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Economía y Empleo

La Junta pone en marcha planes de impulso para fortalecer cinco industrias estratégicas andaluzas

CRECE Industria implica a la madera y el mueble, a la química básica y aplicada, al textil, a la metalurgia y a la construcción industrializada

El Consejo de Gobierno ha tomado conocimiento de la puesta en marcha de cinco planes de cadena de valor CRECE Industria correspondientes a cinco sectores estratégicos para Andalucía como son la madera y el mueble, la química básica y aplicada, el sector textil, cuero y calzado, la industria metalúrgica y la industria de la edificación o construcción industrializada.

Estos cinco planes se enmarcan bajo el paraguas del plan CRECE Industria, que contempla el desarrollo de las principales cadenas de valor de bienes y servicios industriales para aterrizar las medidas de fomento e impulso en los diferentes sectores y ámbitos de desarrollo industrial, y fijar valor a los territorios mediante una visión integral que abarca el ciclo de vida completo de los bienes o productos industriales.

Uno de los objetivos compartidos es situar a Andalucía como un territorio que se diferencia por disponer de un marco institucional y social comprometido con la industria, en el que las empresas encuentren instrumentos públicos y privados que refuercen el mejor desempeño de sus actividades, buscando la colaboración entre empresas de distintos sectores industriales e impulsando el apoyo público a la inversión, la agilización administrativa y la coordinación entre las administraciones públicas.

En Andalucía, estos cinco sectores industriales dan empleo a más de 61.500 personas, generan una cifra de negocio agregada superior a los 14.400 millones de euros y afectan a más de 12.700 locales y empresas industriales, de ahí el carácter estratégico de los mismos y la importancia de fortalecer su estructura industrial desde el Gobierno andaluz.

Para ello, los planes contarán con un presupuesto público conjunto que asciende a 49 millones de euros y que gestionará la Consejería de Política Industrial y Energía, con los que se pretende movilizar inversiones privadas por valor de 216 millones desplegando las 200 iniciativas concretas que contemplan. Hay, no obstante, aspectos comunes a todos ellos que se orientan a cubrir necesidades de formación especializada, capacitación y acreditación de los trabajadores, explorar la expansión comercial a través de la apertura de nuevos mercados, la adaptación a la economía circular y la reducción de la huella de carbono, la mejora de la eficiencia energética, la modernización de maquinaria, instalaciones y procesos, y la incorporación de la digitalización y de la automatización en sus procesos industriales.

Todos los planes han sido acordados con los agentes económicos y sociales más representativos, la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) y las organizaciones sindicales UGT y CCOO, y han sido diseñados con las principales asociaciones y entidades de cada sector, hasta superar la treintena de participantes.

Madera y mueble

El sector andaluz que abarca las dos ramas de actividad de la industria de la madera y el corcho y la fabricación de muebles aglutina a más de 4.400 locales industriales, da empleo a más de 15.000 personas y mueve una cifra de negocio cercana a los 1.400 millones de euros, según datos de 2020. Andalucía ocupa, además, el tercer lugar entre las comunidades más exportadoras.

El plan de cadena de valor CRECE Industria de la madera y el mueble se orienta a fomentar el aprovechamiento eficaz y sostenible de los recursos naturales y de conocimiento para el uso de la madera en la fabricación de muebles y en la construcción y rehabilitación de edificios. La madera es uno de los principales recursos naturales renovables con los que cuenta Andalucía, por lo que existe la oportunidad de producir madera local de calidad procedente de gestión forestal sostenible.

Se plantean acciones clave que permitan reforzar la actividad en las fábricas del mueble e impulsar el comercio y la demanda responsable bajo cuatro objetivos: el fomento de la cultura y uso de la madera como recurso natural y autóctono, la búsqueda de una alta productividad, competitividad y fomento de la sostenibilidad ambiental, la promoción de la calidad de los productos y los procesos y del capital humano, y la expansión comercial e internacional. Asimismo, se persigue generar nuevos ecosistemas industriales para impulsar la construcción sostenible e industrializada con madera local.

El plan contempla la puesta en marcha de 38 iniciativas, diseñadas de la mano de nueve asociaciones y entidades relacionadas. El Gobierno andaluz aportará siete millones de euros con los que se prevé movilizar una inversión privada de 34 millones de euros.

Química básica y aplicada

La importancia en el tejido industrial de la química básica y aplicada, con sus dos epicentros industriales de Huelva y Algeciras, se sustenta en las cifras del sector, que generó en el año 2020 un volumen de negocio superior a los 4.900 millones de euros, el 7,5% del total de la industria andaluza, y que da empleo a más de 7.700 personas. De hecho, Andalucía es la tercera comunidad autónoma en cuanto a número de empresas, con un 14,4% del total nacional en 2020.

El Plan de cadena de valor CRECE Industria de la química básica y aplicada se dirige al fomento de las actividades industriales para la fabricación de productos químicos y agroquímicos, pinturas, barnices y tintas, detergentes, perfumes y cosmética, y contempla la puesta en marcha de 45 iniciativas consensuadas con seis asociaciones y entidades sectoriales con el fin de movilizar inversiones por valor de 44 millones de euros. La aportación de fondos públicos se eleva a 10 millones de euros.

El impulso de la proyección del sector químico andaluz, la búsqueda de una alta productividad, competitividad y desarrollo tecnológico buscando su diferenciación por su eficiencia productiva y la calidad, la sostenibilidad de las actividades químicas aprovechando su carácter básico para el resto de los sectores económicos como palanca de la neutralidad en las emisiones de CO2, así como el fomento de la economía circular y la transición energética y digital son los principales objetivos del plan.

Textil, cuero y calzado

La importancia del sector de la industria textil, del cuero y el calzado en Andalucía se evidencia por las cifras que representa, con cerca de 2.600 locales industriales que dan empleo a 10.500 personas y que generan una cifra de negocio de 741 millones de euros.  Este plan de cadena de valor se dirige al fomento de las actividades industriales para la fabricación textil, zapatería, artículos y prendas de marroquinería y persigue fortalecer las capacidades tecnológicas, logísticas y comerciales de esta industria andaluza, buscando su diferenciación, así como su crecimiento en solvencia, dimensión, calidad y valor para la sociedad.

La puesta en marcha de las 33 actuaciones recogidas en el plan, que se han trabajado de la mano de las ocho principales entidades sectoriales, se fija como objetivo movilizar inversiones privadas por valor de 50 millones de euros con una aportación pública por parte de la Junta de Andalucía de 12 millones de euros.

Los objetivos que se establecen tratan de que el sector aproveche las oportunidades ligadas a la digitalización de la producción, la eficiencia productiva y la calidad de los servicios y productos ofrecidos, así como por la sostenibilidad ambiental, la formación y certificación de los trabajadores, y la búsqueda de nuevos nichos de mercado.

Industria metalúrgica

La política industrial andaluza aspira a que tanto la producción de metales como la fabricación de productos mejoren su productividad a través del desarrollo tecnológico y la innovación y a que se amplíe el papel tractor de las grandes empresas del sector consiguiendo mayor integración de la cadena de valor, que tiene como punto de partida la industria extractiva de metales, líder nacional y referente europeo de minería metálica.

El sector metalúrgico, que da empleo a más de 28.300 personas, generó en el año 2020 una cifra de negocio de 7.430 millones de euros, lo que supone el 11,4% del total de la industria andaluza. Si se añade la minería metálica, por su relación con la industria transformadora, esta actividad facturó 4.000 millones de euros en 2021, un 33% más que en 2020.

El plan de cadena de valor parte de un diagnóstico compartido con los principales agentes del sector que evidencia la oportunidad de apostar de manera firme por la digitalización, a través de la automatización y robotización de procesos, y establece la sostenibilidad ambiental en relación con el crecimiento del sector, centrándose en la búsqueda de la neutralidad en las emisiones de CO2, el fomento de la economía circular, así como en la mejora de la eficiencia energética y el aprovechamiento de las energías renovables para dotar a la actividad metalúrgica de mayor competitividad y menor huella de carbono. En este ámbito cobra especial relevancia el objetivo de la contribución a la cohesión social y territorial para que el sector metalúrgico incremente su implicación en la economía local y de las zonas de su influencia, promoviendo las relaciones a largo plazo con las comunidades locales y los agentes sociales, así como la cooperación empresarial.

El plan, con el apoyo público de 10 millones, concreta 36 iniciativas con el objetivo de movilizar inversiones por 44 millones de euros. Ha contado en su diseño con las cuatro entidades más relevantes del sector andaluz.

Industria para la edificación o construcción industrializada

El plan de cadena de valor CRECE Industria para la edificación en Andalucía incluye actuaciones para promover, desde el lado de la oferta de soluciones y materiales constructivos, una edificación inteligente, sostenible e industrializada, alineada con el resto de los planes sectoriales que abarcan la producción de materiales para la edificación: cemento, piedra y mármol o madera.

Se dirige específicamente a la fabricación de productos cerámicos para la construcción, otros productos cerámicos y sistemas o elementos metálicos para la construcción, y persigue avanzar en un modelo de construcción industrializada en el que la mayor parte de los trabajos de construcción se realizan en fábrica en lugar de en la obra.

Con su enfoque de cadena de valor, el plan busca la integración vertical de las distintas empresas que participarán en el nuevo mercado de edificios ecosostenibles industrializados, así como la integración horizontal de las empresas que intervienen en cada una de las fases del proceso productivo-constructivo. Se marcan cuatro objetivos que se refieren al entorno, a la transición de los sectores tradicionales de materiales y servicios para la construcción hacia el modelo de construcción industrializada, a la productividad industrial y a la promoción del talento competitivo que ponga a las personas en el centro de la industria para la edificación.

Contempla 47 iniciativas diseñadas y acordadas de forma conjunta con ocho asociaciones y entidades que, con 10 millones de financiación pública, prevén movilizar 44 millones de euros en inversiones.