4.
El comercio.
El comercio internacional es el motor de la ciudad. En esta época hay 13 casas aseguradoras de fletes (antes
de la guerra llegaron a ser más de cincuenta), más de 80 navieros, muchos de ellos propietarios de más de
tres barcos, y numerosas casas de comercio, más de 600, destinadas a distribuir el flujo de mercancías que se
despachaban hacia el interior de España y a puertos de otros países. El control del mar, incluso durante el
asedio, por parte de la armada angloespañola mantuvo la actividad comercial, de forma que Cádiz estuvo mejor
abastecida que los propios sitiadores.
3.
La sal, un bien preciado.
Gades
era conocida en Atenas por sus salazones ya el siglo IV a.C., y siguió siéndolo durante siglos
por sus exportaciones pesqueras. La elevada insolación y el carácter llano de una costa defendida de
los temporales e inundada periódicamente por las mareas hizo de la Bahía un centro productor de
sal muy potente. Impulsaron su desarrollo la nobleza y la corona, que desde la Edad Media detentó
su monopolio, aunque no sería hasta mediados del XIX, con la ley de Minas de 1869, cuando
alcanzase su máximo nivel de expansión.
C Á D I Z D E L A CON S T I T U C I ÓN . 1 8 1 2 [
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