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Aprobados los planes de recuperación y conservación para 133 especies de flora y fauna
Sevilla (marzo de 2012). El Consejo de Gobierno andaluz ha aprobado los planes de recuperación y conservación de cinco conjuntos de animales y plantas incluidas en el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas. Los documentos, que se suman a los aprobados para el águila imperial, el lince, el pinsapo, las aves necrófagas y las esteparias, incluyen tanto medidas dirigidas a la recuperación de las poblaciones como a reducir las amenazas y proteger sus hábitats actuales y las posibles áreas de expansión. La cifra total de especies incluidas en esta nueva planificación asciende a 133, de las cuales 105 son de flora y 28 de fauna.

El ámbito del plan abarca tanto las 114 zonas húmedas incluidas en los actuales espacios naturales protegidos, con una superficie de más de 73.000 hectáreas, como otros enclaves donde también se localizan o que pueden ser hábitats potenciales.

El documento aprobado incluye una especie extinta, tres vulnerables y diez en peligro de extinción. Entre estas últimas destacan, por su situación crítica, las denominadas Christella dentata, Diplazium caudatum, Asplenium marinum y Psilotum nudum, todas ellas con escasos ejemplares en las sierras de Algeciras. Entre las medidas previstas destacan las dirigidas a paliar su aislamiento genético y evitar la desaparición de la cobertura arbórea que les proporciona humedad y sombra.

Las ocho especies en peligro de extinción son el fartet, el salinete, el esturión, la lamprea marina, el jarabugo, la bogardilla y el cangrejo de río, además de la libélula Iberocypris palaciosi. Entre las vulnerables destacan, además del fraile, diversas especies de libélulas y caracoles. Para su recuperación, el plan define un área coincidente con el dominio público hidráulico de los cauces fluviales y embalses andaluces, además de otros cien metros de zona de policía en cada una de las márgenes.

Las especies de las altas cumbres andaluzas son sensibles a las amenazas del cambio climático, especialmente las más vinculadas a ambientes húmedos, así como al sobrepastoreo, la recolección ilegal y la presión turística. Para evitar estas agresiones, el documento establece un ámbito de aplicación que abarca tanto los hábitats actuales como las áreas potenciales de reintroducción. Como norma general se incluyen todas las zonas montañosas del Sistema Bético por encima de la cota de 1.500 metros.

El ámbito del plan se extiende a todas las áreas de distribución y expansión potencial de estas plantas en los más de 1.100 kilómetros de litoral andaluz. Junto con las zonas más vinculadas a las especies, el documento también establece medidas para los ecosistemas que las albergan (pinares, enebrales, alcornocales y acebuchales costeros).