SESIÓN DEL

El Gobierno andaluz amplía en 167 hectáreas la zona protegida del Conjunto Histórico de Jaén

Aprobada una nueva delimitación de 178 hectáreas que incorpora el Cerro de Santa Catalina y el Cementerio de San Eufrasio, entre otros enclaves

El Consejo de Gobierno ha acordado ampliar de 11 a 178 hectáreas la delimitación del Conjunto Histórico de Jaén. La Junta refuerza así la protección patrimonial de esta ciudad con la incorporación de zonas circundantes que presentan importantes valores históricos, monumentales, arquitectónicos, artísticos, etnológicos, paisajísticos y ambientales. Entre ellas destacan el Cerro de Santa Catalina, el Cementerio de San Eufrasio y el conjunto formado por La Alameda, el Convento de las Bernardas y la Plaza de Toros.

El Cerro de Santa Catalina, coronado por el castillo del mismo nombre, es el eje de nacimiento del núcleo urbano jiennense. Los primeros asentamientos de su ladera se remontan a época íbera (800-700 a.C.).

Por su parte, el Cementerio de San Eufrasio, o Cementerio Viejo, data de 1829 y es obra del arquitecto Manuel López de Lara. Este camposanto acoge las sepulturas de ilustres personajes como el senador Fernando Aranda y Salazar, el poeta Bernardo López o el economista Flores de Lemus.

La nueva delimitación también incluye el área del barrio de San Ildefonso comprendida entre el parque de La Alameda, el convento de la Concepción Franciscana o Las Bernardas y la Plaza de Toros. La zona posee edificios singulares como la iglesia de San Ildefonso, de estilo gótico con retablos barrocos, y la puerta del Ángel, de época renacentista.

El jardín de La Alameda, del siglo XVII, destaca por su gran profusión de especies arbustivas, coníferas y árboles de hoja caduca y perenne. Junto a este parque se alza como recinto fortificado el convento de Las Bernardas, fundado en el siglo XVI por Melchor Soria y Vera, obispo auxiliar de Toledo y natural de Jaén. Su iglesia alberga una colección de pinturas del artista italiano Angelo Nardi (siglo XVII).

El Conjunto Histórico de Jaén es el resultado de una ocupación humana no interrumpida de más de 2.000 años. A los pies del actual Cerro de Santa Catalina se asentaron los primeros grupos neolíticos y en la Edad del Cobre ya había una estructura urbana organizada en anillos concéntricos. En la época romana se erigió el primer cinturón de muralla y la ciudad se distribuyó por la zona del actual barrio de la Magdalena. Tras un periodo de despoblación en la etapa visigótica, el asentamiento recuperó su vigor durante la época islámica, en la que se construyeron el Alcázar, la Alcazaba y numerosas mezquitas y baños públicos, así como la red de conducción de aguas.

La fortaleza cristiana aneja a la islámica se construye bajo el reinado de Fernando III, así como el arrabal de San Ildefonso. Entre los siglos XV y XVI se acondiciona la plaza de Santa María y se abren nuevas calles y plazas en el viejo entramado musulmán. Un siglo después se erige el Palacio de Los Vilches y en el XVIII la ciudad sigue creciendo hacia el sur. En la siguiente centuria comienza la destrucción de la muralla y, finalmente, durante el siglo XX se produce la mayor expansión con la ocupación de terrenos de la campiña y de las vegas de Guadalbullón.


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