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El control de la calidad del agua




             La calidad de las aguas continentales y subterráneas constituye un aspecto de gran signifi-
             cación, clave para diagnosticar el estado del medio ambiente de cualquier región. En Anda-
             lucía, el seguimiento de la calidad de las aguas está monitorizado, desde hace más de 30
             años, mediante la existencia de unas redes de control donde se lleva un registro histórico
             de los datos, y cuyos principales parámetros tratan de medir la calidad biológica, hidro-
             morfológica, química y físico-química de las aguas. Estas redes operan para el control tanto
             de aguas continentales superficiales y subterráneas, como para las aguas de transición y
             aguas costeras.

             La concentración de nitratos es uno de los elementos que se utilizan para el control de la
             calidad de las aguas superficiales, por su relación con la presencia de fertilizantes y verti-
             dos de aguas residuales. En el año 2018 los niveles de nitrato han aumentado, aunque de
             forma muy desigual, en todas las cuencas hidrográficas, con respecto a los del año 2017. El
             incremento menor se ha producido en las Cuencas Mediterráneas Andaluzas (0,7%), y los
             mayores se han dado en la cuenca del Segura (105%). Es en esta cuenca donde el valor ab-
             soluto de los nitratos es más bajo (3,07 mg/l), por lo que el acusado aumento ocurrido en
             2018 no resulta, en realidad, significativo. No obstante, a pesar de este crecimiento genera-
             lizado de los niveles de nitrato de las aguas superficiales en todas las cuencas hidrográficas
             de Andalucía, éstos se mantienen dentro de unos valores calificados como buenos.

             Aún considerando algunas grandes fluctuaciones entre unos años y otros a lo largo de toda
             la serie histórica analizada, como patrón común se observa que las cuencas del Segura y
             Guadiana son las que mantienen los valores más bajos, en tanto que las del Guadalete-
             Barbate y Guadalquivir conservan los más elevados.









                  De todas las demarcaciones hidrógráficas, la del Guadalquivir es la que
                  presenta los niveles más altos de concentración de nitratos en aguas
                  superficiales, con 9,5 mg/l en 2018, y los más bajos la del Segura, con
                  3,0 mg/l.






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