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A los pies de la población de Nigüelas se levanta este colosal accidente geológico. Se trata de un enorme bloque de terreno que, por su composición en mármoles, posee un llamativo color claro. Su origen son las tensiones de la corteza terrestre que quebró y desplazó los grandes bloques rocosos que forman la falla.
Estos movimientos geológicos se producen por la liberación de cantidades de energía inimaginables en el interior de la tierra, siendo capaces de originar la rotura y el movimiento de pesados bloques. En concreto, el interés de esta falla estriba en que, al ser de formación relativamente reciente, se pueden observar en ella las estrías y fisuras provocadas por el rozamiento de los bloques. Estos aspectos no son generalmente tan evidentes, por lo tanto, este enclave se convierte en un recurso didáctico de elevado potencial para comprender los diversos y complicados fenómenos geológicos.
La población que da nombre a este monumento natural conserva calles y casas con encanto morisco. Además, el visitante puede alojarse en las antiguas viviendas-cuevas rehabilitadas como casa rurales. Este pueblo posee edificios de interés como la Casa de los Zayas, con su portada renacentista y majestuosos jardines del estilo romántico francés, o la iglesia mudéjar de San Juan Bautista que contiene magníficas esculturas de la imaginería granadina. También se puede visitar la Almazara de Las Laerillas, antiguo molino de aceite. En las afueras, desde el mirador de Rasuela, hay unas excelentes vistas del Valle de Lecrín, de Sierra Nevada, y del profundo barranco del río Torrente.
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