Carmen Posadas
(Montevideo, 1953).Reside en Madrid desde 1965, aunque pasó largas temporadas en Moscú, Buenos Aires y Londres, ciudad en la que su padre desempeño cargos diplomáticos.
Comenzó escribiendo para niños y en 1984 ganó el Premio Ministerio de Cultura. Es autora además de ensayos, guiones de cine y televisión, relatos y varias novelas entre las que destaca Pequeñas Infamias, galardonada con el Premio Planeta de 1998. Sus libros han sido traducidos a veintiún idiomas y se publican en más de cuarenta países. La acogida internacional, tanto de lectores como prensa especializada, ha sido inmejorable. Pequeñas Infamias recibió excelentes críticas tanto en The New York Times como en The Washington Post. En el año 2002 en la revista Newsweek se saludaba a Carmen Posadas como “una de las autoras latinoamericanas más destacadas de su generación”. Otros galardones son el premio Apeles Mestres de literatura infantil y en el año 2008 Premio de Cultura que otorga la Comunidad de Madrid.
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Obras:
Pequeñas infamias es una novela sobre las casualidades de la vida. Sobre las que se descubren con sorpresa, sobre las que no llegan a descubrirse y sin embargo marcan nuestro destino, y sobre las que se descubren pero se mantienen en secreto, porque hay verdades que no deberían saberse nunca. Puede leerse, también, como una sátira de sociedad, como el retrato psicológico de una galería de personajes, o como un apasionante relato de intriga, cuyo misterio no se resuelve hasta las últimas páginas. En la casa de veraneo de un acaudalado coleccionista de arte se reúne un variopinto grupo de personas. Juntas pasan unas cuantas horas y, a pesar de las frases agradables y los comentarios corteses, la relación acabará envenenada por lo que no se dicen. Cada una de ellas esconde un secreto; cada una de ellas esconde una infamia. La realidad adquiere de pronto el carácter de un rompecabezas cuyas piezas se acercan y amenazan con acoplarse. El destino es caprichoso y se divierte creando extrañas coincidencias.
Biografía novelada de Teresa Cabarrús, una noble de origen español y belleza legendaria que tuvo una juventud apasionante y aventurera. En plena Revolución francesa, fue encarcelada durante el Terror y rescatada por el que luego sería su marido, Tallien. Ambos tuvieron un papel decisivo en la muerte de Robespierre.
Convivió en vida con una sarta de mentiras sobre su pasado, comenzando por su origen: no fue hija, como aseguró, de un oficial y de una gitana andaluza, sino de un gallego remendón de paraguas y de una mendiga. Pero eso a los franceses, rusos y norteamericanos de la época les traía sin cuidado. Ni siquiera hacía falta saber cantar o bailar: bastaban unas dosis de exotismo, de belleza magnética y de inteligencia para convertirse en un ídolo de los cabarets y los teatros. Carmen Posadas, alternando la voz de la Otero ya nonagenaria con el resultado de sus averiguaciones, va mostrando esa vida de impostura y lanza al aire su teoría del desquite: posiblemente violada a los diez años, toda su vida posterior habría sido concebida como una venganza: hacer perder su dignidad a los hombres..
Una mañana, muy temprano, el cartero deja en el buzón de la granja un paquete. ¿Será un regalo? ¡Cuidado, puede ser una bomba! ¡Menudo lío se arma en la granja! Pero no es una bomba, es algo muy distinto...
Un bebé pájaro, un padre perro, un puñado de cariño y el valor de una familia única en su especie
«La historia comienza con una escritora de thrillers que está escribiendo una novela en la que se investiga la muerte de un niño. Poco a poco, Luisa, que así se llama la protagonista, comienza a darse cuenta que lo que está escribiendo tiene mucho que ver, no sólo con un episodio oscuro que tuvo lugar en su pasado, sino que ese mismo episodio oscuro parece estarse repitiendo en la vida de su hija. La novela también puede leerse en otra clave completamente distinta: una explicación del modo en que se escribe una novela paso a paso y cuáles son las diferencias entre realidad y ficción. Novela de crímenes pues pero más allá de eso, una novela sobre los peligros de traspasar la siempre tenue frontera que separa la verdad de la mentira.»
Cócteles, almuerzos, cenas… Para una embajada, la comida es imagen, y la imagen es particularmente importante cuando se trata de la misión diplomática en el extranjero de un país pequeño como Uruguay, donde hay que suplir la falta de medios con imaginación, encanto personal, trabajo y enormes dosis de suerte. Y en el caso de estos países, la presión del éxito o el fracaso recae en una sola persona: la mujer del embajador. Inspirándose en sus anotaciones, y rebosante de humor, este libro retrata las aventuras y desventuras de la familia Posadas en su constante trasiego por las diferentes capitales donde el padre, por su cargo diplomático, es destinado.
De la mano de dos de sus hijos, testigos de excepción de momentos interesantes, estratégicos o simplemente curiosos, y envuelto en un halo gastronómico, el libro recorre el Madrid de los sesenta, con su tardofranquismo y primeros aires de renovación, el Moscú de los setenta, con Breznev y sus desfiles militares, y el Londres de los ochenta, con la flema e idiosincrasia de los británicos y en plena euforia con Lady Di. En una original combinación de relato de viajes, jugoso anecdotario y libro de recetas, por sus páginas desfilan toreros, ministros, reyes y reinas, príncipes y princesas, adivinos, divas de la ópera, famosos y famosas en general, hablando en primera persona y como protagonistas, en ocasiones, de las más delirantes escenas. En resumen, un relato amable de la vida diplomática y su lado gastronómico, un viaje divertido y suculento.
Leonid Sednev, deshollinador imperial y más tarde pinche de cocina, tenía quince años la noche del 17 de julio de 1918, cuando un grupo de militares de la Revolución bolchevique asesinó brutalmente a la familia imperial rusa. Leonid fue el único superviviente y testigo invisible de la tragedia.
Mucho tiempo después, un Leonid ya anciano decide recomponer sus recuerdos y comienza este relato, desde los ojos del sirviente de la familia imperial, con el que recrea los últimos años del Imperio ruso y el cambio de régimen. Carmen Posadas nos sumerge, con su habitual maestría, en el fascinante mundo de la familia imperial rusa: luces y sombras de palacio, en un desfile de princesas y deshollinadores, zares y bolcheviques, lujo y miseria.
Una fotógrafa de moda, Inés Ruano, recibe un regalo curioso en su 45 cumpleaños: dos hombres vestidos de negro le piden que pague con su alma por la buena suerte ya concedida. Es una broma de su madre que quiere presentarle a un jovencito para un revolcón. También quiere después controlar esa relación y darle fin, como si su hija fuera una pieza de un juego que sólo maneja ella. Una madre que quizá nunca pueda perdonarla por haber acabado con su único amor. Rivalidad entre madre e hija que sólo se superará cuando el destino o el diablo se rebelen para devolver a cada una a su verdadera vida, fuera de engaños y simulacros.
Carmen Posadas ha confesado en más de una ocasión que le encanta la literatura leída en voz alta y por lo tanto condicionada a contar una historia. Ahora emprende la aventura de una novela de larga distancia, armada de una tecnología múltiple al servicio de lo que sigue considerando esencial: contar una historia que como todas se interrelaciona con muchas otras historias entrecruzadas como viajeras en el tiempo pero condenadas a ser atrapadas en un mismo espacio literario. La actitud del protagonista Molinet con la que se inicia el relato, sentado en un restaurante acreditado de Londres y en condiciones de diseccionar cuanto le rodea y cuanto recuerda, marca el signo de una novela en la que prima la voluntad de hacerle la autopsia sin anestesia a una clase más o menos rica pero sobre todo insoportable y perfectamente prescindible. Cinco moscas azules es el desenfadado hilarante testimonio de una exiliada interior dotada de un portentoso y redentor sentido del ridículo, es decir, de capacidad de observación.