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Juan José Jiménez Mata
Arquitecto
Detalle de la maqueta de Cádiz de 1777 con la Catedral Nueva
según el proyecto que no llegó a concluirse.
)
La
ciudad
de las
Cortes
A
comienzos del XiX, a causa de las
epidemias y las guerras, la ciudad de
Cádiz ha perdido gran parte de su po-
blación y la prosperidad del comercio
americano. Símbolo de su decadencia, las obras de la
ambiciosa Catedral Nueva se encuentran paralizadas,
con las bóvedas sin cerrar, abandonadas a las inclemen-
cias de los temporales. Las formidables murallas han
sido acabadas tras esfuerzos de varios siglos.
Fue fenicia y romana, pero como ciudad moderna
se ha formado en tan sólo 150 años, con caracteres
burgueses opuestos a las ciudades de señorío del in-
terior. A partir de la vieja ciudad medieval, situada en
el estrangulamiento del territorio entre Bahía y Mar
de Vendaval y refugiada en las ruinas del antiguo
teatro romano y sus alrededores, se ha formado me-
diante la rápida ocupación del territorio casi insular,
hacia poniente, hasta su saturación en 1800.
Su homogeneidad formal es tanta que hasta las
iglesias se inscriben en la cornisa general de las
manzanas, sobre la que tan sólo destacan las torres-
mirador, expresión de la pugna por la riqueza de los
comerciantes. La Ciudad es un objeto terminado,
tal como la describe la maqueta de 1777, cuya cons-
trucción trasciende la función militar para valorar el
objeto en sí mismo, que se alza sobre el zócalo de las
murallas. es como una sola casa, cuyos pasillos y ga-
lerías son las calles, que aún admite obras de acabado
perfeccionamiento, por lo que en la maqueta apare-
cen elementos proyectados y aún no construidos.
Posee un caserío fuertemente consolidado, de una gran
densidad. Aún no existen las plazas públicas que se
crearán en el XiX a partir del abandono de los conven-
tos. en cuanto a su arquitectura, la casa barroca andalu-
za se ha constreñido en el espacio reducido, alrededor
de un patio de desarrollo vertical, muy relacionado con
la casapuerta y la escalera, creando una rica secuencia
de espacios intermedios entre lo público y lo privado.
La evolución desde el Barroco al Neoclásico ha ido
ordenando la planta y la fachada con ejes estrictos. La
ciudad posee los edificios singulares característicos del
Neoclásico: Ayuntamiento, Cárcel real, Aduana, Hospi-
cio, Molino de vapor, Hospital real, cuarteles.
La ingeniería militar y su real Junta de Fortificacio-
nes han tenido una enorme importancia en la forma-
ción de la ciudad, de sus barrios y del borde amura-
llado. Mediante la ordenación de “paquetes urbanos”
sobre los terrenos de la Corona, situados al noroeste
–Campo de la Jara–, han controlado la parcelación y
alineación de las calles, en estricta continuidad con
las líneas de trazado anteriores, subastando los terre-
nos para financiar la construcción de las murallas.
Se ha producido también la promoción privada para
urbanización de antiguas huertas y cererías mediante
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] A GU A , T E R R I T O R I O Y C I U D A D