Andrés Marín es uno de los bailaores más singulares del panorama flamenco actual. Sus producciones se han centrado en la tradición flamenca y específicamente en los cantes clásicos, pero no desde una perspectiva convencional, sino a través de un estilo personalísimo y una estética de absoluta contemporaneidad. Director coreográfico, artístico y musical de su propia compañía, sus creaciones reflejan la libertad expresiva de una profunda investigación artística, de la que nace una poética rica en imágenes sugerentes, al servicio de su compromiso con el arte y con él mismo. Su trayectoria le ha valido, entre otros, Premio Nacional de Danza (2022) o el Giraldillo al Baile de la Bienal de Flamenco de Sevilla en 2020.
En sus obras reina la experimentación y el riesgo, elementos que el artista considera imprescindibles para que el arte flamenco se mantenga vivo: Más allá del tiempo (2002), Asimetrías (2004), El alba del último día (2006), Vanguardia Jonda (2006), El cielo de tu boca (2008), La pasión según se mire (2010), Op.24 (2011), Tuétano (2012), Ad Libitum (2014), Yatra (2015), Carta Blanca (2015), D.Quixote (2017), La Vigilia Perfecta (2020) y Éxtasis Ravel (2021). Sus creaciones han sido acogidas por los principales circuitos europeos, tanto del género flamenco como de la danza contemporánea.
Artista inquieto, siempre en la búsqueda de nuevas maneras de sumergir la tradición flamenca en aguas inéditas, Andrés Marín ha colaborado con artistas de diversas disciplinas a lo largo de su carrera como los artistas gráficos Pilar Albarracín y José Miguel Pereñíguez, la coreógrafa Blanca Li, el compositor experimental Llorenç Barber; dramaturgo y director de teatro contemporáneo Laurent Berger, el director del teatro ecuestre y musical Zíngaro Bartabas o el dantzari vasco Jon Maya, entre otros.