Refugios antiaéreos de Jaén

Refugios

El 1 de abril de 1937, la Legión Cóndor alemana bombardeó sin piedad la ciudad de Jaén, leal al gobierno de la República en aquel momento. Este golpe inesperado se produciría días antes del famoso bombardeo de Gernika. El objetivo del bando franquista era sembrar miedo en cualquier punto de la geografía española de forma indiscriminada.

El ataque se realizó por sorpresa. La ciudad de Jaén no era enclave militar destacado ni en ella se desarrollaba combate alguno. La población no estaba preparada ni se dio ningún tipo de alarma antes del ataque, y ni siquiera la capital jienense contaba con baterías antiaéreas para defenderse.

Las estimaciones de víctimas, basadas en los datos procedentes de registros civiles, libros de cementerios y documentación de la Causa General, cifran el número de fallecidos en 159 y en varios centenares los heridos. Resulta escalofriante el dato sobre la edad de las víctimas: en su mayoría, menores de 18 años. Ello se debió a que, durante aquella época, los alumnos de los colegios públicos descansaban los jueves por la tarde, día del bombardeo, lo que provocó que muchos de ellos se encontraran aquel día jugando o paseando por la ciudad.

Tras el bombardeo, el Ayuntamiento republicano, liderado por José Campos Perabá, dio la orden a todas las cuadrillas de albañiles de limpiar la ciudad de escombros. Las patrullas de voluntarios recogieron a los heridos y los trasladaron al hospital provincial, a la Cruz Roja, a la Casa de Socorro y a la clínica La Inmaculada para que se recuperaran.

Aún en la ciudad se recuerda la hora del inicio del bombardeo. A las cinco y veinte de la tarde, la Iglesia de San Ildefonso quedó bloqueada por las bombas al igual que su reloj.

El general franquista Gonzalo Queipo de Llano daba la orden en respuesta al ataque que se había efectuado esa misma mañana por parte de las fuerzas republicanas en Córdoba. Seis aviones trimotores acompañados por un grupo de escolta de nueve cazas iniciaron el ataque al sur de la ciudad.

La conmoción causada en la ciudad se tradujo en una frenética actividad cuyo objetivo era dotar a sus vecinos de los refugios antiaéreos suficientes para guarecerse en caso de una nueva operación.

El ataque se realizó de una sola pasada, cumpliendo claramente el objetivo de sembrar pánico entre la población jienense, que tenía un censo de 30.000 habitantes en la época.

La Comisión del Frente Popular, junto al alcalde, se reunió al día siguiente para proyectar la construcción de varios refugios. Ante la falta de defensa de la ciudad, el proyecto quedó redactado en tan sólo cinco días y de él se encargaron los arquitectos Antonio María Sánchez, arquitecto municipal, y Luis Berges Martínez, arquitecto provincial. Los refugios se edificaron con una clara intención militar: debajo de  las iglesias o a sus alrededores, para evitar los bombardeos.

El actual acceso al refugio por la Plaza de Santiago era uno de los más importantes, con una capacidad para 1.040 personas.

Fuentes y Bibliografía

  • SÁNCHEZ TOSTADO, Luis Miguel. Guerra Civil en Jaén. 2006
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