Francisco Gálvez

Córdoba

Francisco Gálvez (Córdoba, 1945) es un poeta español de la generación del 70. Su obra poética iniciada en 1973, comprende en una primera etapa Los soldados (El Toro de Barro, Cuenca, 1973, (2ª ed. Ediciones de papel/La Fragua de metáforas,2013), Un hermoso invierno (1981), Iluminación de las sombras (1985) Santuario (1986), El navegante (1995) en Antorcha de Paja y Capital del silencio. Casa del Inca (1999).

En una segunda etapa Tránsito (Anthropos, 1994), que fue Premio Editorial Anthropos de Poesía 1993, (2ª edición en Puerta del Mar, Diputación de Málaga, 2014; El hilo roto. Poemas del contestador automático (Pre-Textos, 2001), El paseante (Hiperión, 2005), Premio Ciudad de Córdoba Ricardo Molina; Asuntos internos (El Brocense, 2006), El oro fundido (Pre-textos, 2015), y La vida a ratos (La Isla de Siltolá, 2019).

Su obra poética reunida fue publicada por primera vez en la antología en Fragile vaso (Antología bilingüe) Quaderni della Valle. Italia, 1993 y en España, Una visión de lo transitorio, Antología poética 1973-1997. Huerga&Fierro. Madrid, 1998 y Los rostros del personaje (Pre-Textos, 2018).

Como antólogo la edición de Córdoba en la poesía en el último cuarto del siglo XX (Marché des Lettress. Paris, 2005) y Los círculos del aire. Antología de poesía española del paisaje y la naturaleza (Algaida, Sevilla, 2008), y prologado 25 poetas en la Casa del Inca (Casa del Inca, 2000), Tabla de mareas de Mertxe Manso y Marfiel (LMP, 2018). de Loles Beamus. Como investigador el Diccionario General de las Revistas Literarias Españolas del siglo XX, 1903-1983 (Ed. Litopress, 2007) y como

Ha dirigido el Aula de Poesía Córdoba 2016 del Ayuntamiento de Córdoba entre 2005 a 2010, el homenaje a Juan Bernier en Cosmopoética en 2012. Desde 1999 es el director del Seminario Internacional de Poesía y de la revista La Manzana poética. Fundó la revista de poesía “Antorcha de Paja” (1973-1983) una de las más representativas de la generación del 70 y del periodo de la transición. Es Socio de Honor del Ateneo de Córdoba, Fiambrera de Plata en 1987. Pertenece a la Asociación Española de Críticos Literarios.

Sus poemas han sido musicados por José Nieto y grabados por el grupo "Aguaviva" en el disco "Poetas andaluces de ahora" (Ariola, 1975), y su libro El hilo roto. Poemas del contestador automático fue llevado a la escena y representada en la Escuela de Arte Dramático y en el Patio del Reloj de la Diputación de Córdoba.

 


Obras:

Con prólogo de Vicente Luis Mora, Los rostros del personaje. Poesía 1994-2015 (Pre-Textos) recoge 21 años de poesía en más de 360 páginas de versos. 'Vivir de alquiler' es uno de ellos:

"Al fin encuentra habitación/para vivir, no es fácil a buen precio/y una casa es más improbable,/aunque algunos las ocupan./Tomar habitación prestada/no es costumbre en este país/y prefieren ser dueños/de muros y trozos de cielo./Una habitación prestada/donde acuerdos y huellas,/un aire entreabierto sin orgullo/por poseer, sólo por respirar./Asumir esta condición sin muros/ni bodegas, mejor un huerto/y un patio de nadie".

Poesía
Adulto

Francisco Gálvez, que ya había ofrecido en su obra anterior, El oro fundido (2015), unos modales tendentes a difuminar los límites entre el verso y la prosa a través de los que expresar las inquietudes vitales y estéticas suscitadas por su circunstancia histórica, política y generacional (…), como “lugar de paso”, tránsito de espacios y de tiempos, mudanza de casas y de historias, viajes por carreteras con curvas; la escritura sólo puede captar la vida a ratos, en trozos de tiempo irrepetibles que apenas dan para estar, pensar y, a veces, recordar la intensidad de los días juveniles, cuando el amor, los primeros cigarrillos y el cine (…) destacar el que quizá sea el núcleo central y decisivo de la imaginación poética de Francisco Gálvez: la mirada, que enmarca y transforma cosas, tiempo y palabra: “Sólo se vive de mirar y hacer único lo que miramos”.

Celia Fernández Prieto

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Llegas a una casa no muy lejos de la ciudad, junto al fuego y la ventana fría, cuando cuentos de miedo y verdad son nuestra riqueza, cuando de madrugada la chimenea crepita y se aprende de su luz apagándose, en la mirada de un invierno que hasta aquí ha llegado de boca en boca, cuando al amanecer un horizonte de palabras heredadas y lo que somos en las miradas ya fundidas. Oralidad, de Francisco Gálvez.
 

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