El Consejo de Gobierno ha acordado declarar Bien de Interés Cultural, con la cate-goría de Zona Arqueológica, el entorno del Castillo de la Duquesa en Manilva (Málaga). Este yacimiento, que corresponde a una villa marítima romana de entre los siglos II y V, destaca por el buen estado de conservación de sus restos y la abundante información que aporta sobre la vida económica y comercial de la época. Dentro de la zona delimitada, de casi 73.000 metros cuadrados de extensión, también se incluye la fortaleza del Castillo de la Duquesa, construida en el siglo XVIII y ya declarada monumento.
De acuerdo con las investigaciones arqueológicas desarrolladas a partir de 1987, la villa romana se compone de dos grandes espacios: un área urbana con sus termas y su necrópolis y otra de carácter industrial que estuvo dedicada a la producción de salazones.
En el área urbana se conserva un pequeño atrio, con suelo de teselas de cerámica de gran tamaño, así como varias estancias, una de ellas pavimentada con un mosaico bicolor de teselas de calizas blancas y piedras grises de Tarifa. Del edificio termal perviven restos de pavimentos con mosaicos bicolores y motivos geométricos, así como parte del horno para caldear las habitaciones.
En cuanto a la zona industrial, destaca la presencia de diversas estructuras con ali-neaciones de piletas en torno a un patio central con lajas de piedra. Los trabajos realiza-dos en 1987 detectaron un segundo núcleo de habitaciones y piletas, correspondientes a una factoría de salazones y a otra dedicada a la obtención de tinte púrpura. También en este sector se localiza una necrópolis con enterramientos de inhumación y de incinera-ción, la mayoría de ellos en fosa y con cubierta a dos aguas.
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