María del Carmen Morales Avilés. Responsable de la BECREA y coordinadora de PLC del C.E.I.P. Blanca de los Ríos de Algeciras (Cádiz)

Intentamos que nuestra biblioteca escolar sea eje transversal en el centro educativo.  Queremos que sea motor y búsqueda de recursos para potenciar cada una de las áreas curriculares, debe ser dinámica e inclusiva, diversa y creativa, de forma que todo el alumnado del centro se implique y sienta que es parte de ella.

Bajo este prisma y desde la biblioteca nos planteamos qué podíamos hacer con el objetivo de trasladar a todos los y las estudiantes del centro un espacio de desarrollo personal y lingüístico, de descubrimiento, de experiencias y de juegos… Queríamos que la biblioteca escolar se convertiera en nuestro laboratorio de ideas.

Nuestro primer objetivo fue darla a conocer, así que nos pusimos en marcha entregando una invitación a todos los alumnos y alumnas. Visitar nuestra biblioteca implicaba la recogida de un regalo, un marcapáginas con la mascota de la biblioteca y con una frase alusiva a la lectura que podían adornar y colorear.

La afluencia de chicos y chicas fue muy positiva. Algunos se limitaban a la recogida del marcapáginas y a preguntar cuándo podían visitarla. La gran mayoría aprovechaba la visita para solicitar algún préstamo y llevarse el libro a casa.

Aunque estábamos muy satisfechos con la acogida, queríamos que esta iniciativa no se limitara sólo al simple hecho de préstamo de libros. Nuestra intención era que la biblioteca fuese elemento vertebrador en el colegio, de forma que se implicara y se fusionara con cada uno de los proyectos del centro.

A partir de esta perspectiva planteamos la idea de Nueves meses, nueve proyectos.

La BECREA se transformaría en trampolín para trabajar los aspectos curriculares, sobre todo para mejorar la competencia lingüística y se coordinara con el Proyecto Lingüístico de Centro (PLC). Para ello propusimos una actividad mensual donde se potenciarían los distintos aspectos lingüísticos y en la que todo el alumnado del centro participaría.

Queríamos que el trabajo de alumnos y alumnas se viese reflejado de alguna manera a nivel de aula y a nivel de centro, por lo que construimos unos coleccionables gigantes que repartimos por clase. Estos coleccionables se expusieron en los tablones de cada aula y servirían para acumular escarapelas por cada actividad realizada.

Cada clase recibiría una escarapela por cada proyecto realizado. Fue increíble la motivación del alumnado a la hora de realizar cualquier actividad planteada: llegaban a la biblioteca preguntando cuál sería la actividad del siguiente mes para ponerse a trabajar en ella.

Comenzamos nuestro primer proyecto en el mes de octubre, proponiendo que el alumnado sintiera la importancia de sus creaciones. Para ello, queríamos que elaborasen distintos tipos de textos.  Los invitamos a participar en la creación de un cómic por clase con la temática de la efeméride que celebrábamos ese mes: Halloween. Como resultado del proyecto conseguimos realizar unos increíbles libros de cómics que compartimos con el resto de la clase de forma oral y que formaron parte de cada biblioteca de aula, de forma que todos podrían tener acceso a su lectura en cualquier momento.

Tras esta magnífica respuesta, en el mes de diciembre decidimos elaborar la constitución de nuestro cole. Todo el alumnado debía plantear un derecho y un deber. En clase debatían oralmente sobre los derechos y deberes que debían recoger nuestra constitución y tras este debate oral se sacarían los artículos para componerla. Estas aportaciones sirvieron de reflexión a los chicos y chicas para ser más conscientes del papel fundamental que tienen en el centro educativo.

En el mes de enero planteamos el cuento viajero de La Paz. Cada clase elaboró su propio cuento que también sirvió de aportación para la biblioteca de aula. Cada día un alumno o una alumna se llevaba el cuento viajero a casa para escribir una parte del mismo. Tenían que leer la historia realizada hasta ese momento y continuarla. A la mañana siguiente, el autor o la autora era quien transmitía oralmente la parte elaborada a sus compañeros, contribuyendo así a la lectura y a la escucha activa por parte del resto de la clase.

En febrero invitamos al alumnado a contactar con varios centros de la comunidad andaluza con el fin de conocer Andalucía a través de los niños y niñas. Enviamos postales y cartas a varios centros de Andalucía, en las que explicaban la situación geográfica de nuestra localidad, nuestras costumbres, monumentos, etc… Recibimos cartas de todas las provincias andaluzas, que posteriormente compartimos oralmente en clase.

En marzo, con motivo del carnaval, convertimos la poesía en letras de carnaval, de forma que cada clase, a partir de una base musical, tenía que construir pareados y cuartetos, para ir por las clases recitándolas y/o cantándolas, fomentando así la expresión oral en nuestro alumnado.

Abril llegó con la celebración del Día del libro. El objetivo era trabajar las destrezas orales a partir de la lectura para desarrollar la competencia en comunicación lingüística. Comenzamos el mes leyendo un libro por clase. A partir de este libro elaboramos un "cuento volador" que se expuso por los pasillos del cole. Cada clase eligió la mejor forma de transmitirlo: unos, a través de un guiñol; otros, a través representaciones teatrales. 

Don Quijote de la Mancha fue el libro elegido por uno de los cursos cuyos alumnos y alumnas se esforzaron por compartir la historia de Miguel de Cervantes con el resto del alumnado del centro a partir de  una representación teatral muy curiosa.

Tras realizar búsqueda de información sobre el autor y los personajes en la red, escribieron su propio guion y confeccionaron su vestuario. Se formaron varios grupos: unos representaban a Cervantes explicando parte de su vida; otros, a Catalina, la esposa de Cervantes, que contaba cómo había vivido ella la experiencia de compartir su vida con el escritor; otros, a Don Quijote, que explicaba en primera persona algunas de sus aventuras; otros, a Sancho Panza, contando las locuras de su señor; otros, a Rocinante, describiendo las aventuras vividas por los caminos que había andado con su dueño; y otros, a Dulcinea, que relataba lo enamorado que había estado Don Quijote de ella. Todos hablaban de las aventuras vividas en el libro y terminaban con la frase: “Tenemos un millón de aventuras más: las descubriréis leyendo el libro… “

El resultado fue espectacular, los chicos y chicas se divirtieron muchísimo tanto trabajando el libro, como representándolo ante sus compañeros y compañeras. Cada día era una sorpresa, pues no sabían qué cuento era el que iba a aparecer por la clase.

Hay que decir que durante todo el curso las lecturas de los libros las hacemos de forma dinámica, intentando que el alumnado se implique en ellas y viva cada aventura. Semanalmente dedicamos tiempo a unas tertulias dialogadas sobre la parte del libro leído. Se crean unos quiz-test orales, de forma que una parte de la clase es la de los “preguntones” y otra la de los “respondones”. Las cuestiones versan sobre la parte leída y los alumnos y alumnas van consiguiendo puntos por las respuestas acertadas.

Al mismo tiempo, también se hacen ruedas de prensa sobre las lecturas realizadas por el alumnado. Cada uno presenta el libro que ha leído y el resto de la clase preguntaba si ha sido interesante, qué es lo que más le ha gustado, si recomienda leerlo, etc. de manera que el libro recomendado llega a tener mucha demanda en la biblioteca de nuestro centro.

Otra actividad que realizamos es la grabación de audiolibros escritos por el alumnado. Estas grabaciones sirven para mejorar la expresión oral puesto que se incide en la dicción y la prosodia. Posteriormente se comparten con el resto de alumnado del centro mediante audiciones en las que los alumnos y alumnas de Primero escuchan los audiolibros de los compañeros y compañeras de Sexto. Todo ello redunda en la mejora de la expresión y comprensión oral de unos y otros. 

Además, de manera transversal y en el marco de nuestro Proyecto Lingüístico de Centro (PLC), se lleva a cabo la grabación de vídeos con croma. El alumnado realiza entrevistas, elabora noticias, monta campañas de sensibilización, da explicaciones, argumenta sobre los libros leídos, etc., en un contexto novedoso, que, tras la grabación y montaje del video, cristalizan en un telediario, en un estudio de televisión o en un mitin.

En definitiva, intentamos que nuestra biblioteca sea eje fundamental para mejorar la competencia lingüística de nuestro alumnado, en línea con el Proyecto Lingüístico de Centro (PLC) en el que estamos inmersos. Nos proponemos que sea motor y búsqueda constante  de recursos para potenciar y mejorar todas las habilidades relacionadas con la lectura, la escritura y la oralidad.