Metro de Granada cuenta con una imagen corporativa adaptada a su traza, con líneas suaves que soportan la M característica de este tipo de transporte y que en esta ocasión viste de rojo y verde, colores que se asocian a la ciudad por su coincidencia con los tonos predominantes del fruto que la representa, la granada.
El logotipo es un elemento que debe consagrarse como icono y referente del paisaje urbano, más allá de la representación del servicio de transportes, de ahí la simplicidad de la imagen y la vistosidad de los colores, fácil de integrar en la infraestructura ya construida, en estaciones, paradas y trenes.
Los uniformes se convierten también en otro elemento de identificación directa por los usuarios del Metropolitano. En línea con los metros de Sevilla y Málaga, apuestan por una línea formal que refleja el valor añadido y la diferenciación que aspira a prestar este nuevo medio de transporte.