This is a SEO version of Huelva maritima y minera 1929 para web animado. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »María Antonia Peña Guerrero
Universidad de Huelva
Al “agua de Mora” se sumaría pronto la de Guillermo Sundheim. Aprovechando la red de suministro que abastecía al ferrocarril Zafra-Huelva y al Hotel Colón, el empresario alemán canalizó el agua desde el paraje de “Las Herrumbres”, en su finca de Peguerillas, hasta aquellos más de 200 abonados que lo solicitaron. Bajo esta concepción capitalista del agua, ésta se pagaba casi a precio de oro: a dos reales las botas, a dos cuar-tos los barriles y a un cuarto los cántaros.
Mientras que el “agua de Peguerillas” cambió varias veces de dueño hasta acabar en manos de la empresa Hijos de Vázquez López en 1918, el “agua de Mora” se mantuvo siempre bajo el control de este mismo apellido, que, además, controlaba los suministros de gas y electricidad a la ciudad. Bajo estas premisas, puede entenderse que, en las primeras décadas del XX, Antonio de Mora Claros fuera reiteradamente acusado por la prensa de utilizar su preeminencia política y su condición de alcalde para frenar los distintos proyectos de abastecimiento público que se habían formulado desde años atrás.
La historia de éstos, desde luego, fue tan larga como azarosa. Ya en 1906 el ingeniero Recaredo de Uhagón elaboró un primer informe en el que ponía en evidencia la insuficiencia de las aguas procedentes de La Ribera y Peguerillas y denunciaba la especulación que venían exhibiendo las empresas privadas. Al mismo tiempo, tras cuidadosos análisis químicos, descartaba los ma-
nantiales de San Juan del Puerto y de “Las Madres del Avitor”, en Moguer, como fuente de aprovisionamien-to. Los de Gibraleón, debido a su baja cota, también se descartaban y, finalmente, se apostaba por explorar las posibilidades de los de “La Calvilla”, entre los ríos Piedras y Odiel. Dos años más tarde, sin embargo, las reservas de agua de este paraje se revelaban precarias y Uhagón tenía que reconocer que su proyecto no daría los resultados esperados. Otros muchos proyectos le sucedieron: por ejemplo, el de Francisco Monís, que proponía aprovechar las aguas de la Noria Farias; el de José García y García, partidario de crear una red de pozos artesianos en el casco urbano y, finalmente, el de Manuel Baena Caro, que, tras un riguroso estudio del entorno, dirigió su interés hacia los arroyos del Castaño y Candón, situados en las proximidades de Beas.
Aunque para la mentalidad de la época todo lo que no fuera aprovechamiento de aguas subterráneas des-pertaba sospechas de contaminación e insalubridad, el proyecto resultaba convincente desde un punto de vista científico y técnico y llegó a culminar su periplo administrativo el 23 de octubre de 1914 con una Real Orden en la que Alfonso XIII concedía al Ayuntamien-to de Huelva la autorización para tomar el agua de los arroyos de Beas. Aun así, la perenne anemia de las arcas municipales y las interferencias políticas que ya hemos mencionado dejaron el proyecto de Baena sin ejecución durante varios años y sólo pudo ser reactiva-
Plaza de la Merced, con niños que acarrean agua en cántaros, y paseo con la iglesia de San Pedro y el antiguo mercado, en sendas postales de principios del siglo XX. Fototeca Universidad de Huelva.
[ 86 ] A GU A , T E R R I T O R I O Y C I U D A D
This is a SEO version of Huelva maritima y minera 1929 para web animado. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »