Cristo de la Vera-Cruz. Iglesia de San Antonio Abad, Pruna (Sevilla)

Información general

Tipología
Escultura
Provincia
Sevilla
Municipio
Pruna
Autoría

Anónimo

Cronología
Hacia 1700
Dimensiones
140 x 142 x 30 cm Cristo; 180 x 145 x 9,5 cm Cruz
Material
Ciprés
Cáñamo. Cordón del sudario
Badana en articulaciones
Observaciones

La información sobre esta intervención está extraída de los informes de ejecución

Colaboradores: Rafael Fernández García (Doctor Arquitecto); Miguel Ángel Marín Gallardo (Diseñador Gráfico)

Bibliografía relacionada

VV.AA.: Guía artística de Sevilla y su provincia, Sevilla, 1981, p. 627

Imagen

Descripción del bien

Aunque los orígenes de la Hermandad de la Santa Vera-Cruz y Pura y Limpia Concepción de María se remontan al año 1614, su imagen titular, el Cristo de la Vera-Cruz, es una obra anónima de la escuela sevillana fechable a comienzos del siglo XVIII. Responde a la tipología de Crucificado con los brazos articulados para representar la ceremonia del Descendimiento de la Cruz. En su estación de penitencia luce potencias y corona de espinas.

La escultura se compone de varias piezas ensambladas y ahuecadas en el tórax y parte del paño de pureza con una abertura en la espalda cerrada con una tapa mediante clavos de forja. Al cuerpo se unen los brazos con sendas espigas.

Las catas realizadas evidenciaron al menos dos policromías superpuestas. Debajo de la actual, con una gruesa preparación y de color ocre verdoso, se ha podido apreciar restos de otra policromía de color verdoso oscuro. Posiblemente a finales del siglo XIX o principios del XX se repolicromó toda la imagen y se colocó una nueva piel en las articulaciones de los hombros.

Imagen

Datos históricos

El mal estado de conservación que presentaba la imagen se debía en gran medida a la manipulación a que está sometida por el cambio de posición de crucificado a yacente. La piel que recubre las articulaciones de los hombros se encontraba reseca, sin flexibilidad, rota y con pérdidas.

Las radiografías pusieron de manifiesto un elevado número de clavos para sujetar la piel de los hombros, asegurar uniones o fijar la tapa de la espalda. Se advertían grietas, fisuras y faltas de madera. La pieza de la cabeza que corresponde a la zona posterior estaba desensamblada, sujeta tan solo por una espiga de madera, con las colas cristalizadas, con pérdidas, agujeros y con una grieta de varios milímetros. A ello había contribuido la colocación de las potencias en cada salida procesional.

Otros problemas se derivaban de la sujeción de la imagen a la cruz. Ésta se realizaba con tres clavos, ya oxidados, en manos y pies; el de la mano derecha era de factura distinta y fecha más reciente. El otro punto de apoyo que se hallaba en la parte posterior del paño de pureza había desaparecido.

La policromía se encontraba muy cuarteada, con levantamientos y pérdidas, especialmente en el paño de pureza y en la zona de la piel de los hombros. En los pies estaba levantada en forma de ampollas a causa del calor recibido en un incendio que sufrió la iglesia durante la Guerra Civil. También se observaban repintes de purpurina en el cordón y las orillas del paño de pureza. Toda la escultura estaba cubierta por una capa de suciedad. En la espalda y parte posterior del sudario se apreciaban unas manchas de color amarillo verdoso, posiblemente goma laca.

Imagen

Estado previo

Se desensamblaron las piezas que conforman la cabeza y el nudo del sudario, se extrajeron los clavos, se limpiaron los restos de cola cristalizada y se volvieron a colocar en su lugar con espigas de madera. Al retirar las piezas del sudario se observó que éstas eran añadidos y que bajo ellos existían restos de policromía original. En el filo del hombro izquierdo se retiró, tras desensamblar el brazo, otro fragmento de madera introducido en una mala reparación anterior; la zona se reconstruyó con pequeños trozos de madera de ciprés reforzados con espigas de fibra de vidrio y cola.

Un problema peculiar de esta escultura era el de las articulaciones de piel de los hombros. La elasticidad de la piel se restituyó mediante un éster etílico del ácido acrílico disuelto en cetonas, las zonas más debilitadas y quebradizas se consolidaron con gasa de fibra de vidrio y las pérdidas se repusieron con piel animal curtida afianzando tanto los añadidos como los restos de piel con tafetán de poliéster, grapas de acero inoxidable y adhesivo.

Para la correcta sujeción de la imagen a la cruz se introdujo en la zona lumbar un manguito con un perno roscado y se colocó una espiga de madera que sirviera de tope, por el gran hueco interno existente. Así mismo las potencias se ajustaron mediante unos casquillos metálicos con forma tronco cónica. Otras operaciones realizadas sobre la madera fueron la reintegración de las pérdidas con ciprés y la aplicación de un tratamiento de desinsectación a toda la obra como medida preventiva.

En la policromía se fijaron los estratos, se efectuó la limpieza de la suciedad adherida y se eliminaron los repintes de purpurina del sudario. Durante el proceso aparecieron restos de dorado. Posteriormente se reintegró el color con acuarelas y pigmentos al barniz. Para la reintegración del color sobre la piel se empleó una mezcla de témperas y silicona con el fin de conseguir una capa de color lo suficientemente elástica que resistiese los movimientos de las articulaciones de los brazos. Tras lo cual se aplicó una capa de protección.

La restauración incluyó los tratamientos de la cruz y de los clavos de las manos y pies. El de la mano derecha se sustituyó conforme al modelo de los otros dos, más antiguos y torneados en la fragua.

Ficha técnica y planimetría

Entidad/es promotora/s
Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura
Periodo de ejecución
-
Inversión
11.719,74 euros
Índice