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Referencia del Consejo de Gobierno

DECLARACIÓN INSTITUCIONAL CON MOTIVO DEL XXV ANIVERSARIO DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA

EL CONSEJO ACUERDA ERIGIR EN CÁDIZ UN MONUMENTO CONMEMORATIVO DE LA CONSTITUCIÓN DE LA JUNTA

LA JUNTA PROTEGE EL YACIMIENTO ROMANO DEL ENTORNO DE LA ERMITA DE SANTA EULALIA EN ALMONASTER LA REAL

EL CONSEJO DECLARA MONUMENTO LA IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN EN LA RAMBLA

EL CONSEJO DE GOBIERNO SANCIONA A DOS EMPRESAS POR EXTRACCIÓN ILEGAL DE ÁRIDOS EN ALCALÁ DE LOS GAZULES

DECLARACIÓN INSTITUCIONAL CON MOTIVO DEL XXV ANIVERSARIO DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA

El 27 de Mayo de 1978, hace ahora 25 años, se constituyó la Junta de Andalucía, en un solemne acto celebrado en la Diputación Provincial de Cádiz, en el que se eligió también al Excmo. Sr. Plácido Fernández Viagas como primer Presidente de nuestra Comunidad. Se iniciaba así la etapa preautonómica. Con la perspectiva que otorga el tiempo y por la enorme capacidad transformadora que habría de tener el proceso político, social e institucional que entonces comenzaba, debemos considerar esta efeméride como un hito fundamental de nuestra historia contemporánea.

El acto constituyente de la Junta de Andalucía fue el colofón de la gran ansia de autonomía y progreso que había llenado las calles de Andalucía en las históricas manifestaciones del 4 de diciembre de 1977. Fue, igualmente, preludio del formidable combate democrático que habrían de librar los andaluces en las urnas sólo unos años después, el 28-F de 1980.

Pero, sobre todas las cosas, fue una muestra de generosidad: los hombres y mujeres que constituyeron la Junta de Andalucía antepusieron los intereses generales de la Comunidad a los suyos propios y a los de sus respectivos partidos.

El Consejo de Gobierno, reunido en el mismo lugar para conmemorar dicho aniversario, desea subrayar la importancia de tal acontecimiento y hacer un llamamiento a los andaluces y andaluzas, invitándoles a reiterar su compromiso de trabajo y de ilusión con la Autonomía. El período vivido en estos años coincide con el resurgir de Andalucía, con una etapa de cambios profundos y de mejora sustancial de las condiciones económicas, sociales y culturales, que nos han permitido afianzar nuestra identidad política en el seno de un gran proyecto común para España.

Cambios que se han ido produciendo y que se han manifestado, prácticamente, en todos los ámbitos. En el orden representativo e institucional, en la economía y el empleo; en la modernización de equipamientos e infraestructuras y en la universalización del sistema educativo, sanitario o asistencial.

La principal transformación, sin embargo, es la que han protagonizado los propios ciudadanos. Casi al mismo tiempo que se superaban problemas e inconvenientes que parecían endémicos, se asumían e integraban en el comportamiento individual y colectivo las características propias de las sociedades avanzadas: el dinamismo, el espíritu innovador, la cultura emprendedora, la eficiencia y la competitividad.

El esfuerzo realizado nos ha permitido, en definitiva, alcanzar una situación y unas condiciones que, sin lugar a dudas, son muy superiores en capital humano, físico y tecnológico, a las que teníamos cuando iniciamos el proceso autonómico. Esta certeza es la sólida base en la que se apoyan hoy Andalucía y la sociedad andaluza, para mirar hacia el futuro con mayor confianza y mejores garantías que nunca.

Un futuro que nos llega repleto de expectativas, de exigencias y de incertidumbres. Las expectativas de un proceso de globalización, cuyas oportunidades deben repartirse más justa y equitativamente; las exigencias de una revolución tecnológica, a la que es preciso dar respuestas más eficaces y contundentes, y las incertidumbres que, en el ámbito internacional, generan las guerras, las acciones terroristas y los desequilibrios económicos y sociales.

Estos retos no pueden desanimarnos. Deben servirnos, por el contrario, para estimular e incentivar el caudal acumulado en estos años por una sociedad joven y capacitada, como es la Andalucía del siglo XXI.

Ante todo, para desempeñar un papel más influyente en el progreso de España, en la construcción de la pluralidad y en la consolidación del Estado Autonómico. Vamos a seguir avanzando, abiertos siempre al diálogo y a la colaboración, con el fin de culminar el proceso de transferencias, desarrollar en su totalidad el contenido del texto estatutario y hacer valer los derechos de Andalucía como Comunidad que accedió a la Autonomía por la vía del art. 151 de la Constitución.

Otro objetivo prioritario es alcanzar mayor presencia y protagonismo en la U. Europea. El proceso de ampliación en marcha abre numerosas oportunidades de carácter comercial y empresarial a nuestra economía, pero nos plantea también importantes desafíos. Es verdad que los indicadores socioeconómicos de los nuevos estados miembros son más bajos que los nuestros, pero en recursos humanos y en formación, sí pueden presentar niveles homologables a los que aquí tenemos. Esto exige un esfuerzo conjunto, es decir nacional y autonómico, para mejorar nuestra capacidad y competitividad sobre la base de un mayor desarrollo de la ciencia, la investigación y la tecnología.

Tampoco podemos olvidar la existencia de recelos y desencuentros entre importantes países, acentuados recientemente. Hay que restablecer la confianza entre los socios europeos, avanzar en la cohesión económica y social, impulsar los mecanismos de cooperación con terceros países y hacer efectiva una Política Exterior y de Seguridad Común, que manifieste el potencial de Europa y exprese una forma propia de ver los problemas actuales del mundo.

Sobre todo en el Mediterráneo, zona de confluencia intercultural, frontera entre diferentes niveles de desarrollo y espacio en el que conviven la inestabilidad política y el fenómeno creciente de la inmigración. Por cercanía y lazos históricos, Andalucía no puede permanecer al margen de esta problemática. Hacemos todo lo posible para favorecer el diálogo y el entendimiento y evitar las actitudes racistas o xenófobas, pero urge una implicación mayor del conjunto de las administraciones públicas y una colaboración más eficaz por parte de la U. Europea, en consonancia con los principios y objetivos acordados en la Conferencia Euromediterránea de Barcelona.

Construir una Andalucía con más peso e influencia en su entorno, va a depender de lo que nosotros mismos seamos capaces de hacer, de nuestro compromiso con la educación, del apoyo que prestemos a la investigación científica y a la innovación tecnológica, de nuestra voluntad de incorporarnos plenamente a la Sociedad del Conocimiento y del esfuerzo que hagamos para poner en marcha proyectos e iniciativas empresariales, que nos permitan continuar creciendo y crear más y mejor empleo.

Sólo de esta forma, seguiremos avanzando y haciendo realidad el objetivo de que nadie quede atrás o al margen del progreso. Una sociedad andaluza más justa y solidaria, en la que sea un hecho la igualdad real entre hombres y mujeres, la participación de los mayores, la integración de los discapacitados, la compensación de las desigualdades y la aplicación de un modelo de desarrollo sostenible, que genere mayor bienestar y calidad de vida para las actuales y las futuras generaciones.

Es necesario profundizar en nuevos ámbitos para perfilar una democracia y una autonomía de mejor calidad: lograr unas administraciones públicas más modernas y eficaces; abordar nuevos derechos para un nuevo concepto de ciudadanía en una sociedad tremendamente dinámica y cambiante; una mayor atención a los problemas demográficos, los nuevos tipos de familia y los efectos de los movimientos migratorios. Hemos avanzado notablemente en la paridad en el ámbito de la representación política pero hemos de profundizar mucho más y extenderla en el seno de las empresas y lograr un reparto más equitativo en la atención a las cargas familiares.. La pervivencia del execrable fenómeno de la violencia de género nos muestra con toda crudeza cuándo nos resta aun por perfeccionar nuestra sociedad.

Confiamos de manera especial en los jóvenes para conseguir estos objetivos. La juventud andaluza ha alcanzado un elevado nivel de formación humana, técnica y profesional; está firmemente comprometida con la causa de la paz, la justicia y la solidaridad, como demuestra su presencia en el voluntariado social y sus ansias de participar y acceder a mayores responsabilidades. Tenemos, pues, garantizado el relevo y la consecución de un futuro mejor.

Pero el reconocimiento a la juventud debe llevar igualmente aparejado un esfuerzo hacia ellos: el derecho a una vivienda digna y la lucha contra la precariedad laboral afectan a todos los ciudadanos pero constituyen a menudo un problema fundamental para las nuevas generaciones.

En los últimos veinticinco años Andalucía ha cambiado radicalmente. La Andalucía actual ha dejado de ser una zona aislada y diferenciada de su entorno español y europeo. Forma parte de él a todos los efectos y, aunque pervivan ciertos déficits, como una cota de desempleo demasiado elevada, podemos decir con orgullo que Andalucía ha superado el lastre del subdesarrollo que la persiguió durante decenios.

Es más, el comportamiento de la economía andaluza en el actual contexto de desaceleración es un indicio de un cambio estructural de gran magnitud en nuestra economía que, invirtiendo su tendencia histórica, muestra ahora no sólo una mayor tendencia al crecimiento en períodos de expansión sino que también exhibe más resistencia al retroceso en los momentos de crisis.

Existe, pues, una nueva realidad andaluza, una nueva percepción e imagen de Andalucía en el exterior y hay, sobre todo, un gran proyecto global para Andalucía que, entre todos, debemos desarrollar y llevar adelante sin localismos ni enfrentamientos estériles. Andalucía, enriquecida por la diversidad provincial de sus manifestaciones culturales o artísticas, se siente reforzada por el potencial que representa el apoyo unánime de los andaluces y andaluzas al progreso de su tierra y al fortalecimiento de una identidad común.

Dentro de unos meses cumplirá también veinticinco años la Constitución Española de 1978. En el marco de democracia y libertad que ampara nuestra Carta Magna, acabamos de celebrar un nuevo proceso electoral que ha diseñado el mapa político municipal para el próximo cuatrienio.

El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía reitera su compromiso de trabajo y cooperación con todos los Ayuntamientos y con las nuevas Diputaciones Provinciales, sin hacer distinciones de ningún tipo. Estamos convencidos de que las Corporaciones Locales son indispensables para el equilibrio y la vertebración del territorio andaluz, fundamentales para acercar a los ciudadanos la autonomía y el ejercicio de sus derechos, y especialmente operativa para la gestión y el eficaz funcionamiento de determinados servicios públicos.

El diálogo y el entendimiento, tanto entre las distintas instituciones, como en el plano económico y social con Empresarios y Sindicatos, han sido factores decisivos en la estabilidad y el progreso de Andalucía en estos años. Consideramos necesario mantener este clima de consenso y colaboración, así como hacer un llamamiento a la participación de los andaluces y andaluzas a través de nuevas fórmulas e instrumentos de debate como los que proporcionan las nuevas tecnologías.

Una presencia cada vez más activa que sea la expresión de una sociedad civil fuerte y bien articulada, de la autoestima de los ciudadanos, de su espíritu emprendedor y de la capacidad de iniciativa para asumir y protagonizar su propio destino.

Si Andalucía afronta hoy con determinación el reto de la Segunda Modernización, el reto de construir un gran futuro para las generaciones venideras a la cabeza de las grandes regiones de Europa, es gracias en buena medida al impulso que aquéllos hombres y mujeres imprimieron a la autonomía hace 25 años. Seamos consecuentes y no regateemos ahora esfuerzo y generosidad a la noble causa de Andalucía.

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EL CONSEJO ACUERDA ERIGIR EN CÁDIZ UN MONUMENTO CONMEMORATIVO DE LA CONSTITUCIÓN DE LA JUNTA

El Consejo de Gobierno ha acordado hoy promover en la ciudad de Cádiz la construcción de un monumento conmemorativo del XXV Aniversario de la Constitución de la Junta de Andalucía, que tuvo lugar en la Diputación Provincial gaditana el 27 de mayo de 1978. Con este acuerdo, el Gobierno andaluz pretende remarcar la trascendencia histórica que para Andalucía supuso aquella sesión constituyente como punto de partida del ejercicio de su autogobierno.

El monumento se erigirá tras un concurso de ideas que será tramitado por la Consejería de Cultura. Asimismo, el Gobierno andaluz llevará a cabo esta iniciativa en colaboración y coordinación con la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Cádiz.

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LA JUNTA PROTEGE EL YACIMIENTO ROMANO DEL ENTORNO DE LA ERMITA DE SANTA EULALIA EN ALMONASTER LA REAL

El Consejo de Gobierno ha declarado hoy Bien de Interés Cultural, con la categoría de Zona Arqueológica, el yacimiento romano de Santa Eulalia en Almonaster la Real (Huelva). Asimismo, ha delimitado esta misma área, de 124.575 metros cuadrados de superficie, como entorno de protección de la ermita mudéjar del mismo nombre, monumento histórico-artístico de carácter nacional desde 1976.

La Junta garantiza así la preservación de los valores culturales de todo este conjunto, situado a unos veinte kilómetros del núcleo urbano de Almonaster y en cuyos alrededores se ha registrado durante los últimos años un incremento en la construcción de viviendas y una constante afluencia de visitantes y romeros originada por la devoción a Santa Eulalia, patrona de la localidad.

La zona arqueológica declarada comprende una necrópolis y dos áreas de hábitat romano al norte y al sur de la ermita, identificadas tras las prospecciones realizadas en 1992 y probablemente vinculadas a una explotación minera.

La necrópolis se situaba alrededor de una torre funeraria de época imperial sobre cuyos restos se asentó posteriormente el ábside de la Ermita de Santa Eulalia. Este sepulcro turriforme está levantado con sillares de granito en los que se puede apreciar el sistema utilizado por los canteros para extraer los bloques, a través de una serie de agujeros realizados en línea donde se introducían los tacos de madera que abrían la roca. En el término de Almonaster se han hallado diversas canteras explotadas con esta técnica.

La otra construcción destacada de la necrópolis es la tumba de incineración perteneciente a un romano llamado L. Iulius Campanus Tarmestinus, del siglo I, hallada durante las obras de acondicionamiento del carril de acceso a la ermita.
La Ermita de Santa Eulalia responde al tipo de las iglesias mudéjares de arcos transversales de una sola nave, muy frecuentes en la Sierra de Aracena, aunque con los años ha sido modificada con añadidos de diversos estilos. El templo consta de tres espacios rectangulares abovedados y separados mediante arcos ojivales sobre pilastras ochavadas adosadas al muro. El ábside, de planta rectangular, se cubre con una bóveda gótica de nervios diagonales y los otros dos tramos con bóvedas de aristas. Al templo se accede a través de un porche barroco que se prolonga por los costados del edificio. La fachada se remata con una pequeña espadaña de dos cuerpos, también barroca.

En el interior de la ermita, decorando el presbiterio, se conservan pinturas murales del estilo gótico de la escuela sevillana del siglo XVI. También son de gran valor las pinturas barrocas de la bóveda del ábside, ejemplo del arte popular del siglo XVIII.

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EL CONSEJO DECLARA MONUMENTO LA IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN EN LA RAMBLA

El Consejo de Gobierno ha declarado Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en La Rambla (Córdoba). Este edificio, de origen medieval, fue sometido a lo largo de los siglos a sucesivas reformas que dieron como resultado el actual templo neoclásico con vestigios de la fábrica anterior.

La primera reconstrucción de la iglesia se llevó a cabo en tiempos de los Reyes Católicos tras los destrozos causados por una incursión del rey granadino Boabdil. Este proyecto concluyó en 1530 con la construcción de la portada plateresca, obra de Hernán Ruiz I que consta de dos cuerpos con pilastras y balaustres, ornamentada suntuosamente según los cánones del primer Renacimiento español.

El resto del templo presenta una imagen neoclásica, producto de las reformas de finales del siglo XVIII que acabaron configurándolo como un edificio de planta rectangular con tres naves divididas en cinco tramos, separadas mediante vanos de medio punto sobre pilares cruciformes. La nave central, más alta, se cubre con bóveda de cañón con lunetos y las laterales, con bóveda de arista reforzada con arcos fajones.

En 1799 se construyó la segunda portada, abierta en el muro de la nave de la Epístola con un vano adintelado entre pilastras dóricas y frontón curvo superior. La torre, de la misma época, está construida en ladrillo visto y se encuentra adosada a la fachada de los pies del templo en su costado izquierdo. Tiene planta cuadrada y dos cuerpos de alzado.

La declaración como Monumento aprobada hoy incluye un conjunto de bienes muebles integrado por diez retablos, veinte pinturas y diecisiete esculturas. También establece un entorno de protección en torno al templo, que abarca espacios públicos y privados de la Plaza de las Cadenas y de las calles Silera y de la Iglesia.

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EL CONSEJO DE GOBIERNO SANCIONA A DOS EMPRESAS POR EXTRACCIÓN ILEGAL DE ÁRIDOS EN ALCALÁ DE LOS GAZULES

El Consejo de Gobierno ha acordado imponer una sanción de 6.010,12 euros a las empresas Salvador Rus López Construcciones, S.A. y Excavahorti, S.L., por extracción ilegal de áridos e instalación de una planta de aglomerado asfáltico sin la preceptiva autorización administrativa en el paraje conocido como Rosafuentes y Malabrigo, en el término municipal de Alcalá de los Gazules (Cádiz). Esta infracción está tipificada como muy grave por la Ley de Minas.

Para la determinación de la multa, el Consejo de Gobierno ha tenido también en cuenta la agresión producida en el entorno físico, un cauce de dominio público, y la competencia desleal ejercida respecto a otras empresas que desarrollan actividades mineras dentro de la legalidad. La vigente normativa en materia de minas establece, asimismo, que los trabajos de explotación deben realizarse de acuerdo con proyectos y planes de labores previamente aprobados.

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