El Calvario es el cerro al que nos lleva este sendero señalizado. Detrás de este nombre se esconde una panorámica fabulosa de la Sierra Norte de Sevilla y la Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Si quieres conocer las impresionantes dehesas de Sierra Morena, aquí tienes una estupenda oportunidad.

El sendero tiene su inicio al final de la calle de El Calvario, en el núcleo urbano de Almadén de la Plata. Este bonito pueblo serrano tiene mucho de minero. ¡Hasta el nombre! Almadén proviene del árabe Al-medin, que viene a significar Las Minas, y el apelativo de la Plata hace referencia a que este metal fue uno de los más extraídos en sus minas. Pero la importancia minera de Almadén se remonta hasta la época fenicia extrayendo, además de plata, cobre y mármol. En el interior de la sierra no sólo se esconden minerales, sino también otro apreciado elemento: agua. Y es por ello que al final de la Cuesta del Calvario nos encontramos un pozo que extraía agua de las galerías interiores de la montaña. Ésta era canalizada hasta una antigua fuente de varios caños que abastecía a los habitantes del pueblo.

Comenzamos la ascensión al cerro junto a una dehesa delimitada por un tradicional cercado de piedra, que evita que el ganado doméstico se salga del terreno donde está aprovechando los pastos ¿Sabes cómo se consigue transformar un bosque mediterráneo en una dehesa? No es más que una forma de organizar el monte, eliminando parte del arbolado y el matorral posibilitándose, así, el cultivo de cereales y pastos, la cría de ganado y el aprovechamiento forestal. Ahora, a tu derecha, puedes ver de cerca una dehesa de alcornoques..., un poco más tarde podremos verla desde las alturas.

En el camino llama nuestra atención un castaño (Castanea sativa) con dos troncos o pies, cultivado por el hombre en las umbrías para el aprovechamiento de la madera y de su fruto, la castaña. A su alrededor han crecido especies típicas del bosque mediterráneo como alcornoques (Quercus suber) o la abundante jara pringosa. Científicamente a esta última se la conoce como Cistus ladanifer y de ella se extrae un componente muy utilizado en perfumería y que le da nombre, el ládano. A la jara le sirve como capa aislante en sus hojas, evitando la pérdida de agua, tan escasa en el clima mediterráneo, y nosotros lo utilizamos como base de multitud de perfumes. Todavía hoy en Almadén se realizan perfumes artesanales, y en el vecino Real de la Jara podemos visitar un antiguo alambique que destilaba las esencias y aromas de las plantas.

Todo nuestro recorrido transcurre por la Vereda de Castilblanco, una vía pecuaria que une Almadén de la Plata con Castilblanco de los Arroyos. Las vías pecuarias son un bien de dominio público, tan antiguas como el propio pastoreo, pero su protección, reglamentación y ordenación se remonta a la Edad Media. Con ello se pretendía asegurar la trashumancia, es decir, el viaje del ganado en busca de pastos, desarrollándose así en Andalucía una red de... ¡más de 30.000 kilómetros! ¿Sabías que si pusiéramos una tras otra todas las vías pecuarias de la provincia de Sevilla podríamos ir en línea recta desde Madrid a San Juan de Puerto Rico?

Seguimos ascendiendo la falda del cerro, pero antes de llegar al final del sendero, nos encontramos con unas rocas, donde los habitantes de Almadén han instalado una cruz que vigila impasible el pueblo, muestra de su marcado carácter religioso. Almadén fue un importante enclave en la Reconquista de Fernando III el Santo, que le concedió la Carta Puebla y con ello el derecho a ostentar escudo propio. Posteriormente los almadenenses fueron premiados por los Reyes Católicos con el título para la villa de leal por su aportación en la caída del Reino de Granada. Si visitas Almadén el 5 de agosto, podrás ver la procesión de su patrona, Santa María de Gracia, por las calles del pueblo... ¡toda una muestra del culto serrano!

Coronamos los 645 metros del Cerro del Calvario, cuyo nombre procede de la palabra latina calvarium, que significa lugar alto sin árboles. El final del sendero nos depara interesantes sorpresas... Se abren ante nuestros ojos dos magníficas panorámicas. Hacia el norte, podemos ver el propio sendero que hemos recorrido, pero en este paisaje típico mediterráneo una mancha blanca se extiende: es una cantera de mármol. La extracción de los famosos mármoles azul, rosa y blanco se remonta a época prerromana, saliendo de aquí piezas que se encuentran en Córdoba y Carmona. Pero la explotación a nivel industrial ha causado importantes impactos en el entorno.


Si nos dirigimos hacia el sur el panorama es muy distinto, pudiendo verse una dehesa desde las alturas, y aquí también hay un elemento que llama nuestra atención. La zona que aparece con escasa cubierta arbórea fue arrasada por el fuego y ahora, para intentar recuperarla, se está reforestando con especies autóctonas como la encina y el alcornoque. Así se recupera, además del lugar donde habita una fauna excepcional, unos recursos muy valiosos que el hombre puede explotar.

El Parque Natural Sierra Norte de Sevilla forma parte de la Reserva de la Biosfera Dehesas de Sierra Morena, lo que avala el enorme valor y la singularidad excepcional de este paisaje humanizado. Si quieres conocer más sobre las dehesas y otros aprovechamientos de los recursos naturales, no dudes en visitar el sendero de Los Molinos, que también tiene inicio en Almadén de la Plata. ¡Bienvenidos!