Page 112-113 - Cadiz1812

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Puerto Real
Chiclana
Caño de  
SanctiPetri
Puente 
de Zuazo
La Carraca
Puerto de
Santa María
Rota
Castillo de
Santa Catalina
La Cabezuela
Fort Luis
Rio Guadalete
Trocadero
Isla de León
Castillo de Puntales
La Cortadura
Isla de
Sancti Petri
Santa Ana
Castillo de
Santa Catalina
San Sebastián
Campamento francés
Río
San
Pedro
San Fernando
El sitio de Cádiz
El polvorín y el principal campamento del
ejército galo se asientan entre el río San Pedro
y Puerto Real. En marzo de 1811 se inicia el
bombardeo de Cádiz desde el saliente de La
Cabezuela con los cañones-obuses diseñados
por el coronel Villantroys, los únicos con un
alcance de tiro suficiente como para llegar al
casco urbano intramuros de la ciudad.
Las marismas, caños, esteros y salinas que
contorneaban la Isla de León desde el arsenal
de La Carraca formaban un intrincado laberinto,
poderosamente fortificado, que resultó infranqueable
para el ejército sitiador. El único paso hábil era
el puente Zuazo, pero sus defensas lo hicieron
inexpugnable. Al principio del sitio los franceses
lanzaron varios asaltos, que fueron rechazados.
Al iniciarse el asedio, el mariscal Victor establece su
puesto de mando en El Puerto de Santa María. Días
antes, la flotilla inglesa del almirante Purvis había
destruido el fuerte de Santa Catalina para impedir
que fuese utilizado contra Cádiz. El contingente
francés inicial de varias decenas de miles de hombres
se redujo paulatinamente, hasta sumar apenas
15.000 soldados en los últimos momentos.
El castillo de Puntales sostuvo un intenso
fuego cruzado con las baterías francesas
de Matagorda y Fort Luis, disparando
50.259 proyectiles y mereciendo sus
artilleros el reconocimiento por su
valor. En sus inmediaciones se hallaban
las defensas de la Cortadura, en cuya
construcción participó de manera masiva
el pueblo gaditano.
El ingeniero de la Armada Antonio Prat,
además de desempeñar un destacado papel
en la preparación de las defensas de Cádiz, se
hizo cargo de la adaptación del Teatro Cómico
de la Isla de León para salón de las Cortes, y
luego del Oratorio de San Felipe Neri de Cádiz
con el mismo cometido. Su acierto fue tal que
en 1813 se le destinó a Madrid para dirigir
las obras de habilitación del Colegio de doña
María de Aragón, donde se reunieron de nuevo
las Cortes al año siguiente.
La batalla más significativa y sangrienta
durante el Sitio de Cádiz tuvo lugar en
los pinares de la Barrosa el 5 de marzo
de 1811, en un intento de romper el
cerco por parte de una fuerza aliada
procedente de Tarifa. El combate se
saldó con la victoria de los regimientos
del general británico Graham, que
infligieron graves pérdida a los
franceses, pero el asedio se mantuvo.
El mariscal Victor trasladó su cuartel general a
Chiclana, pues desde las alturas adyacentes se tenía
un completo dominio del conjunto de la Bahía.
Enfrente del islote de Sancti Petri los españoles
habían establecido una avanzadilla en tierra firme,
comunicada con la Isla de León mediante un
pontón de barcas que salvaba el caño.
Cádiz
Españoles
Franceses
Emplaz mi ntos de Artillería
(
Desde el mes de marzo de 1810 hasta el
final de sitio se lanzaron sobre Cádiz 15.531
proyectiles. Con todo los blancos efectivos
y los daños fueron bastante limitados,
causando la muerte de tan sólo doce o
catorce personas. El temor, no obstante,
motivó que parte de la población se
refugiase en los barrios más occidentales,
en casas de familiares y allegados o en
campamentos improvisados.
La guarnición de la plaza de Cádiz
sumaba unos 17.000 soldados españoles,
4.000 ingleses y 1.700 portugueses. Las
pérdidas de los contendientes fueron
similares: unas cuatro o cinco mil bajas
entre muertos y heridos en el bando
francés y unos 900 muertos y 3.700
heridos en el lado aliado.
La flota inglesa fue decisiva para el
abastecimiento de Cádiz, el suministro
de pertrechos y el movimiento de tropas.
También colaboró activamente en la defensa
con una flotilla de cañoneras y otras naves,
desmantelando varias posiciones francesas
desde Rota al río San Pedro. El poderoso y
moderno navío de línea
HMS Milford
, de 74
cañones y casi 2.000 t de desplazamiento,
permaneció varios meses en Cádiz sirviendo
como batería flotante. Botado en 1809,
había sido diseñado, paradójicamente, por
el emigrado francés Jean-Louis Barrallier.
Más de treinta meses duró el Sitio de Cádiz. Desde el 5
de febrero de 1810, cuando las primeras tropas napoleó-
nicas se presentaron ante la Bahía, hasta el 24 de agosto
de 1812, cuando levantaron sus campamentos subrepti-
ciamente, y se esfumaron. Tras acometer la invasión de
Andalucía, el mariscal Soult avanzó con rapidez, se apo-
deró de la mayor parte de la región y procedió a tomar la
plaza fuerte en que se habían refugiado las autoridades
españolas. Dos años y medio después, al haber entrado
los ejércitos aliados en Madrid, la posición de los franceses
se había hecho insostenible y se vieron obligados a aban-
donar. Había transcurrido un largo episodio que en princi-
pio fue un auténtico asedio, para irse convirtiendo poco a
poco en un mero bloqueo.
NOTA: Este esquema de las posiciones durante el Sitio de Cádiz está basado
el plano elaborado por William Henry Smyth, oficial a bordo del HMS Milford
durante la campaña gaditana, publicado en Londres en 1813.
)