TEATRO ALHAMBRA

Bello, triste, luminoso…

El Realejo es el barrio más cosmopolita de Granada, siglos de historia y vientos de modernidad envuelven las calles que conducen hasta el Teatro Alhambra, donde el flamenco -al baile, a la guitarra, al cante- se deja seducir por las propias señas de identidad del barrio. La peña La Platería, la más antigua del mundo, nació en el Realejo antes de su traslado al Albaicín en los años 70 del pasado siglo. Y en este año en el que se conmemora el centenario del Concurso de Cante Jondo de 1922, la entonces más que vanguardista reivindicación de este arte realizada por Lorca, Falla y Zuloaga se revalida con la programación del ciclo Flamenco Viene del Sur para 2022.

Premio Nacional de Danza en 2018, el nombre de la cordobesa Olga Pericet es ya de por sí toda la declaración de intenciones a la hora de inaugurar el programa el 13 de mayo. La bailaora, poderosísima en su paradójica menudez, ama la tradición y se lanza al abismo de lo nunca visto con espectáculos en los que late un flamenco entre opuestos: lo oscuro y lo luminoso; lo femenino y lo masculino, y como diría el novelista Yasunari Kawabata, lo bello y lo triste.

La danza continúa con Eduardo Guerrero, alto como un junco, veloz e impetuoso, en un perfecto matrimonio entre lo clásico y lo moderno. Su espectáculo es, sencillamente, Guerrero (15 de mayo), y tras su polisémico apellido, hay todo un alegato de amor hacia las mujeres: su madre, sus amantes, sus amigas, en ese territorio límite en el que la sentimentalidad convive con la sensualidad.

¿Y qué hubieran pensado Lorca, Falla o Zuloaga de la pura heterodoxia flamenca que representan el Niño de Elche e Israel Galván -de nuevo, el baile-? ¿Qué papel hubieran jugado los artistas más iconoclastas del flamenco en esa cruzada musical y vanguardista que fue el Concurso del Cante Jondo de 1922? Un siglo después, el bailaor más inclasificable de todos los tiempos, transido de compás, se une a un cantaor decidido a viajar los orígenes del flamenco para traerlo al presente y, una vez aquí, hacerlo pedazos y volverlo a construir. Es la propuesta de Mellizo doble (26 de mayo), la primera experiencia conjunta de Galván y Niño de Elche que no ha dejado indiferente a nadie.

Los grandes de la instrumentación también tienen cabida este año en Flamenco Viene del Sur: La Bajañí de Garnata (20 de mayo) reúne a tres guitarristas: Miguel Ángel Cortés, Martinete y Miguel Ochando, en un espectáculo concebido por y para Granada, esa Garnata ancestral que celebra este año su coronación como capital de la dignidad flamenca. Tres guitarras granaínas nos mostrarán sus personalidades después de beber de fuentes como las de los Ovejillas, Los Amaya, Habichuela, Los Marote….

El onubense Cristian de Moret presenta en Caballo rojo (21 de mayo) lo que mejor sabe hacer: Naturalizar en una fusión única sus influencias tan dispares, donde conviven Camarón y Daft Punk, Queen of The Stone Age y Paco de Lucía, Radiohead y Pepe Marchena. Y siguiendo esta misma línea, donde no hay fronteras y siempre puentes para cruzar de un lado a otro, Antonio Lizana nos muestra Una realidad diferente (22 de mayo). Uno de los representantes más célebres del nuevo Flamenco Jazz, Lizana presenta su cuarto trabajo discográfico. Un conjunto de nueve canciones con raíz flamenca pero con un tratamiento contemporáneo que nos hace viajar desde el Jazz hasta el New Soul.

Y como remate a este homenaje a los grandes instrumentistas, Rafael Riqueni (28 de mayo). Poco que añadir a los que ya han calificado a Riqueni como el nuevo gran genio de la guitarra. El hombre de la tímida mirada, el de la poesía en las manos, presenta Nerja, una fantasía desde el impresionismo musical y la cercanía con la música clásica que ha marcado siempre su trayectoria.

Y por último, ellas al cante. Las de las hondas raíces y alargadísimas ramas. La de Triana y la del Sacromonte. Las hijas de Curro y Enrique. Herederas del duende. La fuerza y el lirismo. Esperanza Fernández firma en Se prohíbe el cante (14 de mayo) su nuevo trabajo musical, que supone un viaje al centro del flamenco: el mundo de las peñas, ese vientre materno donde nació todo lo que vino después. En este espectáculo, se cuenta el flamenco tal y como es: auténtico y desgarrador, puro y mestizo. Así es también, aunque única y genuinamente granadina, Estrella Morente (27 de mayo), a la que se le ha entregado la llave privilegiada que echa el cerrojo a esta edición de Flamenco Viene del Sur. Su destino, escrito desde que llegó al mundo, se resume en este nuevo concierto: Desde la sutil sencillez de los cantes festeros de su infancia, hasta las profundidades de la dolorosa pérdida de un genio irrepetible que, a la sazón, fue también su padre. Estrella cierra y firma un epílogo de cien años de cante y todos los que quedan por venir.

Amalia Bulnes