La ciudad ha roto su secular dependencia de los fértiles regadíos de la Vega, su primitiva
razón de ser. El cambio a una economía de servicios, que en gran medida ha sustituido a
la de base agrícola, impulsa la aceleración del crecimiento urbano, con un movimiento
de población que se desplaza del campo a la ciudad. Granada pasa así de tener 155.000
habitantes en 1950 a unos 240.000 en la primera década del siglo XXI.
Este fuerte incremento demográfico genera una demanda incesante de nuevos espacios
para la construcción de viviendas e instalaciones industriales y de servicios que se obtienen,
en una primera fase, de las tierras de cultivo de la Vega y posteriormente de la ocupación
creciente de las faldas de la Sierra. Surge lentamente una aglomeración urbana que une,
sin solución de continuidad, la antigua ciudad de Granada con los municipios aledaños hasta constituir una realidad
metropolitana, con necesidades diferentes, que superan ya el ámbito de la urbe histórica. Los habitantes de esta nueva
entidad metropolitana se multiplican por dos hasta alcanzar el medio millón, lo que requiere de nuevos planteamientos
en los sistemas generales de abastecimiento y depuración de aguas, circulación y movilidad, espacios libres, etc.
La fama de la Alhambra trasciende todas las fronteras y se convierte en polo de atracción de un movimiento turístico de
primeramagnitud: con sus tres millones de visitantes anuales, destaca amenudo como el monumentomás visitado de España.
Sierra Nevada, con su equipamiento para la práctica de los deportes de nieve, es otro de los grandes activos de la ciudad, que
contribuye a mantener un importante flujo de actividad turística durante todo el año. Sin duda, Granada, apoyándose en una
historia íntimamente ligada al agua, ha sabido proyectarse al futuro y darse a conocer en Europa y el mundo.
Granada, siglo XXI
En Sierra Nevada se encuentra la
estación de deportes de invierno más
meridional de Europa. Sus más de 100
km de pistas son un potente atractivo
para el turismo.
Uno de los diez Observatorios de Cambio
Global del mundo seleccionados por la
UNESCO para registrar los efectos del
cambio climático está en Sierra Nevada.
A partir de la segunda mitad del XX
se acomete una intensa repoblación
hidrológico-forestal para proteger los
suelos de la erosión y paliar los efectos de
las riadas. Miles de hectáreas se plantan en
la sierra, a menudo con especies coníferas
exóticas que han formado unos bosques
artificiales que hay que ir naturalizando.
Como contrapartida al foco de atención en
que se ha convertido la sierra, en las últimas
décadas aumentan las presiones urbanísticas
y sobre recursos tan frágiles como el agua,
que requieren una defensa decidida.
El crecimiento de la ciudad, que se
desborda hacia la Vega y las faldas de Sierra
Nevada, se impone a las peculiaridades del
territorio que justificaron las formas de la
ciudad histórica.
La explotación de las aguas subterráneas
del acuífero de la Vega se ha incorporado
al sistema de abastecimiento urbano
mediante sondeos profundos que se
activan cuando es necesario.
Los sotos y formaciones de ribera de
la Vega, en origen constituidas por
álamos, sauces, fresnos y olmos, han
desaparecido por la alteración del
hábitat fluvial. En su lugar proliferan
zarzamoras, emborrachacabras,
juncos, cañaverales…, indicadores de
condiciones degradadas.
La situación de la ciudad sigue siendo privilegiada
por controlar el paso de la costa al interior (eje
Bailén-Motril) y del Surco Intrabético (eje Antequera-
Baza). La expansión del tejido urbano ha obligado
a la construcción de nuevas rondas y variantes para
separar el tránsito urbano del territorial.
El futuro está en la cooperación: la aglomeración de
Granada abarca hasta 32 municipios (25 de ellos a
menos de 10 km de la capital, diez de ellos con más de
10.000 habitantes). Esta circunstancia obliga a plantearse
los problemas con una nueva escala.
El cauce del río Beiro se ha
embovedado e incorporado al
continuo urbano. Su existencia sólo
pervive en el callejero de la ciudad:
Ribera del Beiro.
La presión urbanizadora
sobre la Vega ha obligado al
retroceso de los cultivos. En
su lugar proliferan centros
comerciales, polígonos
industriales y toda clase de
edificios e infraestructuras.
La inclusión por la UNESCO de
la Alhambra y el Albayzín entre
los monumentos Patrimonio
de la Humanidad, coloca a
la ciudad de Granada como
destino singular y preferente a
escala mundial.
El valle del Darro, “en la
trasera” de Granada, es el
gran olvidado. La integración
de este valioso espacio con
el tejido de la ciudad es una
cuestión pendiente que ha de
abordarse, para transformarlo
en un nuevo cauce de
oportunidad para Granada.
En las cabeceras de los ríos
se construyen presas para
abastecimiento, control
de avenidas, regadío y
aprovechamiento hidroeléctrico,
como la de Canales en el Genil y
de Quéntar, en el Aguas Blancas.
La espectacular morfología glaciar, la benévola
climatología y la elevada biodiversidad,
reconocida con la figura de Parque Nacional,
hacen de Sierra Nevada un lugar con creciente
interés para el turismo de naturaleza.
Huerta de San
Vicente, asociada al
recuerdo del poeta
F. García Lorca,
por M. Maldonado
Rodríguez. Museo
de Bellas Artes de
Granada.
Nocturno de Granada
con el complejo del
Parque de las Ciencias
en primer término.
Foto: Parque de las
Ciencias de Granada.
Paisaje de la Alhambra al atardecer
hacia el sector de los Palacios Reales.
Foto: J. Morón.
Cauce del río Darro por Granada. A la
derecha, panorámica de la Vega con
Granada y Sierra Nevada al fondo.
Foto: A. Castillo.
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] A GU A , T E R R I T O R I O Y C I U D A D
U N PA I S A J E H E CHO E N L A H I S T O R I A [
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