El Legado Andalusí presenta una exposición sobre la embajada medieval a la legendaria Samarcanda de Tamerlán

La secretaria general de Patrimonio Histórico ha inaugurado esta muestra, organizada en paralelo de la reedición ampliada de la monografía de referencia sobre esta misión diplomática
Andalucía, 23/07/2025

La Fundación El Legado Andalusí ha recuperado uno de los episodios más singulares de la diplomacia medieval castellana: la embajada que el rey Enrique III envió, encabezada por el noble Ruy González de Clavijo a la corte del emir Tamerlán en Samarcanda, ciudad entonces en periodo de esplendor como capital de un vasto imperio euroasiático y paso obligado de la Ruta de la Seda. A este episodio histórico, excepcional porque permite conocer las relaciones entre Oriente y Occidente en los albores del siglo XV, dedica esta institución la muestra ‘Viaje a Samarcanda. Relación de la embajada de Ruy González de Clavijo ante Tamerlán (1403-1406)’, inaugurada por la secretaria general de Patrimonio Histórico y Documental, Mar Sánchez Estrella, junto a la directora gerente de la Fundación El Legado Andalusí, Concha de Santa Ana.

Esta muestra, que se puede ver hasta el próximo 9 de enero en las salas de exposiciones del Corral del Carbón de Granada, la ha organizado El Legado Andalusí, fundación dependiente de la Consejería de Cultura y Deporte, en paralelo a la reedición de un volumen referencial sobre esta embajada, coordinado por el catedrático de la Universidad de Granada Rafael López Guzmán. Editado originalmente en 2009 por esta fundación, el libro, que estaba agotado, vuelve a las librerías en una edición ampliada y actualizada.

La exposición, con López Guzmán también como comisario, traza el itinerario seguido por los embajadores castellanos durante tres años hacia Samarcanda a través del Mediterráneo -se embarcaron en Cádiz-, siguiendo una ruta que los llevó también por Constantinopla, Anatolia, Armenia, Persia y la Transoxiana, el centro del imperio de Tamerlán, el último de los grandes conquistadores nómadas de la estepa euroasiática, y donde se ubicaba su entonces legendaria capital. La misión de Ruy González de Clavijo buscaba estrechar lazos diplomáticos, con el objetivo de sellar una alianza frente a los turcos, con Tamerlán, quien acababa de derrotar al sultán otomano Bayaceto en la batalla de Ankara (1402).

Cuando los embajadores castellanos llegaron a Samarcanda en 1404, hallaron una ciudad esplendorosa, decorada con azulejos y cúpulas turquesas, rodeada de huertos y mercados, y presidida por la corte de un monarca que se preparaba para la conquista de China. Sin embargo, la inesperada muerte por enfermedad de Tamerlán un año después frustró la coalición que pretendía Castilla, además de suponer el final del imperio euroasiático que había construido, que se fragmentó entre sus descendientes.

Pese a ello, el legado cultural de aquella Samarcanda ha perdurado hasta la actualidad, lo que puede apreciarse en una exposición que presenta una cuidada selección de piezas -cerámicas, grabados, mapas, libros, utensilios, objetos devocionales y reliquias- así como un audiovisual, que evocan no solo a la ciudad de la Ruta de la Seda, sino también los lugares y culturas con los que entró en contacto la embajada castellana de Clavijo. La propuesta expositiva busca, de esta forma, combinar la historia con la experiencia del viaje, poniendo en valor la riqueza cultural de los territorios atravesados.

Entre las piezas más destacadas se encuentran tres ediciones históricas del relato del embajador castellano: la primera edición impresa de 1582, prestada por la Biblioteca del Hospital Real de la Universidad de Granada; la segunda, de 1782, perteneciente a la colección de la fundación El Legado Andalusí; y la edición publicada por esta institución en 2009, reeditada ahora debido a su gran demanda y actualmente enriquecida con un renovado aparato gráfico. Además, se exhiben objetos como un astrolabio o un candil del siglo XIII, así como grabados decimonónicos, cerámica persa y turca, y una punta de lanza del XIV, entre otras piezas.

Otro de los elementos de mayor valor simbólico de la muestra es el relicario del brazo de San Juan Bautista, conservado en la Capilla Real de Granada, institución que ha colaborado generosamente con esta iniciativa. La inclusión de esta pieza conecta directamente con el relajo de Ruy González de Clavijo, quien describió con asombro las reliquias de los brazos del Bautista durante su paso por Constantinopla.

Todos estos elementos permiten al público descubrir la fascinante aventura de esta misión a Constantinopla y resaltar el importante valor del documento escrito que dejó esa embajada, mezcla de crónica, informe diplomático y narrativa de viajes, que ofrece una mirada excepcional, con numerosas observaciones etnográficas y geográficas, sobre el mundo timurí y sobre la percepción de la Europa medieval sobre el Oriente en los albores del siglo XV.

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