Raíces, del Taller de Compositoras

Recuerdos, de Candelaria Dorta

Recuerdos pretende ser una obra original tomando como inspiración a Manuel de Falla, Federico García Lorca y el Cante Jondo. La razón es que en 1922 se celebró el primer Concurso de Cante Jondo promovido por estos dos autores, por tanto, en 2022 se cumplen 100 años desde su fundación. En particular, se ha revisado Polo de Siete Canciones Populares Españolas y Las Tres Hojas de Canciones Españolas Antiguas, de cada autor respectivamente.

En cierta medida, la obra es un homenaje a ellos y a todas aquellas personas que no se perdieron en el olvido, pese a los intentos por ser silenciadas. Al igual que una semilla que germina y se convierte en árbol destapando todo a su paso, incluso el duro asfalto, esta obra pretende transmitir que “se vive tanto como la última persona que te recuerda”.

En el ámbito musical, se ha querido plasmar un primer momento de caos y destrucción, el cual representa la guerra y sus consecuencias, solo con sonidos de técnicas extendidas, en particular, el uso de multifónicos, slaps, sonido de aire y sonido de llaves, además de portamentos y cuartos de tono. Luego, comienzan a brotar pequeñas “semillas” o células musicales que se desarrollan hasta formar ese recuerdo que perdurará.

El discurso musical se estructura en 4 partes sin interrupción, la inicial e improvisada, le sigue una sección que se genera por adición de elementos que desemboca en la tercera parte más calmada y contrastante y, por último, se regresa a la idea motívica inicial hasta llegar a un final más enérgico.

Raíces que vuelan, alas que arraigan, de Laura Vega

La obra nace por encargo del Festival de Música Española de Cádiz y el Centro Nacional de Difusión Musical para ser interpretado por Fukio Ensemble en el concierto denominado “Raíces”. El título de la obra, claramente enmarcado en la temática proporcionada por el festival, proviene de “Diario de un poeta recién casado” de Juan Ramón Jiménez,  sección I. Hacia el Mar: II. Raíces y alas: Pero que las alas arraiguen y las raíces vuelen, escrito el 17 de enero de 1916.

Asimismo, también tomo como fuente de inspiración un texto extraído de “Arqueología de lo jondo” de Antonio Manuel:
 
El Flamenco es universal porque está hecho de raíces y alas. De raíces que vuelan y de alas que arraigan. Por eso el aire huele a tierra cuando la rasga un quejío. Y la tierra a sangre, y la sangre a mar. Y la mar a muerte. Y la muerte a vida. Como si contuviera todos los gozos y las penas, de todos los hombres y mujeres, desde antes de que existiera el tiempo.

Hacia el final de la partitura hay una cita de Rumi: Vuelve a la raíz de las raíces que es tu propia alma.

La música intenta reflejar las sensaciones que estos textos provocan en mi con referencias evidentes al flamenco y al cante jondo.

Jipíos, de Yolanda Campos Bergua

“JIPÍOS” es una obra compuesta por encargo del Centro Nacional de Difusión Musical en coproducción con el Festival de Música Española de Cádiz.

No puedo sino dar mi agradecimiento a ambas entidades por incluirme en esta nueva edición junto a queridas compañeras e importantes autoras. El taller de compositoras que promueve el festival visibiliza el trabajo creativo de la mujer en la música y, por ello, se ha convertido en una cita ineludible a la par que necesaria.

La hermosa localidad de Cádiz, marco del encuentro, fue la ciudad de nacimiento del compositor Manuel de Falla. Uno de los lugares donde el joven músico se impregnó de la sonoridad de los cantos de tradición más honda y variada, como las seguiriyas, soleás o saetas. Un hecho que, sin duda, le marcó en su infancia y que fue decisivo para lanzarse a promover, junto a Federico García Lorca, el Concurso del Cante Jondo de Granada celebrado en el año 1922; certamen que marcó un hito en la historia del cante jondo y del flamenco.

Ambos artistas contribuyeron a fijar los elementos esenciales que definen el cante jondo y sus diferencias con el flamenco. En los manifiestos que ambos escribieron con motivo del encuentro, lo jondo se va a manifestar como una reivindicación de la sensibilidad más profunda y auténtica del ser humano frente a una sociedad que empezaba a concebir el arte como un bien de mercado. Afortunadamente para ambos, no alcanzaron a ver las feroces consecuencias del capitalismo sobre la dimensión creativa de las artes que, desde entonces, no han hecho más que alimentar contenidos superficiales como arma de distracción masiva.

En 1937, un año después del asesinato de Lorca, mi admirada María Zambrano publicó una antología poética en homenaje al poeta con la intención de contribuir a la memoria del artista, pero, sobre todo, para restituir al Lorca más auténtico: el del cante jondo, más allá de los folklorismos de artificio donde a veces se le había situado. Esta antología muestra también su lado más vanguardista. De su legado, fuente de inspiración para innumerables artistas, y de su espíritu más audaz, surge esta obra.

“La nana del caballo grande”, recogida en la tragedia “Bodas de sangre” (1933) fue musicada por Camarón de la Isla en el excepcional y visionario álbum “La leyenda del tiempo” (1979). Apenas unos años antes (1971), el grupo de rock andaluz Smash compone el tema “Behind the stars”. Uno de sus fundadores, el multinstrumentista Gualberto García, interpreta el sitar en ambas piezas. Las dos obras, de corte experimental e improvisado, se funden en varios elementos que nos remiten a la esencia del cante jondo y que tienen en el permanente lamento, jipío, su razón de ser.

“JIPÍOS” parte de todas estas referencias para ofrecer un homenaje a estas personas que, mediante su pensamiento, escritura o música, revolucionaron el presente. Una dedicatoria a sus espíritus innovadores, a sus voces (algunas silenciadas a la fuerza), que nos permitieron esbozar un futuro esperanzador y conservar en nuestra memoria las huellas de nuestras raíces.

Lenguaje:

“JIPÍOS” se construye sobre la esencia primitiva del cante jondo. Su estructura, ritmo y modalidad parten del legado musical de nuestros ancestros para transportarnos hasta la contemporaneidad.
La sonoridad primigenia está presente a través de los modos frigio y hijaz y su réplica en cuartos de tono, abriendo la obra hacia la microtonalidad (“enharmonismo” en palabras de Falla y Lorca) característico de la música de la India, una de las fuentes oriundas del cante jondo.

La forma, a caballo entre una soleá y una saeta, toma el modelo estructural de las coplas originarias. Así, partimos del jaleo para estimular la energía y el ayeo para templar los sonidos que conforman la melodía principal.  Este cauce de expresión pura nos conduce al cante de preparación donde, ahora sí, nos imbuimos en la melodía de la “Nana del Caballo Grande” y una variación del tema con breves incursiones microtonales. Esta sección dará paso al cante valiente con sus tres tercios respectivos: grande, de alivio y valiente donde se desarrolla el motivo principal incidiendo en la microtonalidad. Por último, el remate, expuesto a modo de retrogradación del comienzo, vuelve a remitirnos a las raíces, a nuestra esencia. Una vuelta cíclica para recordarnos que la evolución difícilmente existiría sin el rito primitivo.  

El ritmo libre, propio de la saeta, se intercala con el 6/8 y el 3/4 de la soleá. Su métrica característica se recalca en la obra mediante la acentuación, a veces evidente, a veces velada, de sus pulsos fuertes.  
Por último, los jipíos, presentes mediante diversos recursos ornamentales, atraviesan la partitura de manera transversal evocando un continuo lamento y tiñendo el cante (parafraseando a Lorca) del color misterioso de las primeras edades.

   Dedicada a mis estimados compañeros de Fukio, por crear el sonido de mis "Jipíos".

Invernadero, de Diana Pérez Custodio

“Quisiera yo renegar,
yo quisiera renegar
de este mundo por entero,
volver de nuevo a habitar
¡madre de mi corazón!
volver de nuevo a habitar,
por ver si en un mundo nuevo
encontraba más verdad”

(Petenera de la Niña de los Peines)

Duerme con los ecos, de Inés Badalo

El título de la obra hace alusión a un poema de Federico García Lorca, perteneciente al Poema del cante jondo, Viñetas flamencas, titulado Retrato de Silverio Franconetti. Franconetti fue un cantaor de flamenco andaluz, y el poema menciona los ecos y la seguiriya, también conocida como siguerilla o seguirilla, uno de los palos flamencos más antiguos y referente del cante jondo.

Rítmicamente la obra presenta de manera constante cinco tiempos con la siguiente distribución de compases y acentos característicos de la seguiriya (2/4, 6/8 y 1/4), que aparecerán continuamente en valores aumentados o disminuidos. Las referencias a ecos o espacios de resonancia están presentes a lo largo de todo el discurso sonoro, así como la imitación de rasgueos apagados de la guitarra a través de la sucesión rápida de ruidos de llaves en el saxofón.

Ahora su melodía
duerme con los ecos.
Definitiva y pura
¡Con los últimos ecos!


Obra encargo del CNDM y del Festival de Música Española de Cádiz

Recordando a Psyché, de Alicia Díaz de la Fuente

Recordando a Psyché nace a partir de una pequeña cita de la obra Psyché de Manuel de Falla.  

Escrita para mezzosoprano, flauta, arpa, violín, viola y violoncello, Psyché se basa en el famoso mito romano de Psique, una princesa tan bella que hasta Afrodita tuvo celos de ella, ordenando a su hijo Eros poner fin a su vida. Sin embargo, Eros se enamora de ella y después de muchas aventuras podrán unirse para siempre, alcanzando Psique la inmortalidad. En su origen griego, psyché significa “alma” o “aliento vital”.

La obra Psyché de Falla está fundamentada en un ambiente modal y concede a la flauta una buena parte del protagonismo de la obra. Por su parte, Recordando a Psyché juega con un gesto de la flauta que sirve de contramotivo al tema principal de la obra de Falla. Además, la idea del “aliento” que acoge el término griego aparece también en esta obra, ofreciendo superficies fundamentadas en el sonido de aire que después serán granuladas a partir de sonidos de llaves y otros timbres diversos que articulan este breve cuarteto.

La Ramito y la Morilla, de Dolores Serrano Cueto

En homenaje a las niñeras de Federico García Lorca y Manuel de Falla, he entrado en el mundo de los sueños a través de las nanas. Esas que, seguro, le cantaban a cada uno. Esas que hicieron crecer sus raíces.

Tanto Lorca como Falla escribieron algunas. De ellas se puede escuchar explícita e implícitamente algunos fragmentos en “La Ramito y la Morilla”, cuyos títulos no desvelo para dejar al oyente ese margen de incertidumbre hasta que pueda reconocerlas durante el concierto. Como no, no podía desvincularme de las nanas escritas por mí y cantadas a mí hijo.

Debía estar sin duda la nana que mi memoria sigue recordándome, con la voz de mi padre: una nana con reminiscencias flamencas.

Raíces, de Consuelo Díez

Obra para cuarteto de saxos escrita en 2022 por encargo del Festival de Música Española de Cádiz "Manuel de Falla" y el Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) del Ministerio de Cultura de España.
Destinada a ser estrenada, dentro del Taller de Compositoras del Festival, por el Cuarteto Fukio.

Basada en las proporciones y características de un edificio construido por los Reyes Católicos en Roma, el Templete creado por Bramante  en la Plaza de San Pietro in Montorio. Dicho edificio constituye una prueba más de las raíces españolas que se pueden encontrar por toda Italia, donde la presencia española duró, en las zonas pertenecientes a la Corona Española, más de cuatro siglos.

"Raíces" consta de siete secciones contrastantes y una coda sin solución de continuidad. En ella aparecen técnicas típicas de los saxofones como los slaps, los diferentes tipos de vibrato, las gradaciones de sonido o las notas atacadas desde abajo. Por otra parte, desde el punto de vista armónico, son frecuentes las yuxtaposiciones de intervalos de tono o de semitono entre partes consecutivas.

El vientre del fuego, de Isabel Royán

Los bailes del candil eran ritual, sensualidad, punto de encuentro y de grescas para los jóvenes campesinos andaluces, y suponen la raíz misma del flamenco que ha llegado en nuestros días a tan diversas manifestaciones. En las noches de invierno, cuando había poca faena en el campo, o bien en las festividades locales, la comunidad se reunía y danzaba, bailaba a dos y trovaba, hasta que la fiesta a menudo terminaba de forma violenta, con el lugar impregnado de humo y teniendo lugar el abrupto "palo al candil".

A través del lenguaje contemporáneo, del lenguaje flamenco y del propio lenguaje del folclore y del cuerpo, "El vientre del fuego" es una obra performance que bucea en este arquetipo de lo festivo, lo sagrado y lo visceral que hay en el origen del flamenco y de la celebración desinhibida en sí misma, que impregna buena parte de nuestra cultura y de nuestros recuerdos.

…donde las raíces vuelan, de María José Arenas

La obra está basada en el famoso aforismo de Juan Ramón Jiménez: “Raíces y alas, pero que las alas arraiguen y las raíces vuelen” (Diario de un poeta recién casado. 1916), el cual refleja la tensión esencial de lo humano.

El ser humano, «animal de fondo» de aire, vive entre la tierra y el cielo, y desde la gravidez que le mantiene enraizado sueña con elevarse, con ascender y volar.

El aforismo juanramoniano expresa magistralmente esta paradoja constitutiva de lo humano, así como la necesidad de complementar lo uno con lo otro. Un ser humano anclado en sus raíces y sin capacidad de vuelo, de elevación, es un vegetal. Por ello las raíces deben elevarse y volar. Pero también un ser humano impulsado por las alas de la ensoñación, del deseo, del ansia de transcender, sin vínculo con la tierra es también una criatura fallida. Por ello las alas deben arraigar. Expresión también de la tensión entre lo local y lo universal, entre la seguridad del estar arraigado y la aventura del velo, el aforismo juanramoniano es un excelente lema para la experiencia humana en el siglo XXI y para no renunciar ni a lo local ni a lo global (universal).

A lo largo de esta pieza vamos a experimentar este proceso en el ser humano; desde la formación de las raíces en la tierna infancia, la convivencia de ésta con las experiencias vitales, la institución de las alas y convivencia con las raíces, la unión de las alas a través de las experiencias hasta que, finalmente, el batir de las alas en la madurez del ser humano.


 

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