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Aprobados los planes de recuperación de tres especies en peligro de extinción: lince, águila imperial y pinsapo
Sevilla (enero de 2011). El Consejo de Gobierno ha aprobado los planes de recuperación de las tres principales especies de la fauna y flora andaluzas en peligro de extinción: el lince ibérico, el águila imperial y el pinsapo; y, junto a ellos, los de las aves esteparias y necrófagas, grupos en los que se incluyen especies en riesgo de extinción además de otras catalogadas como vulnerables o de interés especial.

Esta nueva planificación incluye medidas para la recuperación de las poblaciones y para proteger sus hábitats y posibles áreas de expansión. Para este último objetivo se reforzará el modelo de colaboración público-privada impulsado por la Consejería de Medio Ambiente, que actualmente se concreta en 260 convenios con particulares y propietarios de fincas y en la realización de proyectos en más de 223.000 hectáreas.

El plan del águila imperial tendrá una vigencia indefinida hasta que se alcance un tamaño de población y unas condiciones de conservación que permitan cambiar la catalogación de esta especie de en peligro de extinción a vulnerable. En cuanto al lince ibérico, el documento aprobado por el Consejo de Gobierno fija un plazo de vigencia de cinco años y, entre otras metas, está la de alcanzar durante este periodo en Andalucía una población total de 315 ejemplares.

Ambos planes darán continuidad a las medidas de protección, conservación e investigación que se vienen desarrollando durante la última década, centradas en la recuperación de los hábitats que las dos especies comparten en Doñana y Sierra Morena. Estas iniciativas han logrado frenar la disminución de las poblaciones de lince ibérico y águila imperial, que hace diez años se encontraban en estado crítico. Otra de línea de trabajo es la dirigida a reforzar la investigación y control sanitario. Andalucía cuenta con un centro de análisis y diagnóstico de la fauna silvestre, que coordina el seguimiento sanitario y genético.

En el caso del lince, sus efectivos alcanzan los 230 ejemplares (165 en Sierra Morena y 65 en Doñana), frente a los 120 de principios de la pasada década, con un aumento del 73% en su superficie de distribución. Entre los programas que han contribuido a esta recuperación, destaca el de cría en cautividad, que cuenta con tres centros en Andalucía y ha logrado reintroducir una decena de linces en el medio natural.

El plan de recuperación se aplicará en las dos áreas críticas para la especie (Andújar-Cardeña y Doñana-Aljarafe) y también en los territorios considerados de expansión, tanto los adyacentes a estas zonas como los enclaves de Guadalmellato, Guarrizas y la conexión de Doñana con Sierra Morena, además de otro en Sierra Morena aún por definir.

En cuanto al águila imperial, Andalucía acoge 61 de las 251 parejas de la población mundial de esta especie, localizada en el cuadrante suroccidental de la península ibérica, cuando a finales de la década de los setenta registró su mínimo histórico de cincuenta parejas. Durante los últimos diez años, los esfuerzos de conservación se han dirigido sobre todo a eliminar las amenazas que suponen el uso de cebos envenenados y las electrocuciones en tendidos eléctricos. Como consecuencias principales, la mortalidad por esta última causa se ha reducido en un 80% y la población andaluza de la especie se ha duplicado desde el año 2001.

Por su parte, la estrategia para el águila imperial se desarrollará en su actual área de distribución (Doñana y Sierra Morena oriental y central) y en las zonas potenciales que serán definidas por la consejería.

Abeto autóctono andaluz

El plan diseñado para el pinsapo tiene como objetivo seguir favoreciendo la expansión natural propiciada por las políticas de conservación desarrolladas en las dos últimas décadas que han provocado un aumento de 300 hectáreas en la superficie ocupada por los pinsapares, cuya cifra ronda las 4.000 hectáreas.

Así, establece una vigencia indefinida hasta alcanzar un tamaño de población y un estado de conservación que permitan rebajar la categoría de amenaza. Una vez desaparecidos los factores que diezmaron estos bosques (tala, carboneo, sobrepastoreo), la estrategia para los próximos años se centrará en la protección contra incendios, el control fitosanitario, la regeneración de las manchas más envejecidas y la conexión entre los núcleos. Estas medidas se desarrollarán en áreas de expansión de este abeto, como los parques naturales Sierra de Grazalema y Sierra de las Nieves y el Paraje Natural Reales de Sierra Bermeja.