El Parque del Alamillo, con sus 120 hectáreas de vegetación autóctona y sus dos lagos, es un lugar con un alto potencial para el asentamiento de un gran número de animales, especialmente aves, pequeños mamíferos y reptiles.
En este entorno juega un importante papel el río Guadalquivir, límite natural del Parque, que actúa como vía de llegada y salida de las distintas especies, conectándolo tanto con el Parque Natural de Sierra Norte de Sevilla como con las Marismas del Guadalquivir.
Todos estos factores hacen que el parque constituya en sí mismo un ecosistema, con unas características propias de vegetación, humedad y temperatura que permiten el desarrollo de una fauna propia.
Se extiende sobre terrenos aluviales recientes, depositados por el río Guadalquivir, ya en su meandriforme curso inferior. El basamento Terciario corresponde a margas azules, y encima de él se estratifican diferentes espesores de gravas, limos, arenas y, en superficie, arcillas-limosas. El carácter franco-arcilloso-limoso del suelo y su fuerte compactación local acarrean problemas de drenaje, lo que no impide que sea de una notable fertilidad.