Página 105 - Granada

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Abierta “como una granada” por el río Darro y abrazada por el cauce del
Genil, la ciudad se despliega desde las colinas del Albayzín y la Alhambra
hasta el llano que deja paso a la Vega. La urbe, una de las más populosas de
España, mantiene en lo esencial la abigarrada configuración que adquirió en
el período nazarí. Pero los cambios acontecidos al cabo de más de un siglo de
dominio castellano son ya también muy perceptibles.
El centro de gravedad de la población se traslada de los empinados
cerros, último refugio morisco, a la parte baja, la
medina
, donde prefieren
asentarse los repobladores cristianos. En el denso caserío se abren plazas y
paseos de una regularidad y amplitud nunca vistas en Granada. Junto a la
recatada arquitectura de las mezquitas, baños y viviendas nazaríes surgen
monumentales iglesias y conventos, majestuosas sedes de gobierno, soberbias
casas señoriales. Buena parte del cinturón amurallado pierde sentido, se
descuida y se deja atrás en el rápido crecimiento de los arrabales extramuros,
que se tienden hacia la Vega formando una corona entre grandes monasterios
y fundaciones, villas de recreo y una constelación de casas rurales.
Lugares
y edificios
(