esteparias es el que contará con una mayor colaboración de los propietarios de fincas, ya que estas especies se asientan sobre todo en campiñas cerealistas y pastizales adehesados, principalmente los altiplanos granadinos y almerienses, la campiña sevillana, el norte de la provincia de Málaga o las comarcas del Alto Guadiato y el Andévalo. Evitar la fragmentación de los hábitats, mantener las prácticas agrícolas y ganaderas sostenibles y mejorar la rentabilidad de los aprovechamientos extensivos tradicionales constituyen algunos de los principales objetivos del plan.
Con estas iniciativas, Andalucía cuenta con planes de recuperación y conservación que afectan a 146 especies silvestres, treinta de fauna y 116 de flora. De estas, 77 son especies catalogadas como vulnerables, 65 como en peligro de extinción y cuatro se consideran ya extintas en la comunidad autónoma.
Estas iniciativas específicas de conservación están fuertemente vinculadas a la Estrategia Andaluza de Gestión Integrada de la Biodiversidad, un texto concebido como marco de referencia de la política europea e internacional en esta materia, incorporando las directrices y líneas de acción del conjunto de la política ambiental de la comunidad.