Cristo del Buen Fin. Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, El Pedroso (Sevilla)

Información general

Tipología
Escultura
Provincia
Sevilla
Municipio
Pedroso, El
Autoría

Atribuido a Pedro Millán

Protección
La iglesia está declarada Bien de Interés Cultural por disposición de 19 de noviembre de 2001 (BOJA del 5 de enero de 2002)
Cronología
Hacia 1500 Cristo; 1953 Cruz
Dimensiones
152 x 144 x 24,5 cm Cristo; 225 x 145 x 45 cm Cruz
Material
Álamo
Observaciones

La información sobre esta intervención está extraída de los informes de ejecución.

Colaboradores:
Rafael Fernández García (Doctor Arquitecto)
Miguel Ángel Marín Gallardo (Diseñador Gráfico)
 

Bibliografía relacionada

Gestoso y Pérez, J.:Pedro Millán. Ensayo biográfico-crítico, Sevilla, 1884; Pérez-Embid, F.: Pedro Millán y los orígenes de la escultura en Sevilla, Madrid, 1973; Franco Mata, A.: "El Crucifijo gótico doloroso andaluz y sus antecedentes" Reales Sitios, Madrid, 1986; Día Pérez, E. y Pareja, E.: "Restauración del Cristo de Millán", Diario de Sevilla, Sevilla 4 de julio de 1996, p. 20

Imagen

Datos históricos

El Cristo del Buen Fin de El Pedroso es una escultura de Cristo muerto de tamaño natural y composición en “T”, es decir, con los brazos en horizontal. Muestra una anatomía enjuta y estilizada y un paño de pureza de angulosos y artificiosos pliegues. Su estilo, que se encuadra en la estética tardogótica de tradición borgoñona o flamenca, está en la línea de la producción del escultor Pedro Millán, activo en Sevilla en los años finales del siglo XV y los primeros del XVI.

Actualmente está situado en la capilla del Bautismo de la iglesia de Nuestra Señora de la Consolación. Se desconoce su ubicación primitiva, aunque se sabe que en el siglo XVII estaba colocado en el lado del Evangelio sobre un pequeño retablo que se construyó al efecto. En 1953 Manuel Pineda Calderón repolicromó la imagen y talló una nueva cruz.

Imagen

Estado previo

La escultura, de madera de álamo maciza, está constituida por al menos nueve piezas ensambladas entre sí a unión viva. Un fuerte ataque de xilófagos, reflejado al exterior por multitud de orificios de salida, había provocado grandes pérdidas en el volumen interno de la madera. La zona más deteriorada era la que correspondía a los ensambles de los brazos a los hombros, que se encontraban abiertos por la disgregación de las espigas, a lo que había contribuido la extracción de la cabilla metálica que sujetaba la imagen a la cruz en la zona posterior del paño de pureza.

Mediante radiografías se detectaron numerosas grietas y fisuras y gran cantidad de elementos metálicos en el interior de la imagen. Los clavos de las manos y pies aparecían oxidados y se observaban algunas pérdidas de pequeños fragmentos en el sudario, las espinas de la corona y los dedos pulgares de la mano derecha y del pie izquierdo. Éste se había reconstruido de forma muy burda en alguna ocasión.

En la policromía se advertían levantamientos y pérdidas, sobre todo en los brazos, la parte posterior del sudario y la pierna derecha. La imagen presentaba un aspecto muy oscuro debido, por una parte, a que se había aplicado sobre la policromía -que no era la original, sino otra dispuesta directamente sobre ella- un barniz graso que se había oxidado con el tiempo, y, por otra, a la acumulación de depósitos superficiales dejados por el humo de las velas y el polvo.

En la cruz también se apreciaban grandes depósitos de polvo, algunas grietas y un importante ataque de insectos xilófagos. La intersección de los travesaños se había realizado con un ensamble a media madera sujeto por una espiga en muy mal estado, lo que causaba un movimiento pendular. Algunas zonas se encontraban repintadas con purpurina.
 

Imagen
Imagen
Imagen

Descripción de la intervención

Se fijaron los estratos en peligro de desprendimiento, se extrajeron los elementos metálicos y se desinsectó y consolidó la madera a través de los agujeros existentes y de algunos taladros practicados para ello. Se desmontaron los brazos, la mano derecha y los dedos y se volvieron a espigar y ensamblar en su sitio. En los brazos hubo que eliminar las espigas originales por el deterioro que presentaban y sustituirlas por otras nuevas realizadas con fresno. Se limpiaron los restos de adhesivos y materiales acumulados en las grietas y fisuras y se repusieron las pérdidas con madera de cedro. El dedo falso se retiró y se talló uno nuevo.

Para la sujeción de la imagen a la cruz se utilizó un manguito con rosca interna embutido en la zona lumbar y un perno roscado que atraviesa la cruz y se introduce en el manguito. Con tuercas y arandelas se completó el agarre. También se realizaron nuevos clavos en acero inoxidable para manos y pies.

Se recuperó la policromía original mediante la eliminación de las capas de pintura y barnices superpuestas y, tras el estucado de lagunas, se procedió a la reintegración cromática, hecha con materiales reversibles y siguiendo un criterio de diferenciación del original discernible a corta distancia. Para finalizar se aplicó una capa de barniz.

En cuanto a la cruz, se solucionaron los problemas de movimiento que presentaba. Se ajustaron correctamente los travesaños con dos nuevas espigas y se alargó el extremo inferior para evitar que los brazos rozaran con la hornacina que cobija la imagen.
 

Imagen
Imagen

Ficha técnica y planimetría

Entidad/es promotora/s
Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura
Dirección y ejecución
Pedro E. Manzano Beltrán
Periodo de ejecución
-
Inversión
11.719,74 euros

Fotografías

Imagen
Imagen
Índice