SESIÓN DEL

EL CONSEJO DE GOBIERNO APRUEBA EL III PLAN ANDALUZ DE SALUD 2003-2008

Aumentar la esperanza de vida e impulsar la solidaridad, la participación ciudadana y la investigación, principales objetivos de la nueva planificación sanitaria de la Junta

El Consejo de Gobierno ha aprobado el III Plan Andaluz de Salud, que recoge las grandes líneas de la política sanitaria de la Junta para el periodo 2003-08. Entre otras prioridades, esta política prestará especial atención a los nuevos retos de las enfermedades propias de las sociedades desarrolladas, relacionadas con el envejecimiento de la población y los hábitos de consumo y estilos de vida. De igual modo, se recogen directrices para hacer frente a los riesgos de la salud pública en el mundo globalizado y para aprovechar las oportunidades que ofrecen las tecnologías de la comunicación y los avances de la investigación biomédica, especialmente en el ámbito del genoma humano.

El plan, en cuya elaboración han participado más de 200 expertos, propone como eje central propiciar una alianza entre Gobierno autonómico, entidades locales, profesionales y ciudadanos para seguir avanzado en la mejora de la salud y la calidad de vida de la población andaluza. En total incluye 191 estrategias, organizadas en torno a cuatro grandes metas: aumentar la esperanza de vida, reforzar la solidaridad social en el campo de la salud, garantizar la participación ciudadana en la orientación de las políticas sanitarias e impulsar la investigación.

Al igual que los dos planes anteriores, el documento parte del análisis de la situación de salud, subrayando en este sentido la tendencia positiva seguida en las últimas décadas en indicadores básicos como el acusado descenso de la mortalidad infantil (un 51,57% entre 1985 y 2000) y el aumento de la esperanza de vida (que ahora alcanza los 82 años en las mujeres y los 75 en los hombres), unos datos que colocan a Andalucía en una posición muy similar a la del entorno europeo.
Aumentar la esperanza de vida y los años de vida libres de incapacidad constituye precisamente la primera de las grandes metas recogidas en el III Plan de Salud, con diversas estrategias de carácter integral dirigidas tanto a las enfermedades más prevalentes (cáncer, patologías cardiovasculares, diabetes y dolencias osteoarticulares) como a otras causas de mortalidad prematura y discapacidad relacionadas con los accidentes laborales y de tráfico, las adicciones y la violencia contra las mujeres. De este modo, a los actuales planes específicos de diabetes y cáncer se sumarán otros para patologías cardiovasculares, accidentes, dolencias osteoarticulares, salud mental y dependencia.

Igualmente, se intensificarán las medidas para fomentar hábitos de vida saludables, principalmente a través de programas educativos dirigidos preferentemente a niños y adolescentes, mujeres, familias, personas mayores y centros de trabajo. Estas iniciativas se centrarán en la prevención del consumo de tabaco, alcohol y otras drogas; el fomento de la alimentación sana y de la actividad física; el uso responsable de los medicamentos, y el apoyo a familias cuidadoras de personas con enfermedades crónicas o falta de autonomía.

Uno de los apartados más novedosos del Plan es el referido a la reducción de riesgos asociados a la alimentación y el medio ambiente, así como a la gestión eficaz de episodios de crisis. En este sentido se prevé el desarrollo de un modelo integrado de salud pública, innovador y transparente, que dé respuesta a las nuevas situaciones y sea sensible a las demandas sociales.

Consumo
En materia de consumo, se recogen nuevas medidas relacionadas con el control del fraude y la publicidad engañosa en las terapias alternativas y los denominados productos milagro, a través de una mayor participación de las asociaciones de consumidores y usuarios. Entre ellas destaca la creación del Observatorio de la Publicidad, que estará adscrito a la Consejería de Gobernación y que tendrá como objetivo el análisis sistemático de la publicidad en este campo. También se constituirá comisión técnica formada por representantes de las Consejerías de Salud y Gobernación, con el fin de valorar los mensajes publicitarios y proponer medidas correctoras en caso necesario.

Otro bloque de estrategias prioritario es el dirigido a reforzar las políticas de solidaridad y reducción de desigualdades sociales en el campo de la salud, mediante una atención preferente a los grupos más desfavorecidos: extranjeros sin recursos, presos sin apoyo social, personas maltratadas, enfermos con trastorno mental severo carentes de recursos, personas con adicciones, víctimas de situaciones de explotación sexual y residentes en zonas en riego de exclusión social, entre otros.

La mejora de los servicios sanitarios para facilitar el acceso de estos colectivos, la promoción de la educación sanitaria y el impulso a la cooperación con municipios y organizaciones sociales son algunas de las líneas de actuación en este ámbito.

Participación ciudadana
En cuanto a la participación de los ciudadanos en la orientación de las políticas sanitarias, el plan refuerza las medidas ya en marcha para configurar un modelo de relación que tenga en cuenta el perfil del nuevo tipo de usuario del Sistema Sanitario Público, que demanda más información sobre su salud, tiene más capacidad de influencia y de elección, cuenta con una mayor autonomía en la toma de decisiones clínicas y exige ser escuchado y atendido eficazmente.

En este sentido, además del desarrollo normativo relativo a los nuevos derechos sanitarios reconocidos en Andalucía durante los últimos años (libre elección de médico y hospital, testamento vital, segunda opinión médica, garantía de tiempo máximo de espera, etc.), se potenciarán nuevos canales de participación ciudadana y se impulsará la difusión periódica de información útil y actualizada sobre la actividad, la calidad asistencial y los resultados de los centros.

Por otra parte, el plan aprobado hoy prevé el impacto que tendrán en la sanidad pública andaluza tanto las nuevas tecnologías sanitarias como el desarrollo de los sistemas de información digitales y los avances en la investigación biomédica. De acuerdo con estas previsiones, las nuevas prioridades se orientarán básicamente a potenciar una cultura de investigación de excelencia en el Sistema Sanitario Público de Andalucía, con preferencia para aquellas líneas relacionadas con la alimentación y la nutrición, la salud pública, los factores sociales y económicos implicados en las desigualdades en materia sanitaria y la biomedicina (células madre embrionarias, neurociencia, patología infecciosa, patología cardiovascular, oncología y diabetes),

En el campo concreto de los avances sobre el genoma humano y el control científico del mismo, el plan propugna una estrategia de intervención que permitirá la definición de una cartera de servicios en genómica basada en la evaluación sistemática de su efectividad, eficiencia social y garantía de protección de los derechos de los ciudadanos en cuanto a información, confidencialidad, consentimiento informado y otras consideraciones éticas.

Finalmente, el documento fija seis ejes transversales comunes para asegurar la efectividad de las estrategias recogidas. Entre ellos, se destaca la implicación y participación del ciudadano como responsable último de su salud, la necesidad de centrar los esfuerzos en la acción local, la educación en salud, el enfoque de género y la necesaria orientación de los servicios hacia mejoras en términos de calidad, accesibilidad, capacidad de respuesta, equidad, intimidad, atención personalizada y continuidad asistencial.

Respecto al enfoque de género, el concepto no sólo se refiere a los factores biológicos (genéticos, hereditarios, fisiológicos, etc.) que implican riesgo de enfermedad, sino que también incluye otros elementos socioeconómicos y psicosociales (los roles y responsabilidades que asumen hombres y mujeres en las distintas etapas de la vida) que pueden traducirse en un diferente grado de vulnerabilidad de la salud.

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