SESIÓN DEL

LA JUNTA IMPULSARÁ LA REFORESTACIÓN Y REGENERACIÓN ECOLÓGICA DE 151.000 HECTÁREAS EN LOS PRÓXIMOS CINCO AÑOS

Aprobado el documento de adecuación del Plan Forestal Andaluz, que prevé unas inversiones de 1.688 millones de euros para el periodo 2003-2007

La Junta de Andalucía promoverá la reforestación y regeneración ecológica de 151.000 hectáreas de terrenos en la comunidad autónoma durante los próximos cinco años. Este es el principal objetivo que se recoge en el documento de adecuación del Plan Forestal Andaluz para el periodo 2003-2007, aprobado hoy por el Consejo de Gobierno. La inversión total prevista alcanza los 1.688 millones de euros, de los que un 93,5% corresponderá a la Administración autonómica y el resto al Gobierno central.

La nueva planificación forestal, elaborada por la Consejería de Medio Ambiente con el acuerdo de las distintas entidades y organizaciones sociales representadas en el Consejo Forestal Andaluz, establece un total de 109 medidas repartidas entre los objetivos de protección y defensa forestal, conservación de la biodiversidad, lucha contra la erosión, aprovechamiento sostenible de los recursos, gestión del uso público, educación ambiental, investigación y cooperación internacional.

Además de mantener todos los contenidos desarrollados a partir de la primera revisión del Plan Forestal (1997-2001), esta segunda actualización se adecua a los nuevos modelos de gestión y política ambiental para incluir, entre otras novedades, la elaboración del Catálogo Andaluz de Árboles Singulares, a través del cual se garantizará la protección de aquellos ejemplares que destaquen por sus especiales características de longevidad, tamaño o valor ecológico.

Igualmente novedosa es la atención que se prestará a la vertiente económica del desarrollo forestal, con la creación de nuevas líneas de incentivos para apoyar la implantación de sistemas de certificación ecológica, la constitución de agrupaciones de empresarios forestales y la mejora de las dehesas. Se sigue así la política de fomento económico y revalorización de los recursos forestales iniciada en la década de los noventa en subsectores como el del corcho –del que Andalucía es la primera productora europea–, la castaña o el piñón.

Junto con estas medidas, el documento incluye, entre otras previsiones concretas para los próximos cinco años, la realización de tratamientos selvícolas y de mejora del medio forestal en 135.000 hectáreas; la implantación de tratamientos preventivos contra incendios en 60.800 hectáreas; el deslinde de 3.000 kilómetros de vías pecuarias; la adquisición de 8.000 hectáreas de terrenos forestales para su incorporación al patrimonio público de la comunidad autónoma; la creación de 250 kilómetros de caminos y la conservación de otros 1.200, y la realización de obras hidráulicas contra la erosión y las inundaciones con un volumen total equivalente a 75.000 metros cúbicos de material.

Repoblaciones
Respecto a los proyectos de reforestación y regeneración de ecosistemas degradados, que afectarán a 151.000 hectáreas e incluirán la plantación de 120 millones de árboles y arbustos, se seguirá la estrategia adoptada por la primera revisión del plan en el sentido de prestar atención a los aspectos cualitativos de recomposición del bosque mediterráneo, mantenimiento de los equilibrios ecológicos y lucha contra la desertificación. De este modo, se realizarán reforestaciones más selectivas, ampliando la gama de especies autóctonas, incorporando la plantación de matorral y orientando los trabajos a incrementar las reservas de agua y la protección del suelo.

En el caso concreto del matorral, su utilización para reforestaciones ha sido especialmente intensa durante los últimos años en las provincias orientales andaluzas, que albergan muchas zonas donde el empobrecimiento ocasionado por la erosión hace inviable el recubrimiento directo con árboles. Destacan en este aspecto los buenos resultados obtenidos en Almería con el empleo de la retama y la plantación de encinas bajo su sombra o las reforestaciones llevada a cabo en zonas afectadas por grandes incendios.

Actualmente, la mayor parte de los proyectos de repoblación forestal se realizan empleando diversidad de especies y combinando árboles y matorral de acuerdo con los distintos requerimientos del terreno. Con ello se evitan los riesgos de una uniformidad que favorece la propagación de plagas e incendios y, además, se permite recrear el carácter de mosaico propio del bosque mediterráneo.

Balance
El Plan Forestal Andaluz, iniciado en 1990 y con una vigencia de 60 años, tiene establecidas fases decenales de ejecución con revisiones periódicas cada cinco años, la primera de las cuales se aprobó en 1997. Según los últimos datos de balance, correspondientes a 2002, el plan ha superado en sus trece primeros años los 2.520 millones de euros de inversión, con un grado de ejecución que se sitúa en el 110% de lo previsto.

Casi la mitad de las inversiones realizadas (el 47%) se han concentrado en la prevención y lucha contra incendios forestales, fundamentalmente a través del desarrollo y consolidación del Plan Infoca. Además, durante ese periodo, se han repoblado y restaurado más de 313.000 hectáreas de terrenos que anteriormente se encontraban desarbolados o degradados, lo que ha supuesto la plantación de unos 190 millones de árboles y arbustos.

También se han mejorado 420.000 hectáreas mediante tratamientos selvícolas y se han invertido 410 millones de euros en programas para la revalorización de los recursos forestales y unos 168 millones en el capítulo de uso público y turístico-recreativo.

Por otra parte, los primeros trece años de desarrollo del plan han coincidido con la creación de un marco normativo forestal pionero en el ámbito español, con la entrada en vigor de diversas leyes y reglamentos que abarcan desde la prevención y lucha contra incendios hasta la caza y la recuperación de las vías pecuarias. Finalmente, se han declarado 49 nuevos espacios naturales protegidos y se han construido más de 750 equipamientos de uso público en los montes andaluces.

Los bosques, matorrales y pastizales se extienden actualmente sobre 4.438.317 hectáreas en Andalucía, lo que supone el 50,6% del territorio regional. De esta superficie, el 37,3% está ocupado por especies frondosas, fundamentalmente encinas y alcornoques, y el 19,2% por coníferas, mientras que el matorral representa un 28,5% y las plantas herbáceas un 15%. Según el régimen de propiedad, el 27,6% de las tierras forestales son de titularidad pública y el 72%,4 está en manos privadas.

El bosque mediterráneo, ejemplificado en los encinares y alcornocales, es el componente definitorio del espacio forestal andaluz. En comarcas como la Sierra de Huelva, la encina constituye la base para la crianza del cerdo ibérico, que, a su vez, ha originado una pujante industria agroalimentaria. El alcornoque tiene su principal valor económico en el corcho, material escaso e insustituible del que Andalucía aporta casi la mitad de las 100.000 toneladas que cada año se extraen en España.

Encinares y alcornocales sirven además de base en Andalucía, al igual que en la vecina Extremadura y en el Alentejo portugués, a un sistema único de explotación combinada de los recursos ganaderos, agrícolas y forestales: la dehesa. En ella, el paisaje natural se ve matizado por una intervención humana que ha sabido sacarle el máximo provecho respetando los equilibrios ecológicos. La dehesa ocupa en Andalucía unas 780.000 hectáreas.

El paisaje forestal andaluz se completa con una gran variedad de pinos, con especies frondosas de hoja caduca como el castaño y, también, con un árbol de procedencia australiana, el eucalipto, que fue plantado masivamente a partir de los años 60 del pasado siglo para asegurar el aprovisionamiento rápido de madera y papel. Un caso singular es el de los pinsapares que crecen en las serranías de Cádiz y Málaga. Estos bosques están formados por una especie reliquia de las glaciaciones, el pinsapo, que encuentra sus únicos hábitats mundiales en Andalucía y el norte de Marruecos.

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