Página 56 - Granada

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5.
La huella de los glaciares.
Durante los episodios fríos del Cuaternario los hielos permanentes tallaron en Sierra Nevada
paisajes de morfología glaciar, de los que quedan vestigios particularmente visibles entre
los picos Veleta (3.393 m), Mulhacén (3.482) y Alcazaba (3.371): la erosión del hielo modeló
aserradas cuchillas en los Crestones de Río Seco, se formaron numerosas cubetas lagunares, las
cabeceras de los ríos se convirtieron en circos y valles glaciares con forma de U y se acumularon
depósitos de materiales arrastrados por los hielos, conocidos como morrenas. Elementos que
atestiguan los cambios climáticos del pasado, hoy intensificados por la actividad humana con
una inquietante tendencia al aumento de las temperaturas.
4.
Divisoria y cuna de aguas.
La línea de cumbres de Sierra Nevada señala la divisoria de numerosas cuencas fluviales cuyas aguas
acaban tanto en el Atlántico como en el Mediterráneo, sirviendo de ejemplo, respectivamente, los ríos
Genil y Guadalfeo. Es también el único territorio andaluz con ríos de régimen pluvionival, caracterizados
por presentar máximos caudales asociados al deshielo ya bien entrada la primavera, precisamente cuando
aumentan las necesidades hídricas ante la llegada de los rigores estivales.
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] A GU A , T E R R I T O R I O Y C I U D A D