Metáfora
“La danza es la metáfora del pensamiento”, atinó a enunciar Friederich Nietzsche, que contraponía el vuelo de los pájaros a la pesadez de los seres humanos irremediablemente amarrados al noray de la realidad concreta. La danza es lo que queda “sobre las últimas cenizas”, augura Federico García Lorca en su Poeta en Nueva York. El baile le presta alas al cuerpo y a la mente. Nos aproxima a los ángeles. De ahí que para la escenografía de Metáfora, el primer proyecto que Rubén Olmo concibe y dirige para el Ballet Flamenco de Andalucía, el escenógrafo Juan Ruesga haya ideado dos elementos contrapuestos. De un lado, el ídolo intelectual de una formidable neurona. Y, de otro, el espacio casi religioso de un patio morisco que nos delimita el templo de una tradición que hunde sus raíces en el pasado pero que necesariamente vuela hacia lo porvenir.
Aquí se trata de un claro homenaje a lo que fue y es la danza flamenca, desde la escuela bolera como matriz primigenia a sus coqueteos con las coreografías contemporáneas que le ponen en relación con otros mundos y con otros géneros. Se propone, en gran medida, de un tributo humilde pero intencionado a personalidades históricas como Ángel Pericet, Pilar López o Antonio.
Un guiño tan evocador como el vestuario vintage que luce todo el elenco. Atención, a su vez, a las partituras cultas o populares que acompañan a los y las artistas y al competente y joven cuerpo de baile. El oído viajará con la vista hacia romances y cantiñas, tangos de Granada, bulerías, valses flamencos, verdiales o zambras. Se trata de una suite tan elegante como dinámica, compuesta con la fuerza del corazón y con el talento de la razón.
Es una alegoría de la vida, un eco del ser humano que se niega a permanecer para siempre en la seguridad de la caverna y explora otros mundos que quizá estén en sí mismo. Nietzsche también afirmó que solo iba a creer en un Dios que supiese bailar. Es el que habita este oratorio flamenco por el que transcurren, como describió Federico García Lorca en su poema El baile, corazones andaluces buscando viejas espinas.