Plan de Control de Peligros Químicos en productos alimenticios 2018
El Reglamento (CE) Nº 178/2002, establece como base de la legislación alimentaria el análisis de riesgo para lograr el objetivo de protección de la salud de las personas.
El análisis de riesgos puede definirse como una estrategia global para el tratamiento de riesgos y tiene tres elementos interrelacionados: la determinación del riesgo, la gestión del riesgo y la comunicación del riesgo. Estos tres elementos ofrecen una metodología sistemática para establecer medidas o acciones eficaces proporcionadas y específicas para proteger la salud.
La gestión del riesgo es un proceso dinámico, con aportación de datos y parámetros sobre la toma de decisiones, susceptibles de modificarse con el paso del tiempo.
Por riesgo químico se considera, la probabilidad de exposición a todo elemento o compuesto químico, por sí solo o combinado, tal como se presenta en estado natural o de síntesis, utilizado o vertido, incluido el vertido como residuo. La presencia de sustancias químicas en los alimentos se puede producir por la contaminación medioambiental (aire, agua o suelo) o por la adición intencional de sustancias, como los plaguicidas, los medicamentos veterinarios y otros productos utilizados en la producción primaria, así como, por el uso de aditivos y coadyuvantes tecnológicos a lo largo de la fabricación y transformación de los alimentos.
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