
Acude a nuestros centros de visitantes, puntos de información y ecomuseos para sacarle el máximo partido a tu visita.
Este mirador nos abre una ventana al embalse del Tranco de Beas, ubicado en los tramos altos de la cuenca del río Guadalquivir, donde todo es bosque y naturaleza. Todas sus aguas se encuentra dentro de los límites del parque natural.
Este embalse se terminó de construir en el año 1944, con una capacidad que ronda los 500 hectómetros cúbicos. Sus aguas cubren lo que en su día fue la vega de Hornos, conocida por sus frondosas huertas. Restos como la antigua aldea de Bujaraiza o la Torre árabe de Bujarcáiz solo se hacen visibles cuando el nivel es muy bajo, lo que es muy poco frecuente. Por el contrario, el castillo de Bujaraiza está siempre sobre el nivel de las aguas, aunque queda aislado en una pequeña y bonita isla al sureste, accesible por tierra cuando el embalse baja de dos tercios de su capacidad aproximadamente.
En el entorno de este pantano se realizan numerosas actividades acuáticas, existiendo empresas de turismo activo que ofertan paseos en piragua o hidropedal.
En este paraje podemos disfrutar de una gran parte de la fauna que habita estas sierras, destacando el ciervo, la cabra montesa, el gamo, el jabalí o el muflón.
Se localiza en el sendero La Cabañuela, a 2550 metros de su inicio. Para llegar al sendero La Cabañuela hay dos opciones: a través de la carretera A-319, en el kilómetro 64, a poca distancia de la zona de acampada controlada Huerta Vieja y, en esta misma carretera, en el kilómetro 65,5 y justo frente a la Casa de los Casares, donde hay espacio para aparcar.
Acude a nuestros centros de visitantes, puntos de información y ecomuseos para sacarle el máximo partido a tu visita.
No molestes ni des comida a los animales. Alterarías negativamente su conducta.
Consulta la previsión meteorológica antes de iniciar tu actividad.
Lleva agua, protección solar, ropa y calzado adecuados.
No olvides tus prismáticos.
Sigue las recomendaciones y cumple la normativa en todo momento
Respeta las instalaciones puestas a tu disposición. Su mantenimiento lo pagamos todos.
Colabora para evitar incendios. No arrojes cigarrillos o cualquier otro objeto que produzca combustión.
La basura no vuelve sola. Llévala contigo hasta el contenedor más próximo. Reduce, reutiliza, recicla.
El ruido es otra forma de contaminación. En silencio disfrutarás más de tu experiencia.
Convive respetuosamente con la gente del lugar y demás usuarios. Respeta los bienes y propiedades privadas.
Facilita el uso a personas con necesidades especiales.
Consumiendo productos locales y contando con empresas de la zona contribuirás al desarrollo rural.
Practica un turismo responsable y comprometido con el entorno. ¡Sé un verdadero ecoturista!
Nunca abandones a tu mascota en la naturaleza. Pondría en peligro la flora y la fauna del lugar.
Desplázate de una manera sostenible: transporte público, bicicleta, a pie, vehículo eléctrico o compartido… Aparca en los lugares habilitados
No dejes huella de tu paso por la naturaleza. El mejor recuerdo que puedes llevarte es tu propia fotografía.
Tu seguridad es nuestra preocupación, pero es tu responsabilidad.
La conservación de los espacios naturales también está en tus manos. ¡Gracias por tu colaboración!