La Zona de Especial Conservación (Z.E.C.) Alto Guadalquivir, es uno de los espacios naturales andaluces que forman parte de la red ecológica europea denominada red natura 2000, cuyo objetivo principal es mantener, en un estado de conservación favorable, los hábitats y las especies de interés comunitario.

La ZEC Alto Guadalquivir se sitúa en el sector oriental de la provincia de Jaén, entre los términos municipales de Baeza, Bedmar y Garcíez, Cazorla, Jódar, Peal de Becerro, Torreperogil y Úbeda.

La ZEC es una extensa zona húmeda, constituida por tres embalses y el propio cauce del río Guadalquivir que los une. Los tres embalses son los denominados: embalse Puente de la Cerrada, embalse de Doña Aldonza y embalse de Pedro Marín. Fueron construidos en la década de los años 50 y 60. Desde entonces han experimentado un proceso de aterramiento hasta encontrarse hoy en día colmatados prácticamente en su totalidad.

La confluencia de estas construcciones de origen artificial (embalses colmatados, vegetación palustre emergente) con las zonas de ribera natural (río, bosque galería, sotos de ribera) hacen de este espacio un lugar de gran diversidad en el que coinciden dos dinámicas acuáticas que facilitan una riqueza biológica potencialmente más alta que la que presentaría cada uno de los sistemas por separado.

La ZEC Alto Guadalquivir está inmersa en un relieve típico de campiña, dominado por la presencia de extensas superficies cultivadas, por lo que este ámbito fluvial se configura como un área de refugio para la biodiversidad en un entorno fuertemente antropizado. Su localización es de gran relevancia desde el punto de vista paisajístico y faunístico, argumentos que motivaron su declaración como espacio natural protegido.

La riqueza biológica se refleja en la variada y numerosa representación de aves ligadas a los medios acuáticos, entre la que destaca como población nidificante el Calamón, ave de belleza atípica, con color y morfología especialmente llamativos. Junto a ánades reales, patos cucharas o porrones coexisten numerosas especies vulnerables y protegidas, como la garza imperial, la singular malvasía cabeciblanca o el Aguilucho Lagunero.

La vegetación que se desarrolla en este entorno se constituye principalmente de eneas y cañas acompañadas de juncos, bayuncos y tarajes. En las riberas abundan, entre otros, los álamos y fresnos que refrescan el lugar. Es, por todo ello, una magnífico oportunidad para que los amantes de la naturaleza y en especial los de las aves disfruten de un atractiva visita.