Andalucía, hoy, es una comunidad emprendedora y competitiva, potencia turística y agroalimentaria, integrada plenamente en Europa y fiel a su rica herencia cultural. Tierra de acogida donde el buen vivir es indisociable del buen hacer, Andalucía atrae cada año a casi 26 millones de turistas y también a numerosos extranjeros que, ya sean trabajadores inmigrantes o ciudadanos europeos, deciden quedarse definitivamente en la región. La población andaluza, más joven que el promedio de España, se ve de este modo enriquecida con una valiosa aportación de gentes y culturas, tal y como ocurrió en los mejores momentos de su historia.
Andalucía, hoy, poco tiene que ver con el atraso y la marginación que no hace muchas décadas la marcaban. Las inversiones públicas en infraestructuras y cohesión social han contribuido a superar aquella situación y ahora, cada vez más, es la propia sociedad andaluza la que toma las riendas de su futuro apoyándose en un tejido empresarial diversificado y en una amplia cobertura de prestaciones sociales.
Reflejo de estos avances, en tan sólo un cuarto de siglo la región ha pasado de 86 a más de 2.400 kilómetros de autovías y autopistas, alcanzando una densidad similar a la europea. Sus redes de comunicaciones aseguran tanto la cohesión interior como la adecuada conexión con el exterior, superando así los obstáculos históricos del aislamiento y falta de vertebración territorial.
El buen nivel de infraestructuras ha permitido consolidar a Andalucía como uno de los primeros destinos turísticos de Europa, con una oferta sólidamente apoyada en el clima y la riqueza natural y cultural. Un extenso litoral de 917 kilómetros, 151 espacios naturales protegidos, 126 poblaciones declaradas conjuntos históricos y más de 27.000 monumentos y obras artísticas dan idea de la magnitud de esta riqueza.
Andalucía, hoy, retoma lo mejor de su herencia histórica y hace valer sus recursos para desempeñar el papel que le corresponde en España y Europa. La profunda transformación económica y social, protagonizada por la propia sociedad y apoyada desde las Administraciones públicas con cuantiosas inversiones en salud, educación, servicios sociales e infraestructuras, ha tenido su reflejo, durante estas tres décadas de autonomía, en un crecimiento económico acumulado superior al español y al europeo.
La modernización de Andalucía, tanto en el 'buen hacer' de sus avances económicos y sociales como en la voluntad de apertura hacia el exterior y hacia los retos del futuro, también va ligada a la apuesta por la formación, la investigación y la innovación. El tejido productivo andaluz cuenta con el respaldo de 11 universidades, 19.000 investigadores y una red de 46 espacios tecnológicos. Gracias a esta conjunción de esfuerzos públicos y privados, Andalucía ofrece un modelo de desarrollo con rasgos innovadores propios. Así lo demuestra su creciente liderazgo nacional en los ámbitos de la industria aeronáutica, las energías renovables o la investigación biomédica, con instalaciones de vanguardia como el Banco de Células Madre de Granada y el Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa de Sevilla.
