Después de un periodo marcado por variaciones de cierta magnitud, estos treinta años se caracterizarán por la confirmación de la estabilización ya vislumbrada en las últimas décadas de la fase anterior. Las lluvias, después de un descenso porcentual del 10%, a pesar de mantener esa tendencia a la baja, registrarán cifras más moderadas, cercanas al 4%.

En cuanto a las temperaturas, continuarán en aumento llegando las máximas a sobrepasar el umbral de los 2 grados, el límite considerado como asumible. Por el contrario, las temperaturas mínimas aún se mantendrán dentro de este límite.