13.
La fuerza del mar.
La fachada sur de la ciudad, conocida como la Banda del Vendaval, está expuesta a los
embates del oleaje y a la furia de los temporales. Antonio Ponz (1783), decía que
“el
mar de mediodía era el enemigo inexorable de Cádiz, y no parece sino que de las remotísimas
costas de América viene enfurecido para dar con esta ciudad en la profundidad de sus olas”
. La
plataforma natural de rocas que tenía a sus pies disipaba con su rompiente la energía del
mar y frenaba la erosión. Esta protección se debilitó por la extracción de piedras, por
lo que, se acometió un proyecto, acabado en 1791, que incluyó la construcción de un
nuevo arrecife artificial.
12.
La batalla de los vientos.
Las condiciones atmosféricas de la Bahía se caracterizan por un régimen antagónico de
vientos de poniente y de levante. Los primeros vienen “de fuera” o sea, de mar abierta
y de ahí su apelativo de “Foreño”. Están cargados de humedad y traen expectativas
de lluvia, como puede observarse en la representación de la lámina, con nubes. Al
contrario sucede con el Levante, un viento cálido de origen mediterráneo que tras pasar
por tierra se reseca para convertirse en el agostador “Solano”.
Agua
& Territorio
)
C Á D I Z D E L A CON S T I T U C I ÓN . 1 8 1 2 [
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