ramón Corzo Sánchez
Universidad de Sevilla
C
ádiz ha vivido en muchas épocas el
esplendor de sentirse metrópolis
mundial. La
Gadir
fenicia dominaba
todas las costas atlánticas, la
Gades
de
los Balbo era la capital económica de
Hispania
, como
Emporio del Orbe
encauzó el comercio con América
durante tres siglos y en 1812 se hizo sede de la mo-
derna constitución política de las naciones hispanas.
en su pequeña superficie no podían caber tantas
magníficas ciudades, pero sus aguas han servido de
refugio a muchos vestigios que la convierten en el
yacimiento arqueológico submarino más rico de to-
dos los existentes.
Los gaditanos veneraban desde antiguo a las aguas
marinas y a la diosa que protegía la navegación. La
reina isis, a la que llamaron
Venus Marina Gaditana
,
recibía cada año las primicias del comercio en forma
de pequeñas ánforas junto con imágenes sagradas,
lámparas de aceite y quemadores de perfumes, que
han aparecido a centenares en las aguas inmediatas a
la punta del Nao, el extremo septentrional de La Ca-
leta, en el que estuvo su santuario. en la misma Cale-
ta y en el amplio fondeadero del mar abierto, ante las
playas actuales, se encuentran multitud de cepos de
anclas y de las ánforas que debían transportar el vino
y el aceite andaluces a todo el Mediterráneo.
en el interior de la Bahía, los testimonios del comercio
de las épocas más recientes son extraordinariamente
copiosos. Cuando las embarcaciones que llegaban a
Cádiz desde América, fatigadas por la larga travesía, se
encontraban con el temporal de Levante y no podían
refugiarse en La Caleta, tenían que intentar llegar a la
Bahía sorteando el bajo de las Puercas, donde muchas
sufrían el golpe definitivo y terminaban por hundirse a
la vista de la ciudad, sin poder salvar la carga.
en 1982 se realizó un dragado de la Canal de entrada
a la bahía de la que se extrajeron unos dos millones
de metros cúbicos de arenas y entre ellas pudieron
rescatarse millares de objetos procedentes de los
naufragios. Lo que entonces pudo cribarse con cierto
detenimiento no alcanzó ni la milésima parte de todo
el dragado y allí aparecieron más de cincuenta mil
objetos, entre monedas, hebillas, armas, proyectiles,
pipas de caolín, restos de vajillas e incluso algunos
lingotes de plata. Se ha podido calcular que, durante
la segunda mitad del siglo XVi, naufragaron a su lle-
gada a Cádiz casi la décima parte de las embarcacio-
nes procedentes de América, y sus mercancías fueron
a depositarse en las arenas del fondo de la Bahía.
También hay en estas aguas múltiples objetos que
se arrojaban para limpiar las naves, y entre ellos se
deslizaron muchas monedas de tantas nacionalidades
como los países de que procedían, desde el norte de
Capitel de volutas de época fenicia arcaica
(siglo VII a. C.) hallado en el área del castillo
de San Sebastián.
Museo de Cádiz.
otras Cádiz
bajo las aguas
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] A GU A , T E R R I T O R I O Y C I U D A D
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